El IRA atenta sin ¨¦xito contra Major
Un mortero disparado por el Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s (IRA) hizo blanco ayer a escas¨ªsimos metros de la estancia en la que el primer ministro brit¨¢nico, John Major, presid¨ªa una reuni¨®n de su Gabinete de guerra. Un proyectil estall¨® en el jard¨ªn de? n¨²mero 10 de Downing Street y otros dos cayeron, uno de ellos sin llegar a explosionar, en la explanada aleda?a, conocida como Horse Guards Parade. Este ataque, el primero que el IRA lleva a cabo en Gran Breta?a con una t¨¦cnica muy practicada en Irlanda del Norte, s¨®lo produjo cortes menores a algunas personas, pero provoc¨® un se¨ªsmo psicol¨®gico al demostrar que el grupo terrorista puede atacar en el mismo coraz¨®n del sistema pol¨ªtico brit¨¢nico.
Los proyectiles fueron disparados desde una furgoneta blanca en la intersecci¨®n entre Whitehall y Horseguard Avenue, a poco m¨¢s de un centenar metros de Downing Street, la vecindad del Ministerio Defensa y a un tiro de piedra del Parlamento, en el mismo centro neur¨¢lgico del sistema pol¨ªtico brit¨¢nico.La furgoneta lleg¨® al cruce poco despu¨¦s de las 10 de la ma?ana, se detuvo como para girar a la izquierda y desde su interior se abri¨® fuego, posiblemente mediante control remoto o por medio de un temporizador puesto en marcha por alguno de los dos hombres a los que algunos testigos vieron alejarse de la zona a la carrera. En cuesti¨®n de segundos, la parte delantera del autom¨®vil fue pasto de las llamas.
Uno de los proyectiles estall¨® con un fuerte ruido sordo en el jard¨ªn de Downing Street, a escasa distancia de la habitaci¨®n en que Major discut¨ªa con su gabinete de guerra los acontecimientos del Golfo. Un portavoz policial calific¨® de notable el da?o causado, aunque ninguno de los reunidos result¨® herido.
Las ventanas de la residencia del primer ministro tienen una protecci¨®n especial, pero quedaron rotas por la onda expansiva.
Una fuente allegada a los reunidos se?al¨® que los ministros sintieron c¨®mo el helado aire de un Londres cubierto por la nieve entraba en la estancia. En el jard¨ªn se produjo un cr¨¢ter, y en la fachada del inmueble quedaron muestras de haber sido atacada por el fuego.
Whitehall, que desde el estallido de la guerra del Golfo est¨¢ sometida a una vigilancia especial, fue cerrada al tr¨¢fico. Los ministros que acudieron a la reuni¨®n habitual de las once tuvieron que dar un rodeo, y uno de ellos -Ian Lang, responsable de la cartera de Escocia- incluso fue retenido unos instantes Por la polic¨ªa.
Amenaza terrorista
La primera reacci¨®n tras el atentado fue asociarlo con las amenazas terroristas que emanan de la guerra del Golfo, sobre las que los brit¨¢nicos han sido puestos en alerta por una intensa campa?a informativa, pero enseguida se vio que la t¨¦cnica del ataque es una con la que el IRA est¨¢ familiarizado y que produjo su resultado m¨¢s letal en. 1985, en el curso de un bombardeo contra una comisar¨ªa en el Ulster: nueve muertos. El grupo puso fin a la especulaci¨®n al atribuirse la autor¨ªa del atentado a primera hora de la tarde. Expertos en terrorismo hablaban ayer de la poca fiabilidad de este tipo de ataque, pero es evidente que la audacia del atentado estuvo ¨ªntimamente unida a su meticulosa preparaci¨®n. La furgoneta se detuvo en el punto exacto, la bater¨ªa ten¨ªa la inclinaci¨®n requerida y la diana se marr¨® por pocos metros.
John Major manifest¨® en los Comunes (C¨¢mara baja del Parlamento) que se trataba de un "deliberado intento de asesinar al Gobierno", una ambiciosa idea que produjo escalofr¨ªos a lo largo del d¨ªa en el mundo pol¨ªtico brit¨¢nico, cuyos forzados intentos de dar aire de normalidad a la jornada se ve¨ªan traicionados por la alarma sentida ante la capacidad del Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s de asaltar f¨ªsicamente el coraz¨®n del sistema pol¨ªtico brit¨¢nico y las continuas evocaciones del fallido atentado del IRA contra la ex primera ministra Margaret Thatcher en 1984, que cost¨® cinco vidas. La dama de hierro se mostr¨® ayer "extremadamente impresionada" al conocer la noticia del atentado contra su sucesor.
El ataque de ayer marca una escalada de la actividad terrorista del IRA en Gran Breta?a, donde por primera vez ha empleado morteros en un atentado, medida que los expertos ven como un paso adelante en la traslaci¨®n a la isla de las m¨²ltiples t¨¦cnicas terroristas aplicadas en el Ulster.
Major y el l¨ªder de la oposici¨®n, Neil Kinnock, condenaron el ataque y confirmaron que no influir¨¢ en la lucha antiterrorista. Ambos encomiaron a los norirlandeses, que sufren este tipo de acciones un d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n.
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