El Gobierno Su¨¢rez conoc¨ªa cuatro tramas previas al 23F
Guti¨¦rrez Mellado advirti¨® a los ministros que o cesaban las luchas en UCD o "esto se va a la mierda"
Los servicios de seguridad e informaci¨®n del Gobierno Su¨¢rez detectaron tres intentonas militares en marcha, y una cuarta operaci¨®n c¨ªvico-militar, tres meses antes del 23-F. La informaci¨®n describi¨® prop¨®sitos de actuaci¨®n que resultaron claves en el golpe intentado finalmente, si bien fall¨® en la determinaci¨®n del Congreso como objetivo del mismo. A estos datos tuvieron acceso pocas personas: el Consejo de Ministros nunca debati¨® medidas contra la involuci¨®n en los meses previos, seg¨²n ex ministros del ¨²ltimo gabinete de Su¨¢rez (septiembre de 1980-febrero de 1981).
P¨ªo Cabanillas, Rodolfo Mart¨ªn Villa y Juan Jos¨¦ Ros¨®n, miembros de ese ¨²ltimo gabinete de Su¨¢rez, almorzaron juntos horas antes del golpe de Estado. Durante la conversaci¨®n no se produjo referencia alguna a la involuci¨®n o a un plan golpista, pese a que uno de los comensales (Ros¨®n) era el titular de la cartera de Interior. Los tres ministros marcharon despu¨¦s al Congreso y all¨ª fueron secuestrados por Antonio Tejero, junto con el resto del Gobierno y los diputados.Adem¨¢s del presidente, Adolfo Su¨¢rez, otras tres personas ten¨ªan responsabilidades en materia de seguridad y defensa: el vicepresidente Manuel Guti¨¦rrez Mellado y los titulares de Defensa e Interior, Agust¨ªn Rodr¨ªguez Sahag¨²n y Juan Jos¨¦ Ros¨®n, respectivamente.
Ha sido necesario verificar cu¨¢l era el grado de informaci¨®n de los miembros del Gobierno sobre los preparativos golpistas, debido a la siembra de falsedades realizada por la involuci¨®n respecto de las presiones militares recibidas por Su¨¢rez para dimitir como presidente del Gobierno. De ellas da muestra este documento, difundido entre militares en el verano de 1981, donde se a seguraba que hab¨ªa ocurrido lo siguiente:
"El 22 de enero come Su¨¢rez con el Rey. Enseguida circula por Madrid la noticia de que ha sido una reuni¨®n muy dura y muy tensa. No se sabe a ciencia cierta si ese mismo d¨ªa, el martes anterior, o dos d¨ªas despu¨¦s, al ir a tomar caf¨¦ con el Rey, Su¨¢rez se encuentra como invitados a tres capitanes generales (Milans del Bosch, Merry Gordon y Gonz¨¢lez del Yerro) y algunos dicen que un cuarto no identificado".
"El Rey se retira con el pretexto de hacer una llamada telef¨®nica y los generales plantean a Su¨¢rez la necesidad imperiosa de que dimita. Su¨¢rez se resiste. Pero finalmente ha de ceder ante la contundencia de los argumentos. Cuando vuelve el Rey, todo est¨¢ sustanciado, y se habla de cosas triviales durante unos minutos. En ese momento, el general Armada ha tomado ya posesi¨®n como segundo jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito".
S¨®lo los m¨¢s avisados se dieron cuenta de que uno de los datos era absurdo: el general Armada tom¨® posesi¨®n del citado cargo despu¨¦s de la dimisi¨®n de Su¨¢rez. Resulta ocioso indicar que el resto del relato es igualmente falso.
En el pen¨²ltimo Consejo de Ministros presidido por Su¨¢rez, el vicepresidente de Seguridad y Defensa, teniente general Guti¨¦rrez Mellado, lanz¨® a los ministros una arenga en toda regla. Antes de que el presidente se incorporara a la sesi¨®n, el teniente general blandi¨® una revista ultra en su mano derecha y pregunt¨® a los ministros si se daban cuenta de lo que estaba pasando. Sus palabras fueron de severa cr¨ªtica hacia las maniobras pol¨ªticas que se estaban produciendo en el seno de UCD, en v¨ªsperas del congreso de Palma de Mallorca, y de invitaci¨®n a cerrar filas con el presidente. Algunos recuerdan el final de la arenga:
Y, si no, sepan ustedes que esto puede irse a la mierda.
Los ministros quedaron sobrecogidos. Durante algunos d¨ªas se coment¨® aquel hecho con preocupaci¨®n, en el seno del Gabinete. Pero no lo suficiente como para centrarse en este problema y frenar la din¨¢mica de divisi¨®n interna de UCD, por otra parte muy dificil de detener en v¨ªsperas de un congreso que las diversas facciones hab¨ªan preparado a fondo.
Cuatro operaciones
En noviembre de 1980, seg¨²n un documento de los servicios de informaci¨®n del Estado, se supo de la existencia de tres conspiraciones militares. Este peri¨®dico ha podido consultar ese texto -titulado: "Panor¨¢mica de las operaciones en marcha"- en el archivo de un ex ministro.La primera era atribuida a un grupo de tenientes generales y capitanes generales, de los que se dec¨ªa que se hab¨ªan limitado hasta entonces a una revisi¨®n cr¨ªtica de la situaci¨®n, pero que "han empezado a tomar un mayor protagonismo". Se mencionaba a Manuel Fraga como el contacto. pol¨ªtico intentado por aquellos.
El segundo plan, llamado de los coroneles, por el empleo que ocupaba la mayor¨ªa de sus componentes, ten¨ªa previsto un golpe de Estado a?o y medio o dos a?os m¨¢s tarde, en la idea de que los dos principales partidos pol¨ªticos, UCD y PSOE, tardar¨ªan ese tiempo en fracasar. "A tal fin, y si est¨¢ en su mano", se se?alaba en el informe, "no dudar¨¢n en alentar un Gobierno de coalici¨®n UCD-PSOE a fin de que ¨¦ste se queme antes de 1983. Son fr¨ªos, racionales y met¨®dicos. Su n¨²mero aumenta, no tienen convencimiento mon¨¢rquico y, si la situaci¨®n se desarrolla seg¨²n sus planes, su accion sera ¨ªmparable. Les preocupa la no existencia de un partido pol¨ªtico coincidente con sus tesis".
En tercer lugar se describ¨ªa la ,operaci¨®n de los espont¨¢neos". Su objetivo era un "golpe de mano sobre los centros neur¨¢lgicos" del poder pol¨ªtico. Por si no estuviera clara la personalidad de los posibles implicados, los autores de este informe alud¨ªan al precedente de la Operaci¨®n Galaxia, en la que hab¨ªa estado involucrado el teniente coronel Antonio Tejero.
El informe fallaba, sin embargo, en la determinaci¨®n del lugar m¨¢s probable para el golpe de mano: mencionaba el palacio de la Moncloa o algunos ministerios, pero no el Congreso de los Diputados. Conten¨ªa tambi¨¦n otro detalle interesante: a partir de su acci¨®n de comando, el grupo de los espont¨¢neos se pondr¨ªa a las ¨®rdenes de los mandos mllltares, "que dar¨ªan la forma definitiva al golpe". Exactamente, lo que Tejero trat¨® de hacer el 23-F.
Otras claves del 23-F y de los movimientos previos aparecen perfectamente descritas en una cuarta operaci¨®n, de ¨¢mbito mixto c¨ªvico-militar, as¨ª caracterizada por la participaci¨®n de civiles y militares en el n¨²cleo de la conspiraci¨®n.
La riqueza de informaci¨®n contenida en esta parte del documento justifica la reproducci¨®n, aqu¨ª, de un amplio resumen. "Est¨¢ promovida por un grupo mixto, compuesto por civiles sin militancia pol¨ªtica pero con experiencia en tal campo y por un grupo de generales en activo de brillante historial y capacidades de arrastre. Su mecanismo de implantaci¨®n ser¨ªa formalmente constitucional para cubrir las apariencias legales m¨ªnimas, evitando la calificaci¨®n de golpismo. La operaci¨®n, iniciada hace un ano, se plantear¨ªa mediante presiones conc¨¦ntricas de variada procedencia (med, os financieros, eclesi¨¢sticos, estructuras militares, sectores de partidos parlamentarios, prensa, personalidades, etc¨¦tera) para conseguir la-dimisi¨®n de Adolfo Su¨¢rez".
"Al final de este proceso se har¨ªa necesaria la discreta intervenci¨®n de la Corona para rematar y asegurar la citada dimisi¨®n. El rey, seguidamente, pondr¨ªa en marcha los mecanismos constitucionales al respecto. Se considera imprescindible los mayoritarios apoyos de UCI:) y PSOE a nivel parlamentario para asegurar la mayor¨ªa precisa en el momento de la investidura".
"Militar, por supuesto"
"El presidente del Gobierno ser¨ªa un general con respaldo del resto de la estructura militar. El Gobierno estar¨ªa compuesto al menos en un 50% por civiles independientes y alg¨²n militar, y el resto lo compondr¨ªan civiles propuestos por UCD, PSOE y Coalici¨®n Democr¨¢tica, sobre los que el Ej¨¦rcito se reservar¨ªa el derecho de veto. Ese Gobierno se asignar¨ªa como mandato el resto de la legislatura y se configurar¨ªa como un Gobierno de gesti¨®n o de salvaci¨®n naciortal, con un programa de reforma, de la Constituci¨®n, reordenaci¨®n dr¨¢stica de la legislaci¨®n y estructuras regionales, nuevas leyes electorales, sindicales y de ¨®rden p¨²blico, erradicaci¨®n del terrorismo e ?legalizaci¨®n del comunismo". Al final de su mandato, el Gobierno convocar¨ªa elecciones.El documento, preciso en cuanto a la clase de operaci¨®n ,prevista, era pobre en detalles: por ejemplo, no mencionaba nombre alguno. S¨ª indicaba que, para evitar la dispersi¨®n de fuerzas con las otras tramas, losautores de esta operaci¨®n hab¨ªan decidido coordinarse y, conjuntamente, "acrecentar la potencia de la presi¨®n sobre Su¨¢rez, la Corona y los partidos".
Respecto a las formaciones parlamentarias, los promotores de la intentona hab¨ªan contemplado dos'supuestos nada originales: o se aven¨ªan d¨¦ grado ante la invocaci¨®n al pretendido deterioro de la situaci¨®n pol¨ªtica y las apelaciones al buen sentido y al patriotismo de los l¨ªderes, o quedar¨ªan sometidos por la fuerza. "Fuerza militar, por supuesto", se indica en el documento reservado que el Gobierno, o al menos algunos de sus miembros, pudieron conocer.
En el apartado sobre "viabilidad de esta operaci¨®n", los autores del informe afirmaron que era "rnuy alta y su plazo de ejecuci¨®n se estima que podr¨ªa culminar para antes de la primavera de 1981 (Salvo imponderables)."
Un ex alto cargo del Ministerio del Interior reconoce, en privado, la pasividad del Gobierno ante la acumulaci¨®n de indicios peligrosos y reconoce que que "la defensa de la seguridad del Estado se abandon¨® bastante por los enfrentamientos de UCD". Un. ex ministro recuerda, por su parte, que el Centro Superior de Informaci¨®n de la Defensa (CESID) carec¨ªa entonces de competencias para investigar a los militares, y que la polic¨ªa tampoco ten¨ªa atribuciones legales para hacerlo.
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