Una aventura enormemente atractiva

Desde la creaci¨®n del Concurso Internacional de Piano de Santander, su fundadora, Paloma O'Shea, puso su mirada en un proyecto que parec¨ªa lejano y que al fin cobra visos de realidad: la educaci¨®n musical, tanto a nivel superior como a nivel inicial y medio. Se presenta ahora, conjuntamente, el proyecto de unas clases magistrales de piano, viol¨ªn, viola y violonchelo, a desarrollar en Santander durante el mes de agosto pr¨®ximo, y el de la fundaci¨®n de una escuela superior en la que los alumnos reciban una formaci¨®n de excelencia.Paloma O'Shea y su cuadro de colaboradores, entre los que destacan las figuras, de Rostrop¨®vich y Zubin Mehta, han estructurado un plan al que contribuyen con su mecenazgo diversas empresas e instituciones y, muy especialmente, la Comunidad de Madrid , que ha cedido los terrenos sobre los que se alzar¨¢ el nuevo edificio.

Cuatro nombres fundamentales, de alto prestigio internacional, tendr¨¢n a su cargo las clases, tanto en el ciclo santanderino como en los cursos madrile?os: el violinista -sovi¨¦tico Zalkhar Bron, premio Reina Elisabeth, de Bruselas, y Wienawsky, de Poznan, catedr¨¢tico en Mosc¨², Novosibirsk, Lubeck, Londres y Rotterdam; el pianista Dimitri Bashkirov, uno de los profesores sovi¨¦ticos que ha creado escuela; el violinista israel¨ª Daniel Benyamini, que ocupa la cabecera de su cuerda en la Orquesta de Par¨ªs, despu¨¦s de actuar con igual puesto en la Filarm¨®nica de Israel, creador de varias agrupaciones de m¨²sica de c¨¢mara, y el violonchelista Iv¨¢n Moniguetti, nacido en Riga, al que han dedicado sus obras compositores como Denisov y Vieru.

Se trata, pues, de crear m¨²sicos de ¨¦lite que, a su vez, ser¨¢n gu¨ªa y ejemplo de otros muchos j¨®venes int¨¦rpretes a trav¨¦s de una ense?anza integral que no se detiene en la pr¨¢ctica del instrumento, sino que se extiende al campo de la teor¨ªa e incluso de la cultura en sus necesarias conexiones con el arte de la m¨²sica. Entonces, f¨¢cil es comprender que las c¨¢tedras de la nueva escuela internacional, abierta a estudiantes espa?oles y extranjeros, precisan de dotaciones lo suficientemente amplias cuyos ense?antes garanticen, por su preparaci¨®n, su experiencia y su historial, un rigor did¨¢ctico y hasta un nuevo modo de mirar las cosas.

La aventura que la Fundaci¨®n Alb¨¦niz -y muy personalmente Paloma O'Shea- acomete resulta enormemente atractiva y, como todo intento ambicioso, no carece de riesgos y dificultades, sobre todo si se tiene en cuenta que los primeros pasos de cualquier empe?o han de ser seguros, medidos y claramente definidos en sus objetivos. Madrid, que, a diferenc¨ªa de Barcelona, no posee una gran historia en el campo de los centros de docencia musical de car¨¢cter privado, se incorpeira con la nueva escuela superior de m¨²sica a la tarea que la sociedad debe asumir en estrecha concomitancia con la Administraci¨®n.