La selecci¨®n espa?ola se aleja de Suecia
Espa?a cedi¨® anoche muchas de sus posibilidades de estar en Suecia. Ahora queda a expensas de Francia, que depende de s¨ª misma -debe recibir a Albania e Islandia y visitar a Checoslovaquia y Espa?a- Lo peor de todo es que la selecci¨®n de Luis Su¨¢rez perdi¨® frente a una que es t¨¦cnicamente muy inferior. Pero el equipo franc¨¦s posee excedentes de algo que al espa?ol le falta a menudo en los grandes compromisos: humildad y coraje para, sabi¨¦ndose inferior, luchar al m¨¢ximo.El p¨²blico festej¨® la victoria coreando el nombre de pila del seleccionador, Michel Platini. Es un triunfador. En poco m¨¢s de dos a?os ha construido un conjunto todo terreno, como le gusta definirlo, sin m¨¢s estrellas que sus delanteros, pero dotado de una capacidad de sacrificio impresionante. Platini ha repetido desde hace meses, y sus jugadores se lo han cre¨ªdo, que no es tan bueno como el que gan¨® la Eurocopa en 1984, pero que esa falta de cualidades t¨¦cnicas pueden suplirse con esp¨ªritu de bloque, de trabajo colectivo. Eso funcion¨® ayer.
Espa?a, con s¨®lo cuatro titulares del ¨²ltimo Mundial, incurri¨®, sin embargo, en esa falta de instinto criminal. Arranc¨® bien y tuvo a Francia contra las cuerdas, pero perdon¨® como en Checoslovaquia. En esos dos partidos claves, Espa?a ha tenido la oportunidad de sumar cuatro puntos y ha regresado con el canasto vac¨ªo.
Espa?a comenz¨® a toda m¨¢quina y a los dos minutos ya hab¨ªa desmentido todas las informaciones lanzadas por la Prensa francesa en los ¨²ltimos d¨ªas. No iba a cerrarse con descaro. Golkoetxea, en el primer minuto, y Sanchis, en el segundo, penetraron por la izquierda casi hasta el area peque?a sin encontrar oposici¨®n. Esas incursiones, que ya anunciaban la debilidad flagrante de la defensa francesa, tuvieron su confirmaci¨®n poco despu¨¦s, cuando Bakero recibi¨® el bal¨®n de Michel y, tuvo tiempo de parar, mirar y templar sin que nadie le molestase en cinco metros a la redonda. Hac¨ªa mucho tiempo que Espa?a no ten¨ªa un inicio tan optimista y positivo.
Pero, como en Checoslovaquia, Espa?a perdi¨® la concentraci¨®n y eso le cost¨® el empate cuatro minutos despu¨¦s, Sauz¨¦e cabeceaba tan c¨®modamente como Bakero hab¨ªa marcado. En ese espacio de tiempo entre gol y gol, la selecci¨®n fall¨® hasta cuatro veces en el inicio de la jugada. Juanito, nervioso e impreciso, entreg¨® tres balones al contrario al no medir sus pases. Francia, invicta desde hace dos a?os, estaba anonadada, pero encontr¨® un regalo de los espa?oles para recuperarse. Esos cuatro minutos fueron la clave. Si Espa?a no hubiese permitido ese empate, y hubiera serenado el juego, posiblemente el resultado habr¨ªa sido distinto.
En el equipo espa?ol hubo cosas que funcionaron claramente mejor que otras. Goikoetxea, por ejemplo, fue olvidado por sus compa?eros durante la primera parte, cuando Francia estaba m¨¢s abierta, y, sin embargo, se le busc¨® como recurso en la segunda, cuando los franceses hab¨ªan cerrado mucho m¨¢s los espacios. Amor funcion¨® como eje de? equipo con mucho acierto hasta que Platini coloc¨® sobre ¨¦l a un perro viejo, Fern¨¢ndez, Junto a Amor¨®s el ¨²nico superviviente de 1984. A partir de ese momento, Amor desapareci¨®. Con ¨¦l desaparecieron tambi¨¦n los canales de comunicaci¨®n entre la defensa y el ataque.
Quiz¨¢ los numerosos cambios de los ¨²ltimos meses (Nando, Juanito, Vizca¨ªno, Bakero y Amor) influyeron en la falta de concreci¨®n del dominio espa?ol. Vahirua, Papin y Cantona, lo mejor de Francia, llegaban con peligro, pero se quedaban siempre frenados en la zona cercana al ¨¢rea. Pese a todo, Espa?a dio la sensaci¨®n en la primera parte de poder superar con facilidad a una defensa francesa excesivamente abierta. No lo hizo y lo pag¨® con creces despu¨¦s.
Platini vari¨® el esquema defensivo en la segunda mitad ampliando de tres a cuatro el n¨²mero de sus integrantes al colocar a Amor¨®s, que hab¨ªa jugado hasta entonces como centrocampista por la izquierda, como marcador de Goikoetxea. Boli, que hab¨ªa ejercido esa funci¨®n en la primera mitad, se coloc¨® ante Butrague?o, que, mucho m¨¢s lento, s¨®lo apareci¨® una vez, en un bal¨®n que le arrebat¨® Martini. El cambio de Platini, unido a la entrada de Fern¨¢ndez, dio m¨¢s serenidad a Francia en su retaguardia y Espa?a ya no fue capaz de entrar con la soltura de la primera mitad. Hab¨ªa dejado escapar su gran ocasi¨®n.
El desenlace, funesto para los intereses espa?oles, comenz¨® a acelerarse con el remate de Pap¨ªn. Sanchis, que dice que prefiere a Hugo S¨¢nchez, presenci¨® en una posici¨®n privilegiada el golazo. De espaldas a la porter¨ªa y en semivolea, JPP, como se le conoce en Francia, remat¨® un bal¨®n que Zubizarreta s¨®lo vio cuando ya estaba en la red.
La conclusi¨®n fue penosa. Espa?a se qued¨® sin capacidad de reacci¨®n. Francia, sabedora de reacci¨®n sus limitaciones, agarr¨® con las manos la oportunidad que se le estaba presentando y acab¨® el partido con el tercer gol, de nuevo de cabeza, ante una defensa demasiado vulnerable en el juego a¨¦reo. En un repaso r¨¢pido del partido, Francia no pudo ser m¨¢s eficaz: de cuatro remates tres fueron goles.
Su¨¢rez ha tratado de restar importancia al partido de anoche desde hace una semana. Los deseos no siempre coinciden con las realidades. Espa?a ahora tiene m¨ªnimas posibilidades de clasificarse para Suecia.
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