El Estudiantes venci¨® al CAI sin excesivos esfuerzos
El Estudiantes se ha hecho mayor de edad. Lo llevaba apuntando durante toda la temporada, y lo ha confirmado en las dos ¨²ltimas semanas, en las que ha estado a punto de eliminar al Joventut en la Copa Korac. Super¨® la decepci¨®n consiguiendo un important¨ªsimo triunfo frente al CAI el pasado s¨¢bado y repiti¨® ayer papel de ganador frente a un decepcionante anfitri¨®n.Etiquetado como un conjunto joven y de eterno futuro que nunca llega a fructificar, algo ha cambiado en el Estudiantes. Siguen siendo j¨®venes y, en ocasiones, impetuosos, pero han aprendido a manejar el partido, entendiendo esto como la cualidad y habilidad para que el juego se desarrolle por los cauces y ritmos que a ellos les interesa, aunque estos caminos sean los del puro desprop¨®sito.
El Estudiantes templ¨®, mand¨® y remat¨® sin perder la compostura, con un oficio que no se le presupon¨ªa hace muy poco tiempo. Poco les importaba que la primera parte pudiese optar como candidata a un lugar de privilegio en el museo de los horrores deportivos. En 20 minutos fue tal la cantidad de errores, imprecisiones, precipitaciones y desaguisados t¨¦cnicos que parec¨ªa incre¨ªble que se estuviese disputando una fase final de la Copa del Rey. Pero mientras al Estudiantes poco le importaba ese continuo arriba y abajo, sin que la pelota entrase en la canasta m¨¢s que dos o tres veces de cada 10, el CAI se iba crispando lentamente.
Este enloquecedor estilo le va como anillo al dedo al Estudiantes. Mientras el adversario se ve rebasado por los acontecimientos en forma de correcalles, balones a la grada y gente rodando por el suelo, los hombres dirigidos por Miguel ?ngel Mart¨ªn se mueven en estos par¨¢metros como pez en el agua. El CAI no est¨¢ acostumbrado, y la penuria anotadora desquiciaba a los aragoneses de la misma forma que les daba igual a los colegiales.
El objetivo defensivo del Estudiantes se centraba en la defensa de Magee. Decir que solamente se consigui¨® es decir poco. El norteamericano sufri¨® una aut¨¦ntica pesadilla y por primera vez desde que lleg¨® a Espa?a no alcanz¨® los 10 puntos. Primero fue Orenga, que logr¨® aburrirle, y cuando las faltas personales le mandaban al banquillo, sal¨ªa kamikaze Rodr¨ªguez para continuar el trabajo.
Si alguna vez lograba superar a sus lapas, all¨ª estaba Pinone para echar una mano o un zarpazo, dependiendo de lo que interesase en cada momento. A Magee s¨®lo le quedaba el consuelo de capturar rebotes defensivos -19- pues a los ofensivos no le dejaban ni entrar.
Maniatado su estilete y primer recurso ofensivo, el ataque del CAI el m¨¢s prol¨ªfico de la Liga, qued¨® reducido a su m¨ªnima expresi¨®n, o sea, a Davis y, en ocasiones, Fernando Arcega. El resto estaba totalmente ofuscado al no encontrar la luz del faro Magee.
Cumplida la primera tarea, para el Estudiantes todo era cuesti¨®n de esperar a que la fruta cayese por su propio peso, o si era necesario, con un empujoncito. El encargado de darlo fue el hombre m¨¢s criticado en las ¨²ltimas fechas. Winslow consigui¨® 24 puntos en la segunda mitad, aupando a su equipo hacia las semifinales. Fue suficienie con esto y el mantener la calma con los continuos 1 + 1 de los minutos postreros del choque.
El Estudiantes ha alcanzado la mayor¨ªa de edad, sin que ello le haya supuesto dejar en el camino virtudes como la agresividad, la ambici¨®n y un mayor empaque como equipo. Hoy disputar¨¢ las semifinales frente al deca¨ªdo Joventut, mientras sus acciones suben como la es puma. Cosas de la edad.
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