El Joventut supo armarse de paciencia
El Joventut obtuvo un peque?o r¨¦dito en Madrid a fuerza de armarse de paciencia, una virtud que no se le supone. Su victoria obligar¨¢ al Real Madrid a un desembarco en Badalona, que es posiblemente el tipo de escenario en el que mejor se desenvuelva, porque este equipo desconoce los t¨¦rminos medios. En ese juego de caracteres, el equipo de Brabender est¨¢ m¨¢s definido. Ya no sorprende a nadie. Lo anecd¨®tico fue observar c¨®mo el Joventut resolv¨ªa un complicado compromiso a base de oficio.El juego madridista soporta muy mal un examen cronol¨®gico detallado porque es f¨¢cil detectar en su rendimiento una l¨ªnea intermitente: no lleva un ritmo uniforme sino impulsivo, en el que pueden sucederse minutos infructuosos con segundos incre¨ªblemente prol¨ªficos. Es frecuente que algunos jugadores dividan sus actuaciones en primeros tiempos espl¨¦ndidos y reanudaciones obtusas, o viceversa; otras veces, esa divergencia no est¨¢ tan claramente delimitada y hay personajes que transcurren de la miseria a la riqueza en un soplo, que aparecen para luego desaparecer sin previo aviso y ante el estupor de sus marcadores, incapaces las m¨¢s de las veces de explicarse tal fen¨®meno. Sin ir m¨¢s lejos, ayer el Madrid vivi¨® sus dos ¨²nicas ventajas en la segunda parte gracias a un par de tirones: un parcial de 8-0 al comenzar la reanudaci¨®n y un 7-0 minutos despu¨¦s. Como quiera que no se detectaron m¨¢s impulsos el partido acab¨® necesariamente en derrota.
Y en ello tuvo especial importancia el comportamiento pac¨ªfico y paciente del Joventut, que trabaj¨® un partido desconocido. No es el equipo de Badalona un conjunto que entienda la ductilidad, que sepa funcionar a diferentes velocidades; su escuela habla desde anta?o de fidelidad por el movimiento armonioso y el estilo acad¨¦mico, pero rechaza el recurso a la laboriosidad. Ayer, sin embargo, supo detenerse en marcha para arreglar un par de aver¨ªas y hartarse de paciencia para no evitar el cara a cara que necesitaba el Madrid.
Las principales aver¨ªas en la zona del Joventut las provoc¨® Roberts, al menos las m¨¢s graves o las que ten¨ªan soluci¨®n. Porque Roberts amaneci¨® imparable, due?o del rebote y eficaz en el juego ofensivo. En tres minutos, colocaba tres personales a Ferr¨¢n Mart¨ªnez; en dos, otras dos a Ruf. As¨ª que Lolo Sainz tuvo que ordenarle a Thompson su vigilancia. El americano ech¨® de manual, se coloc¨® el mono azul y, en un trabajo oscuro, supo rebajar las prestaciones de su colega.
Resuelta la v¨ªa de agua, el problema era saber esperar. Y ah¨ª el Joventut sorprendi¨® gratamente. Hab¨ªa que esperar y no inmutarse, por ejemplo, ante los arrebatos de Birlukov, capaz de hacer los triples de dos en dos, que Biriukov s¨®lo anota triples o tiros libres -s¨®lo hizo ayer una canasta de dos y bajo el aro- de un tiempo a esta parte. Hab¨ªa que saber esperar porque comportamientos as¨ª -como el triple de Mart¨ªn- no deben ser contestados a base de estrategia: se trata de actos an¨®malos. El Joventut fue paso a paso, sin perder el ritmo a causa de los accesos del Madrid. Tan bien le fue que encontr¨® con una victoria sencilla, de esas que no hacen ruido pero s¨ª hacen da?o.
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