Tristes
En el rock, los dinosaurios no desaparecen; se transforman. Adoptan los tics innovadores de a?os atr¨¢s y los agigantan, los convierten en su raz¨®n de ser. Consecuencia: los dinosaurios sobreviven, pero a a?os-rock de la realidad. Nuestra era sufre la perpetuaci¨®n del dinosaurio after-punk, especie nacida del nihilismo punk pero sobrealimentada a base de sonoridades muy ampulosas y ¨¦picas.Y The Sisters of Mercy es un hermoso ejemplar capturado en su momento de m¨¢ximo crecimiento. El grupo de Leeds tiene diez a?os de trayectoria y tres elep¨¦s, dos de ellos producidos por Jin Steiman, responsable de los trabajos del mism¨ªsimo Meat Loaf. La grandilocuencia sonora es por tanto previsible, y en directo se materializa gracias a la labor de dos guitarristas que crean densos, y en ocasiones chirriantes muros s¨®nicos.
The Sisters of Mercy
Andrew Eldritch (voz), Tony James (bajo), Andreas Bruhn (guitarra), Tim Bricheno (guitarra), Suzanne Jane Jozefowicz (teclados). Aforo: 1.500 personas. Precio: 1.800 pesetas. Sala Universal Sur. Madrid, 4 de marzo.
Bajo ellos, la voz grave de Andrew Eldridch ejecuta una especie de salmos en tonos menores y bajas tesituras, y la caja de ritmos (bautizada por el grupo como Doctor Avalanche) proyecta secuencias lentas con continuidad y potencia.
El resultado es pretendidamente apocal¨ªptico, aunque a la larga resulta plano y mon¨®tono. Cada tema cuenta, sin embargo, con un momento clim¨¢tico, en el que la voz abandona el tono monocorde y asciende a tonalidades y dibujos mel¨®dicos de corte pop. Aqu¨ª, el p¨²blico se entregaba, y -pu?o en alto- core¨® estribillos que parec¨ªan necesitar del rictus desencajado que el cantante ofrec¨ªa. Pues -es de suponer- su m¨²sica es triste, y la mente que la idea, atormentada.
La dramatizaci¨®n esc¨¦nica y sonora que en directo realiza The Sisters of Mercy, satisfizo con creces a su joven y numeroso p¨²blico. El grupo brit¨¢nico ha sublimado durante estos a?os la idea de lo siniestro, de lo tenebroso, pero las armas empleadas han sido convencionales: gigantismo, ampulosidad, recurrencia a mundos interiores plagados de im¨¢genes t¨®picas (noche, tinieblas...). Lejos quedan los hallazgos de aquellas bandas que, iniciados los ochenta, plasmaron con simetr¨ªa el malestar existencial, y que en algunos casos (Joy Division) lo forzaron hasta su l¨ªmite.
Babelia
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