El cine franc¨¦s plebiscita el encuentro Depardieu-Cyrano

El encuentro entre el herc¨²leo y sentimental actor G¨¦rard Depardieu y el desorbitado y no menos tierno personaje Cyrano de Bergerac es el mejor hallazgo del cine franc¨¦s en muchos a?os. La industria cinematogr¨¢fica francesa refrend¨® esa idea en la noche del pasado s¨¢bado al conceder 10 de los 21 premios C¨¦sar a la pel¨ªcula Cyrano de Bergerac, de Jean-Paul Rappeneau. Hac¨ªa 10 a?os que un filme (Le dernier m¨¦tro, de Fran?ois Truffaut) no lograba tal cosecha de estatuillas.

Inmenso, magn¨ªfico, triunfal, Depardieu subi¨® al escenario del teatro de los Campos El¨ªseos a recoger su premio al mejor actor franc¨¦s del momento por su interpretaci¨®n de Cyrano. "Qu¨¦ f¨¢cil es ser vasallo cuando se tiene tal se?or", lanz¨® rendido de entusiasmo el maestro de ceremonias de la fiesta anual del cine galo. A los invitados -entre los que se contaban Sof¨ªa Loren, Rosanna Arquette, Ridley Scott, Vanessa Paradis, Luc Besson y Carole Bouquet- les sal¨ªa humo de las palmas de tanto aplaudir al gigant¨®n.En la velada del s¨¢bado, el cine franc¨¦s se sinti¨® tal como hab¨ªa dicho por la ma?ana el ministro de Cultura, Jack Lang: "En franca recuperaci¨®n, fuerte incluso". Cyrano de Bergerac, pel¨ªcula candidata a cinco oscars, es el buque insignia de un evidente renacimiento basado en un gran plantel de actores, un retorno de los espectadores a las salas oscuras, una inteligente ayuda estatal, una estrecha cooperaci¨®n con las televisiones y una nueva pol¨ªtica de grandes producciones.

Como todo el mundo esperaba, Cyrano de Bergerac obtuvo, entre otros, los premios a la mejor pel¨ªcula, al mejor director y al mejor actor. Depardieu ya hab¨ªa conseguido por este mismo papel el trofeo a la mejor interpretaci¨®n masculina del ¨²ltimo festival de Cannes, y aspira a arrancar un Oscar el 25 de marzo.

Francia asiste extasiada a lo que la prensa llama "hurac¨¢n Depardieu". El actor interpreta cuatro o cinco pel¨ªculas al a?o, y tras conquistar Francia y otros pa¨ªses de Europa occidental, se acaba de lanzar al asalto de Estados Unidos. Cyrano de Bergerac ha tenido un c¨¢lido recibimiento en el otro lado del Atl¨¢ntico, y los norteamericanos aplauden estos d¨ªas la interpretaci¨®n de, Depardieu en el filme Green card, de Peter Weir.

"G¨¦rard Depardieu es al cine lo que Pel¨¦ fue al f¨²tbol", escribe el Wall Street Journal. "Depardieu revienta la pantalla por su presencia f¨ªsica, pero sobre todo porque se desprende de ¨¦l una pasi¨®n feroz, una sensibilidad delicada", dice el Daily News. Seguro de s¨ª mismo, el actor ha declarado a un semanario neoyorquino: "Yo no quiero hacer pel¨ªculas con toneladas de efectos especiales. Yo soy un efecto especial en m¨ª mismo".

Popularidad

Depardieu bord¨® su papel en la primera adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de la obra teatral Cyrano de Bergerac, de Edmond de Rostand. El actor aport¨® lo mejor de su energ¨ªa y fragilidad al personaje del poeta y espadach¨ªn que renuncia a seducir a la mujer que ama por temor a ser rechazado a causa de su enorme nariz. Pero en 1990 esta pel¨ªcula supuso en Francia mucho m¨¢s que la consagraci¨®n de Depardieu: resucit¨® el personaje de ficci¨®n m¨¢s popular del pa¨ªs.Con ese amor por la reflexi¨®n que sigue constituyendo su principal fuerza, Francia se interroga ahora sobre su identidad en un mundo caracterizado por la hegemon¨ªa pol¨ªtica y militar norteamericana y la potencia econ¨®mica de alemanes y japoneses. Cyrano es la respuesta a sus inquietudes. Cyrano es la apoteosis de los mejores valores franceses: el orgullo de la propia identidad y su permanente puesta en cuesti¨®n; la generosidad en el servicio de una gran misi¨®n; la victoria del esp¨ªritu sobre la materia. El cine franc¨¦s plebiscita ese mito al conceder la mitad de los C¨¦sar al filme de Rappeneau.