Sobre h¨¦roes y tumbas
Durante casi medio siglo, el Athletic vivi¨® de las gestas heroicas. El otro medio se lo ha pasado profesando el culto a sus h¨¦roes. Como si de extra?o partido de f¨²tbol se tratase, el Athletic se pas¨® 50 a?os atacando y lleva cuarenta y tantos defendiendo su integridad con el victimismo como ¨²nico estandarte.De pronto, descubri¨® a Javier Clemente y puso en sus manos una prodigiosa generaci¨®n de futbolistas para oficiar el milagro de parar el tiempo y retornar a los tiempos heroicos como si nada hubiera pasado. El encantamiento dur¨® un suspiro y las galas se tornaron andrajos. El pasado domingo el Barcelona puso en hora el reloj rojiblanco, parado hace cinco a?os y con la maquinaria averiada hace lustros. Por alguna extra?a raz¨®n profesa el Athlet¨ªc un acendrado culto al pasado, a los valores espir¨ªtuales y a la tradici¨®n como m¨¢gico argumento. Bajo el tamiz de la idiosincrasia popular se esconden un sinf¨ªn de errores de planteamientos y de culpar al sirimiri del desprecio por las habilidades t¨¦cnicas en favor de los galeotes del c¨¦sped.
El presidente Lertxundi accedi¨® a la poltrona bajo promesas de renovaci¨®n, de extraviar la mirada a las islas brit¨¢nicas para fijarla en Holanda o Italia, pero su primera decisi¨®n fue contratar a Javier Clemente, un culturista del balompi¨¦ que ofertaba en teor¨ªa tranquilidad al relevo.
Pero en sus manos dispuso una plantilla imberbe, descompensada, desacostumbrada al sacrificio, y el remedio no acert¨® con la enfermedad. M¨¢s que los seis goles del domingo la impotencia qued¨® plasmada en la alineaci¨®n de ambos equipos. Seis vascos formaron en el once azulgrana, lo que afectaba directamente a la l¨ªnea (le flotaci¨®n del proyecto rojiblanco. De pronto, la historia se rebela y lo hace con todas sus consecuencias. Clemente desnuda el mito y se hace humano; las promesas de renovaci¨®n se convierten en un cuento de hadas; las posibilidad del descenso se hacer carne, y el Barcelona, con seis vascos, escribe un resultado hist¨®rico en las estad¨ªsticas del club.
Convendr¨ªa ahora que alguien incluyese en la exigua biblioteca rojiblanca un librito de Ernesto S¨¢bato. Aquel que trata sobre h¨¦roes y tumbas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.