Hassan II y los jud¨ªos

Aunque hayan transcurrido varias d¨¦cadas desde que sal¨ª de Marruecos, no puedo, como jud¨ªo espa?ol sefard¨ª, pero oriundo de aquel pa¨ªs, permanecer como espectador c¨®mplice de la desinformaci¨®n originada por el art¨ªculo publicado en este diario, el 3 de marzo, Hassan II, 30 a?os de dictadura.Aqu¨ª se trata de dejar hablar al coraz¨®n, y de manifestar con espontaneidad los sentimientos de afecto que existen entre los jud¨ªos oriundos de Marruecos, dispersos por el mundo, hacia su pa¨ªs de origen, el pueblo marroqu¨ª y su rey.

Siempre tenemos presentes los lazos especiales que han unido y siguen uniendo a jud¨ªos y musulmanes en Marruecos. Tanto los que ahora vivimos fuera de aquel pa¨ªs como los que siguen all¨ª, alabamos la ejemplar tolerancia, el liberalismo y la apertura que caracterizan a Hassan II.

Estas cualidades del rey de Marruecos y de su pueblo no se han desmentido desde la acogida que otrora dispensaron a los jud¨ªos expulsados de Espa?a en 1492.

A lo largo de los siglos tanscurridos, fructific¨® y se desarroll¨® una convivencia enriquecida por nuestra historia milenaria, por la realidad de nuestra identidad y de nuestra cultura.

Y ello no significa merma alguna de nuestra inquebrantable solidaridad con nuestros hermanos jud¨ªos del mundo, con el pueblo y con la tierra de Israel. Lo cort¨¦s no quita lo valiente.

Los lazos que se han venido forjando entre las comunidades jud¨ªa y musulmana en Marruecos justifican ampliamente el cari?o y el respeto que sentimos hacia la dinast¨ªa alau¨ª y Hassan II.

Son ¨¦stos, en efecto, los sentimientos que se merece un rey que en ning¨²n momento ha demostrado ser un dictador para con sus s¨²bditos jud¨ªos. Y qu¨¦ mejor prueba de ello que yo, jud¨ªo y ciudadano espa?ol, residente en Madrid, dejando expresarse mi coraz¨®n sin ning¨²n tipo de coacci¨®n, manifieste abierta y p¨²blicamente mi respeto a Hassan II.- y un grupo de jud¨ªos espa?oles oriundos de Marruecos.