Un sue?o de 50 a?os
El neur¨®logo Oliver Sacks presenta un filme sobre la vuelta a la vida de 20 enfermos
En el verano de 1969, el neur¨®logo brit¨¢nico Oliver Sacks despert¨® a 20 personas que, a causa de una rara enfermedad cerebral, llevaban durmiendo hasta 50 a?os. Su experiencia con estos pacientes, que tuvieron que enfrentarse al problema de volver a la vida, se narra en su libro Despertares y en la pel¨ªcula del mismo nombre que ayer se estren¨® en Madrid, en una gala de la Cruz Roja a la que asisti¨® la Reina Sof¨ªa.
El actor Robert de Niro encarna en la pel¨ªcula a uno de los pacientes que en 1969 Oliver Sacks encontr¨® recluidos en un hospital estadounidense. Eran los ultimos supervivientes de una epidemia de encefalitis let¨¢rgica que afect¨® a cinco millones de personas en todo el mundo entre 1917 y 1927. Las manifestaciones de esta extra?a enfermedad cerebral provocada por un virus eran muy variadas y muchos murieron. Mientras algunos sufrieron intenso insomnio, la mayor¨ªa entr¨® en un estado let¨¢rgico profundo sin que la medicina pudiera prestarles ayuda durante a?os.El tratamiento con el f¨¢rmaco L-dopa permiti¨® a Sacks devolver a la vida a "personas que, en algunos casos, hab¨ªan ca¨ªdo en el sue?o cuando eran j¨®venes y se despertaron siendo viejas". El libro narra c¨®mo algunos dolientes consiguieron crearse una nueva vida. "Estos pacientes hab¨ªan perdido la parte intermedia de la vida y experimentaron de repente una especie de resurrecci¨®n; empezaron a moverse, a sentir, a pensar", recuerda este neur¨®logo de 58 a?os. Su libro, dice, cuenta c¨®mo unas personas consiguieron crearse una nueva existencia.
"La primera reacci¨®n de estos pacientes fue de una alegr¨ªa desbordante al sentirse vivos, pero inmediatamente empezaron a surgir complicaciones debidas, en parte, al efecto de unos f¨¢rmacos cuya acci¨®n no pod¨ªamos controlar sobre sistemas nerviosos tan deteriorados", dice Sacks. "Pero tambi¨¦n sufrieron los problemas existenciales de seres que se hab¨ªan encontrado muertos y de repente estaban vivos", a?ade y comenta que "a veces estar sano es m¨¢s dificil que estar enfermo".
Aprender a vivir
Cuenta que entre sus pacientes de aquel verano hab¨ªa uno que reaccion¨® muy bien a la medicaci¨®n y se recuper¨® fisiol¨®gicamente en dos semanas, sin embargo tard¨® un mes en salir de la habitaci¨®n y tres meses m¨¢s en atreverse a cruzar la calle. "Ten¨ªa los h¨¢bitos de un enfermo, de un inv¨¢lido, y tard¨® meses en asumir la identidad de una persona sana", comenta el neur¨®logo. A la alegr¨ªa de la curaci¨®n sigui¨® la tragedia de unas personas que ya no ten¨ªan familia, ni hogar ni una red social y cultural, que eran marginados, y pocos logra ron sobrevivir llevando una vida normal. "Yo quer¨ªa contar en el libro c¨®mo estos pacientes estaban intentando encontrar un equilibrio y c¨®mo se desarrollaron sus reacciones", cuenta Sacks. "Algunos de estos pacientes", contin¨²a Iograron seguir viviendo y tener una existencia muy rica y positiva despu¨¦s de su tratamiento".El autor de Despertares cuenta que uno de sus antiguos enfermos asisti¨® un d¨ªa al rodaje de la pel¨ªcula. Todos se sorprendieron al comprender que la historia no se hab¨ªa terminado hace 20 a?os, sino hab¨ªa quienes viv¨ªan despu¨¦s de aquella experiencia. "Los que se recuperaron desde el punto de vista fisiol¨®gico, pero no ten¨ªan un hogar, porque muchos hab¨ªan sido abandonados por sus familias, no pudieron llevar una vida llamada normal", dice Sacks. "Algunos regresaron a sus casas y durante algun tiempo llevaron una existencia bastante regular, pero lo tr¨¢gico de muchos pacientes es que la mejor¨ªa espectacular que experimentan dura s¨®lo unas cuantas semanas", explica.
Las epidemias de encefalitis let¨¢rgica se han repetido a lo largo de la historia. La ¨²ltima surgi¨® en Viena (Austria) en 1917 y se extendi¨® por todo el mundo. "Estos pacientes sufrieron lesiones cerebrales muy graves y sin embargo vimos c¨®mo lucharon por mantener una identidad o volver a cre¨¢rsela", recuerda.
A Sacks le atraen los casos extremos "de los que se puede aprender mucho sobre el cerebro y la habilidad del ser humano para sobrevivir, adaptarse y superar cualquier tipo de reto". Pero luego ha investigado tambi¨¦n la reacci¨®n de una comunidad a la sordera, "porque", dice, "me interesan los mecanismos de compensaci¨®n en personas que consiguen una nueva vida a pesar de ser diferentes".
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