La fuerza inglesa pudo a la habilidad de Francia
Inglaterra gan¨® apretadamente el Torneo de las Cinco Naciones y su primer Grand Slam desde 1980 -al vencer a los cuatro rivales del torneo-, pero dej¨® un gusto amargo por la forma en que lo consigui¨®. El rugby, que tierie como una de sus grandes virtudes la complejidad de reglas y, de t¨¦cnica para explotar todas las habilidades y la fuerza f¨ªsica de los jugadores, sigue demasiado supeditado en sus resultados a los puntos conseguidos en las transformaciones. Francia obtuvo tres ensayos, por s¨®lo uno Inglaterra en el juego abierto, pero el dominio ingl¨¦s en el partido con su delantera le permiti¨® acumular los puntos ganadores en los golpes de castigo.
Estas faltas, muchas veces discutibles, favorecen demasiado a los equipos que practican un rugby m¨¢s de potencia que de habilidad y ese fue el caso de ayer. Francia encaden¨® los fueras de juego y el ¨¢rbitro gal¨¦s tambi¨¦n la acribill¨®. Inglaterra se aprovech¨® perfectamente de la inercia.
El primer ataque de su potente delantera provoc¨® ya un golpe de castigo que transform¨® el inevitable zaguero Hodgkinson. Su gran seguridad como pateador empezaba a ser una garantia de ¨¦xito para su equipo. Pese a que no tuvo un d¨ªa muy inspirado y marc¨® s¨®lo la mitad de sus 10 intentos, bati¨® el r¨¦cord individual de puntos en el torneo, 60, que ten¨ªa en 54 el franc¨¦s Lescarboura desde 1984. Ayer obtuvo 14, su media habitual, dos tercios del total de su equipo. Elocuente
Un ensayo genial
Sin embargo, momentos como el primer ensayo franc¨¦s son los que dejan huella. La genialidad de Francia dej¨® su impronta e hizo enmudecer Twickenham. Su l¨ªnea de tres cuartos explot¨® por el lado derecho y la ayuda del medio apertura Camberabero fue excepcional. Tras una patada a seguir por ¨¦l mismo, dio otra al centro del campo por donde no imaginaba nunca la defensa inglesa que pudiera llegar tan r¨¢pidamente el ataque. Saint-Andr¨¦ ensay¨® entre palos en un ejemplo del rugby m¨¢s inteligente y preciosista.Pero fue un espejismo. La locomotora blanca comenz¨® a funcionar y domin¨® ya todo: saques de lateral, mauls o mel¨¦es abiertas y, sobre todo, las mel¨¦es cerradas. El ¨²nico ensayo de Underwood s¨®lo result¨® una simple consecuencia. Con el 18-9 del descanso pareci¨® todo decidido y buena prueba de ello fue el largo par¨¦ntesis al comienzo de la segunda parte. Inglaterra se content¨® con contener a Francia en su campo, incluso cometiendo fueras de juego que no le supon¨ªan peligro de transformaci¨®n. Pero los dos ¨²ltimos ensayos de Camberabero y Mesnel volvieron a dejar claro que si el rugby tiene tambi¨¦n su encanto al ver salir un bal¨®n increiblemente tras una presi¨®n de toda una masa humana de delanteros, lo encuentra mucho m¨¢s en unos cambios de pie y unas combinaciones electrizantes de las l¨ªneas de tres cuartos. Y el reglamento no lo valora tanto. Francia tiene razones sobradas para lamentarse tras quedar a s¨®lo dos puntos
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