'Dinast¨ªas' argentinas
La crisis del pa¨ªs provoca el desmoronamiento del poder absoluto de las familias pol¨ªticas
La gota corrosiva de la democracia argentina ha comenzado ahora a horadar la piedra. Un estado de bronca social en todo el pa¨ªs, estimulado por la crisis econ¨®mica, hace temblar dinastias que parec¨ªan eternas. Los Menem, los Saadi, los Yoma, los Sapag, los Rodr¨ªguez Saa, los Romero, los Cornejo, los Guzm¨¢n y otras familias enlazadas por dinero, sangre, sospechas, complicidades y ambiciones comunes ven pudrirse bajo sus pies el r¨¦gimen casi feudal que les permiti¨® mantener el poder absoluto en varias provincias durante los ¨²ltimos 40 a?os.
Cada uno en su territorio pol¨ªtico soporta las mismas acusaciones: nepotismo, corrupci¨®n, demagogia y fraude. La santa alianza que Carlos Menem -en su doble condici¨®n de presidente de la naci¨®n y representante aut¨¦ntico de ese pa¨ªs del interior- intenta con las familias y los grupos tradicionales que controlan la otra mitad desde Buenos Aires, no parece suficiente para evitar la convulsi¨®n y el descalabro.La pasada semana, Menem debi¨® atender personalmente al hijo de su maestro, el desaparecido patriarca Vicente Saadi, para discutir con ¨¦l la forma de salvar a la provincia de Catamarca, la primera en estallar. Ram¨®n Saadi, de 41 a?os, uno de los cinco hijos de don Vicente y heredero del trono de gobernador, no ha podido pagar la indignaci¨®n de su pueblo a pesar de la ayuda de otros 50 miembros de su familia que ocupan los principales cargos de la administraci¨®n provincial y su representaci¨®n en el Parlamento nacional.
El crimen de una adolescente Mar¨ªa Soledad Morales, de 17 a?os, drogada y violada en una fiesta en la que participaron destacados miembros de las mejores familias catamarque?as el pasado septiembre, fue el detonante. El hist¨®rico silencio impuesto por el miedo se manifest¨® desde entonces en reuniones p¨²blicas en las que una impresionante multitud marcha, cada jueves, sin hablar. El tiempo transcurrido ha convertido al crimen en un s¨ªmbolo y todo el pa¨ªs tiene los ojos puestos en la provincia de Catamarca.
El presidente Carlos Menem, en una reciente entrevista concedida al peri¨®dico conservador La Naci¨®n, portavoz de las familias tradicionales, asegur¨® que su credibilidad se est¨¢ recuperando. Seg¨²n Menem, Argentina est¨¢ pasando "por el mejor momento de toda su historia". El jefe del Estado conoc¨ªa ya una de las tantas bromas crueles que pueden o¨ªrse en las calles de todo el pa¨ªs: "Sadam Husein acept¨® rendirse, pero con una condici¨®n: desea ser juzgado en Catamarca". Menem considera que "no hay motivos" para decretar la intervenci¨®n de Catamarca.
Pacto pol¨ªtico
El gobernador Ram¨®n Saadi adelant¨® las elecciones en las que se disputa su puesto y la renovaci¨®n legislativa al pr¨®ximo 8 de mayo despu¨¦s de que el Gobierno nacional decidi¨® convocarlas para el 8 de septiembre en todo el pa¨ªs. Menem no hab¨ªa tenido en cuenta que ese d¨ªa se cumpl¨ªa un a?o desde que asesinaron a Mar¨ªa Soledad Morales. El pacto entre Menem y Saadi, que fueron gobernadores entre 1973 y 1979 de La Rioja y Catamarca, dos provincias fronterizas, se alcanz¨® de inmediato.El Gobierno nacional no va a intervenir en Catamarca y aduce que ya falta muy poco para que el pueblo pueda votar. En ese plazo, el Gobierno provincial debe controlar la rebeli¨®n sin reprimir a los manifestantes, como lleg¨® a hacerlo en las ¨²ltimas marchas del silencio, y tambi¨¦n debe ayudar a resolver el crimen "caiga quien caiga", se llame Saadi o Luque o lleve apellido de familias amigas de los Menem.
El crimen de Catarnarca coincidi¨® en el tiempo con el agotamiento definitivo del modelo conservador basado en la econom¨ªa agropecuaria, que se mantiene invariable desde que finalizaron las guerras civiles entre "caudillos" -posteriores a las batallas por la Independencia- en la segunda mitad del siglo pasado. Tambi¨¦n coincide con los primeros siete a?os de democracia continua en los ¨²ltimos 60 a?os, un sistema que los ciudadanos y los medios de comunicaci¨®n han aprendido a defender como nunca lo hab¨ªan hecho antes.
Todas las encuestas revelan un Argentina un alto porcentaje insatisfacci¨®n y de indignaci¨®n que excede a la grave situaci¨®n econ¨®mica individual de la mayor parte de los ciudadanos. El descr¨¦dito afecta por igual a Gobierno y oposici¨®n, y en especial a los partidos mayoritarios, el peronismo y el radicalismo.
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