Cien diputados piden el cese del juez que rechaz¨® liberar a los 'seis de Birmingham'
M¨¢s de un centenar de parlamentarios brit¨¢nicos exigieron ayer la dimisi¨®n de lord Lane, presidente del tribunal de apelaci¨®n y juez que hace tres a?os rechaz¨® la solicitud de libertad presentada por los seis de Birmingham. La intervenci¨®n de los pol¨ªticos ha irritado en estamentos de la judicatura, que lo ven como una injerencia repudiable. Los seis, mientras, siguen gozando de sus primeros d¨ªas de libertad en olor de multitud no exenta de pol¨¦mica, por el prominente papel que en las bienvenidas ha querido desempe?ar el Sinn Fein, brazo pol¨ªtico del IRA, grupo terrorista autor de la matanza por la que fueron condenados los seis y perdieron 16 a?os de vida.
Parlamentarios conservadores, laboristas y dem¨®crata-liberales presentaron ayer una petici¨®n en la C¨¢mara de los Comunes en la que solicitan a la reina "la gracia de relevar de sus funciones al Lord Chief Justice", lord Lane, presidente del tribunal de apelaci¨®n, integrado siempre por tres jueces bajo la presidencia del Lord Chief Justice.Lord Lane presidi¨® la apelaci¨®n presentada por los seis de Birmingham en 1987 y a primeros de 1988 manifest¨®: "Conforme avanzaba la vista, esta sala se ha ido convenciendo cada m¨¢s de que el veredicto del jurado (en 1976) fue acertado". Los parlamentarios le critican por el tono de superioridad empleado entonces, tradicional con un sistema judicial que se las ha visto y deseado para llegar a dudar de la polic¨ªa.
La petici¨®n de dimisi¨®n tiene pocas posibilidades de triunfar se necesita que cuente con la aprobaci¨®n de los Comunes y de los Lores, algo que s¨®lo se ha conseguido una vez en 300 a?os- y ha provocado una cr¨ªtica reacci¨®n en algunos sectores de la judicatura.
La m¨¢xima autoridad judicial, el Lord Chancelor, presidente de la C¨¢mara de los Lores, ha salido en discreta defensa de la honestidad profesional de Lane, pero su predecesor ha derrochado furia. Lord Hailsham dice que es inconstitucional que los pol¨ªticos manipulen el sistema judicial, y truena.
Los seis siguen la pol¨¦mica desde la distancia, con celebraciones en el norte y el sur de Irlanda. El primero en volver a Londonderry fue John Walker, que fue recibido en la ciudad, que no visitaba desde hac¨ªa 40 a?os como un h¨¦roe. Entre quienes salieron a su encuentro estaba Martin McGulnnes, el l¨ªder local del Sinn Fein, antiguo alto responsable del IRA. McGuinnes subi¨® al autob¨²s en el que Walker entr¨® en la ciudad y le abraz¨®.
Las im¨¢genes de televisi¨®n que mostraban a los dos juntos provocaron revulsi¨®n entre los supervivientes de los dos atentados que el 21 de noviembre de 1974 sacudieron la ciudad de Birmingham, que los familiares de los seis abandonaron -con destino a Londres o al Ulster- para salvarse de los enfurecidos ataques de los m¨¢s antiirlandeses Je sus habitantes.
Simpatizantes del IRA
Ian y Maureen Lord estaban en el pub Mulberry Bush cuando estall¨® una de las bombas. Ambos recibieron heridas de consideraci¨®n, y tuvieron la relativa compensaci¨®n psicol¨®gica de la inmediata detenci¨®n de los presuntos culpables y de su condena a cadena perpetua. Maureen acepta mejor la liberaci¨®n de los seis que su marido y dice que no tendr¨ªa inconveniente en estrecharles la mano. lan, un mec¨¢nico de 38 a?os, no se ablanda. "Digamos que hay que aceptar lo que la justicia dice. Pero no puedo soportar el verles celebr¨¢ndolo. No siento nada por ellos, y desde luego no siento pesar". Para lan lo que cuenta es que los seis eran simpatizantes del IRA detenidos cuando iban a coger un barco rumbo a Belfast para asistir al funeral del terrorista James McDade, muerto la semana anterior en Coventry al estallarle una bomba que iba a colocar. "No me importa lo que diga la gente; para m¨ª siempre habr¨¢ un elemento de duda en su participaci¨®n", apostilla.
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