El destino de Francia y el 'amigo americano'
La simpat¨ªa o antipat¨ªa por EE UU, clave del debate sobre la pol¨ªtica exterior de Mitterrand
JAVIER VALENZUELA Desde la invasi¨®n iraqu¨ª de Kuwait hasta la reuni¨®n en La Martinica de Fran?ois Mitterrand y George Bush, todos los debates de pol¨ªtica exterior en Francia terminan dividiendo a sus participantes en pronorteamericanos y antinorteamericanos. Los primeros son los m¨¢s, y est¨¢n capitaneados por el propio Mitterrand. El presidente franc¨¦s lo tiene claro: el destino de su pa¨ªs camina por la misma senda que el de Estados Unidos.
Mitterrand se apoya en los dos ¨²ltimos siglos de historia. Desde la ayuda de La Fayette a la independencia norteamericana hasta la participaci¨®n de la divisi¨®n Daguet en la guerra contra Irak, todo prueba la comunidad de intereses entre Par¨ªs y Washington. Mitterrand, afirman sus pr¨®ximos, ser¨ªa feliz con conseguir para Francia el papel de la Atenas del imperio norteamericano.
El problema del presidente franc¨¦s, replica el escritor y ex consejero del El¨ªseo Regis Debray, es que Mitterrand cree que Francia tiene una deuda pendiente con Estados Unidos: la liberaci¨®n del yugo nazi. La alianza con Washington es un "dato prioritario, global, casi m¨ªstico" de su personalidad pol¨ªtica.
D¨ªas atr¨¢s, al ministro de Exteriores, Roland Dumas, viejo c¨®mplice del presidente, le preguntaron su opini¨®n sobre el periodo en que De Gaulle impuso a EE UU la autonom¨ªa pol¨ªtica y militar francesa. Dumas respondi¨®: "Siempre he pensado que la pol¨ªtica exterior gaullista consist¨ªa en una serie de ilusiones".
Hostilidad a la hegemon¨ªa
En los ¨²ltimos siete meses, la hostilidad hacia la hegemon¨ªa mundial de Estados Unidos ha sido el gran denominador com¨²n de los enemigos de la participaci¨®n francesa en la guerra. Mientras la mayor¨ªa del pa¨ªs cerraba filas en torno al intervencionismo de Mitterrand, el sentimiento antinorteamericano un¨ªa coyunturalmente al comunista Georges Marchais, al trosquista Alain Krivine, a los ecologistas y pacifistas, al ultraderechista Jean Marie Le Pen, a los disidentes socialistas, al l¨ªder antirracista Harlem Desir y a los familiares directos de De Gaulle.
Si el socialista Jean-Pierre Ch¨¦venement present¨® su d1misi¨®n como ministro de Defensa fue porque no pod¨ªa ver a los soldados franceses convertidos en auxiliares de los norteamericanos en una guerra contra un pa¨ªs ¨¢rabe. Ch¨¦venement cree que los intereses de EE UU y de Francia no son los mismos. Su Francia no mira al Atl¨¢ntico como la de Mitterrand, sino al Mediterr¨¢neo. Otros notables socialistas se opusieron a la pol¨ªtica presidencial. Entre ellos, el ex ministro de Exteriores Claude Cheysson y los diputados Max Gallo y Julien Dray.
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