El director teatral Yuri Liub¨ªmov sigue consider¨¢ndose persona no grata en la URSS
El Teatro Taganka de Mosc¨² estrena hoy en Madrid 'Bor¨ªs Godunov'
El Teatro Taganka de Mosc¨² es uno de los mitos esc¨¦nicos contempor¨¢neos. Hoy, ma?ana y pasado act¨²a en el teatro Alb¨¦niz de Madrid con uno de sus montajes m¨¢s queridos: Bor¨ªs Godunov, de Pushkin, dirigido por el creador del grupo, Yuri Liub¨ªmov, que, tras salir de la URSS en 1984, s¨®lo pudo regresar al Mosc¨² de la perestroika. Hub¨ªmov, que sigue manteniendo opiniones muy cr¨ªticas sobre su Gobierno, se considera a¨²n persona no grata para las autoridades sovi¨¦ticas, dirige en Madrid a otra figura del Taganka: el actor Nikol¨¢i Gubenko, actual ministro de Cultura.
Yuri Llub¨ªmov tiene casi exactamente la edad de la Revoluci¨®n, y es uno de esos mitos de la cultura sovi¨¦tica cuyo pasado de continuos choques con la censura le ha llevado a una posici¨®n absolutamente cr¨ªtica con el partido comunista de la URSS. "Sigo consider¨¢ndome persona no grata", dice, "aunque me hayan devuelto la ciudadan¨ªa que me arrebataron tras no dejarme volver al pa¨ªs en 1984. Entonces se dijo que yo me exili¨¦, y lo cierto es que ten¨ªa trabajo fuera y no me permitieron regresar. Pero hoy soy el ¨²nico intelectual de la oposici¨®n que se ha quedado en la URSS para trabajar por la perestroika".
Pesimismo
No se atreve Liubimov a hacer predicciones, pero comprende el pesimismo actual del pueblo y de la intelectualidad sovi¨¦tica: "Es verdad la definici¨®n que da el chiste: el pesimista es un optimista bien informado. La Revoluci¨®n de 1917 lo derrumb¨® todo, y empez¨® la tarea que indican los versos de la Internacional: 'El mundo de hoy ha de hacerse a?icos / y los nada de hoy todo han de ser'. En 73 a?os lo han conseguido, y ahora ellos mismos dicen que hay que reconstruir. ?Sobre qu¨¦ base? ?Y por qu¨¦ el pueblo tiene que creerles? El pa¨ªs m¨¢s rico del mundo est¨¢ ahora lleno de pobres. De ah¨ª el pesimismo".En 1984, Liubimov tuvo que quedarse en Inglaterra, y luego trabaj¨® en Italia y en otros pa¨ªses europeos. Hasta 1988, y precisamente en una representaci¨®n en Madr¨ªd, no se reencontrar¨ªa con el Teatro Taganka, que hab¨ªa fundado en 1964 y cuyo primer montaje fue La buena persona de SeZuan, de Brecht. La experiencia occidental le sirvi¨® para "descubrir un mundo distinto". Un mundo que sigue sorprendi¨¦ndole: "En el hotel en que estoy, vi anoche una reuni¨®n de un partido de extrema izquierda. ?Qu¨¦ quieren, el comunismo? Es como esas manifestaciones a favor de un dictador como Sadan Husein; no puedo aceptarlas. Recuerdo que, cuando Solzhenitsin visit¨® Espa?a, en los ¨²ltimos a?os del franquismo, aqu¨ª no entendieron que hablaba con im¨¢genes, y fue muy criticado porque dijo que, en comparaci¨®n con la URSS de Stalin, ustedes estaban mejor".
La ¨¦poca de Breznev signific¨® para Liubimov y Taganka un continuo enfrentamiento con el poder. "Llegaron a obligarme a montar La madre, de Gorki, como condici¨®n para no cerrar el teatro, que aglutinaba a gran n¨²mero de artistas e intelectuales y que era el s¨ªmbolo de la lucha por la libertad. Todo iba de mal en peor, hasta estallar en 1984, precisamente con Bor¨ªs Godunov: cerraron el local pretextando motivos de salud, y yo a?ad¨ª: 'Prohibido por el Ministerio de Cultura. Pushkin ha muerto".
Pushkin y Bor¨ªs Godunov siguen siendo, para Liub¨ªmov, inexcusables puntos de referencia. "En Europa pueden pensar que Pushkin es s¨®lo un libretista, pero para nosotros es lo mismo que Cervantes para los espanoles, Shakespeare para los brit¨¢nicos, Goethe para los alemanes".
Con la perestroika, el panorama ha cambiado. "Ahora cada artista tiene que entender la compleja situaci¨®n del pa¨ªs y adoptar su propia postura tambi¨¦n como ciudadano. El Taganka siempre mantuvo una postura inequ¨ªvoca. El teatro se enfrenta ahora con un mornento dif¨ªcil y turbio, con muchas trincheras diferentes".
El hecho de que el propio ministro de Cultura, Nikolai Gubenko, sea hombre ligado al Taganka (fue su primer actorde 1964 a 1972) podr¨ªa ser esperanzador, pero Liub¨ªmov es cauto: "Gubenko, un enorme actor, no est¨¢ con nosotros como ministro, sino como profesional. Creo que el arte nunca puede dirigirse en ning¨²n sentido. Un buen ministro debe reflexionar y apoyar las tendencias sanas, s¨®lo eso".
Todo el mundo que ha sido algo en la cultura actual de la URSS ha estado relacionado con el Teatro Taganka, y no digamos con Yuri Liub¨ªmov: el m¨ªtico cantautor y actor VIad¨ªmir Visotsky interpret¨® un cele brado Hamlet; durante la ausencia de Liub¨ªmov, ocup¨® su puesto Anatoli Efros, fallecido en 1987; y otro director famoso, Anatoli Vas¨ªllev, sali¨® de las filas del grupo. "Me gustar¨ªa" dice Llub¨ªmov, "montar a un autor, Robert Erolman, cuya obras La acreditaci¨®n o El suicida siempre han estado prohibidas".
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