'Campa?a electoral' en la jungla camboyana
Tres grupos guerrilleros se preparan para los primeros comicios tras la retirada vietnamita
Desde la retirada de las fuerzas vietnamitas de Camboya, en octubre de 1989, la guerrilla, adem¨¢s de sus operaciones militares, realiza en la mitad oeste del pa¨ªs un vasto programa de propaganda pol¨ªtica. La aprobaci¨®n por las Naciones Unidas, el pasado mes de agosto, de un proyecto para un tratado de paz, que incluye la celebraci¨®n de elecciones generales, hizo de esa estrategia pol¨ªtica una verdadera precampa?a electoral. Tres periodistas occidentales estuvieron recientemente con la guerrilla del FNLPK en varias provincias de Camboya donde esta precampa?a, est¨¢ en su apogeo.
La carretera 68, una pista de tierra reforzada de cinco kil¨®metros de ancho, atraviesa unos 100 kil¨®metros de la selva virgen en el noroeste de Camboya, pasando por arrozales y pantanos. Lo que en un mapa europeo se se?alar¨ªa como una v¨ªa secundaria, es una ruta estrat¨¦gica de aprovisionamiento para el Ej¨¦rcito pro vietnamita de Phnom Penh en el frente noroeste.La misma carretera, para la coalici¨®n de oposici¨®n armada (Jemeres Rojos comunistas Frente Nacional de Liberaci¨®n del Pueblo Jemer o FNPLK, y Ej¨¦rcito Nacional del pr¨ªncipe Sihanuk o ANS, estos dos ¨²ltimos no comunistas) es una frontera. M¨¢s all¨¢, en el este, la oposici¨®n controla varios pueblos que el Gobierno de Phnom Penh abandon¨® despu¨¦s de la retirada del Ej¨¦rcito vietnamita en septiembre de 1989.
Ruta peligrosa
Atravesar esa carretera es una prueba peligrosa para la cohorte de 250 soldados del FNLPK, a quienes acompa?amos hasta el centro de la provincia de Kompomg Thom, a unos 300 kil¨®metros de all¨ª. Una unidad de 200 soldados del Ej¨¦rcito gubernamental est¨¢ estacionada 10 kil¨®metros m¨¢s al norte, y una patrulla de 20 soldados avanza en el sur.Por fin, algunos campesinos aseguran que los alrededores de la carretera est¨¢n minados. Son d¨ªas y d¨ªas de camino penoso, en el barro, haciendo equilibrios y trepando los diques de los arrozales, cayendo sobre ra¨ªces y la tierra tan dura como la piedra...Al cabo de 12 d¨ªas llegaremos a la segunda base militar del FNPLK, que sirve tambi¨¦n de cuartel general para la operaci¨®n de propaganda pol¨ªtica emprendida hace tres meses por el FNLPK, colaborando con el ANS, bajo la bandera com¨²n de la Resistencia Nacional Camboyana (RNC, asociaci¨®n de las dos componentes no comunistas de la oposici¨®n).
Los portavoces de cada una de las tres organizaciones de la oposici¨®n se dicen convencidos de que, llegada la paz, tendr¨¢n que estar listos para las elecciones generales. "Para nosotros", explica Ok Serei Sopheak, portavoz del FNLPK, "la guerra se acab¨®. Vamos a defender nuestra zona liberada [a lo largo de la frontera con Tailandia] e intensificar nuestras actividades pol¨ªticas. Ya no se trata de conquistar nuevos territorios". El pr¨ªncipe Norodom Ranariddh, jefe del ANS, habl¨® en el mismo sentido, a?adiendo que su organizaci¨®n se quedar¨ªa en una estrategia defensiva. Para los Jemeres Rojos, la paz vendr¨¢ tambi¨¦n, "por la pluma o los fusiles", seg¨²n Mith Ran, comandante ayudante de una brigada de los Jemeres Rojos en la provincia de Kompong Thom.
En la zona liberada de esa provincia, donde viven unos 100.000 habitantes en un centenar de pueblos, el FNPLK y el ANS construyen o restauran escuelas, pagodas y dispensarios, e instruyen a maestros y enfermeros. Cada una de las dos organizaciones ha establecido su partido pol¨ªtico y nombrado en cada pueblo a un jefe, encargado de organizar la evacuaci¨®n de los heridos fuera del campo de batalla o de proveer el arroz para los soldados. Se organizan a intervalos regulares en los pueblos conferencias con el jefe, algunas personalidades (el bonzo, los ancianos ... ) y un directivo, especialmente instruido en uno de los campos de refugiados de la frontera con Tallandia, quien viene a explicar y defender la pol¨ªtica de su partido.
El FNPLK y el ANS, igual que los Jemeres Rojos, tienen su radio, Voice of Khmer o VOK, desde hace poco, en la cual se oye m¨²sica de la ¨¦poca de Norodom Sihanuk, interrumpida por anuncios de propaganda. Algunos pa¨ªses amigos, como Singapur, regalaron aparatos de radio que se pueden encontrar ahora en los pueblos m¨¢s atrasados del pa¨ªs. La estrategia de los Jemeres Rojos, completamente diferente, se basa en tres principios: autosuficiencia alimentarla, independencia respecto a los pueblos y excepcional movilidad de sus soldados.
Los Jemeres Rojos cultivan sus propios arrozales y cr¨ªan reba?os, una tarea encargada por los j¨®venes reclutas. En varias regiones del pa¨ªs explotan yacimientos de piedras preciosas, en Battambang y Kompong Thom, o de oro en Kratie, y las selvas de Preah Vihear. Los guerrilleros no establecen sus bases pol¨ªticas en los pueblos, ni zonas liberadas lejos de la frontera. El 80% de los combatientes de los Jemeres Rojos de la regi¨®n de Kompong Thom son de all¨ª, frente a una proporci¨®n de s¨®lo el 40% o 50% para los del FNPLK, o del ANS -una presencia que puede volverse muy ¨²til cuando lleguen las elecciones-. Adem¨¢s, seg¨²n conf¨ªa un oficial del ANS, los Jemeres Rojos han despertado, a veces con amenazas, a varios miembros del Partido Comunista de Camboya, quienes actuaban bajo el r¨¦gimen de terror de Pol Pot entre 1975 y 1978.
Esa pol¨ªtica de autosuficiencia y de independencia les permite, seg¨²n dice una fuente occidental en Bangkok, la ayuda china, a pesar del anuncio oficial que hizo el Gobierno de Pek¨ªn, hace unos meses, de congelar esa ayuda. En comparaci¨®n con los dem¨¢s miembros de la oposici¨®n, los Jemeres Rojos parecen millonarios, por sus numerosas armas, sus camiones reci¨¦n salidos de las cadenas de montaje chinas, sus uniformes sin un solo desgarr¨®n y sus comidas en latas made in China.
Una alianza imprescindible
Por fin, la omnipresencia de los Jemeres Rojos se basa en una movilidad excepcional. A lo largo de los centenares de kil¨®metros que recorrimos en el noroeste camboyano, no pasamos un d¨ªa sin ver a un grupo de Jemeres Rojos. "Este sentimiento de que los Jemeres Rojos est¨¢n por todos lados a cada instante hace que se suela sobrevalorar su n¨²mero efectivo", piensa un observador, en la frontera. tailandesa, quien los eval¨²a en alrededor de 20.000 hombres, lejos de los 35.000 o 40.000 que se les suele atribuir. El FNLPK y el ANS tienen hacia 10.000 soldados cada uno.Para las dos organizaciones no comunistas, su ¨¦xito depende tambi¨¦n de las relaciones que tienen con los Jemeres Rojos a nivel local. Por ejemplo, el FNLPK no puede pensar en establecerse en algunas regiones de Siem Reap, dominio exclusivo de los Jemeres Rojos. Sin embargo, las relaciones son m¨¢s amistosas en la provincia de Kompong Thom.
El coronel Chea Jemara, comandante de la base militar adonde llegamos, explica: "En caso de necesidad nos pueden ayudar con la log¨ªstica, proveernos de veh¨ªculos e incluso de municiones para que: podamos guardar una posici¨®n".
En todas partes nos encontramos con civiles que nos dicen que est¨¢n hartos de esa guerra. En Ramdul Thmay (provincia de Oddar Meanchey), nuestra llegada hizo creer a dos ancianas que la paz por fin hab¨ªa llegado. La ¨²ltima vez que hab¨ªan visto a extranjeros hab¨ªa sido en los a?os de Sihanuk, los ¨²nicos a?os pac¨ªficos que conocieron.
Sin embargo, esa bonanza podr¨ªa no durar. El ¨¦xito del programa pol¨ªtico de la oposici¨®n se basa tambi¨¦n en su capacidad de mantener la presi¨®n militar. Los Jemeres Rojos parecen estar preparados. Para los dem¨¢s, el porvenir es m¨¢s oscuro. El fin de la ayuda de EE UU, desde el pasado mes de julio, les obliga a volverse hacia los Jemeres Rojos.
"Nos dirigir¨ªamos hacia la famosa soluci¨®n roja, comenta un observador en Bangkok, en alusi¨®n a una hip¨®tesis que prev¨¦ el final de la guerra, por medios militares o pac¨ªficos, como un acuerdo entre los Jemeres Rojos y el r¨¦gimen de Phnom Penh.
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