Discreta indefinici¨®n

Maurizio Giammarco, como otros saxofonistas modernos, hace ense?a de la neutralidad estil¨ªstica y satisface de buena gana las cuotas de la tibieza y la discreta indefinici¨®n para poder desenvolverse con soltura en situaciones peligrosamente antag¨®nicas. La fidelidad a la polivalencia ti?e de un color desva¨ªdo su forma de entender el jazz.Es una l¨¢stima que siendo m¨²sico notable su discurso llegue con demasiada frecuencia mon¨®tono y distante, como velado por su condici¨®n de alumno de nadie o, en todo caso, de una escuela de saxof¨®n imaginaria y sin filiaci¨®n. Su fraseo acusa acentos extra?os que le impiden hablar con propiedad un lenguaje concreto y le empujan a deambular por senderos de continuas encrucijadas.

El repertorio que interpreta sigue la ponderada tendencia de alternar composiciones propias, entre ellas un encantador tango, con cl¨¢sicos de todas las ¨¦pocas, y se acompa?a por un excelente tr¨ªo aunque Massimo Manzi, como otros bater¨ªas, no se sustrae a la tentaci¨®n de enfatizar cont¨ªnuamente y, a veces, sus acentos suenan m¨¢s como interrupciones que como invitaciones al di¨¢logo relajado.