Bioy Casares dice que 'El Quijote' despert¨® su vocaci¨®n literaria

El discurso manuscrito de "unas cuatro hojas tama?o carta" que Adolfo Bioy Casares leer¨¢ el pr¨®ximo 23 de abril, cuando reciba el Premio Cervantes, ya est¨¢ listo y corregido. El escritor, que ahora tiene 76 a?os, dice no haberse recuperado a¨²n del cansancio f¨ªsico que le produjo la concesi¨®n del premio. "Antes de leer El Quijote yo s¨®lo deseaba correr los 100 metros en nueve segundos, ser campe¨®n de tenis o de boxeo. Cuando le¨ª El Quijote, sent¨ª el deseo de ser escritor. Eso es lo que cuento en mi discurso".

"Voy a estar encantado con todo esto cuando ya haya pasado", dice Bioy Casares en la espaciosa sala donde escribe cada d¨ªa. Su casa, el quinto piso de un antiguo edificio situado en el coraz¨®n del elegante barrio norte de Buenos Aires, se encuentra repleta de libros por todas partes. Bioy Casares, que siempre ha escrito a mano, siente que "todo esto" del premio le interrumpe en parte los proyectos literarios -otro libro de cuentos y una novela- en los que est¨¢ trabajando."Ten¨ªa tanto miedo de que me ocurriera lo que, seg¨²n me dijeron, le hab¨ªa pasado a Cela despu¨¦s del Nobel que cuando llegu¨¦ a Par¨ªs me puse a escribir un cuento para demostrarme a m¨ª mismo que esto no me iba a impedir continuar trabajando. Ese cuento lo inclu¨ª en La mu?eca rusa, el volumen que se acaba de publicar" [el libro ha sido editado en Espa?a por Tusquests].

Cuando regres¨® a Buenos Aires, Bioy Casares se propuso tambi¨¦n redactar el discurso con el que recibir¨¢ el Cervantes, "porque comprend¨ª que me sentir¨ªa m¨¢s feliz cuando ya estuviera escrito". Con enorme voluntad, trat¨® de superar "esa incertidumbre" que todav¨ªa siente a pesar de tantos a?os en el oficio. "Adem¨¢s", advierte, "nunca he estado del todo seguro escribiendo en mi nombre lo que no es ficci¨®n. Aun hoy tengo la impresi¨®n de que hay un amigo que me dice: te equivocas en eso, esto es un error o aqu¨ª hay un sofisma". Tan aguda fue esa inseguridad para escribir lo que no era ficci¨®n que desde 1946 a 1968 llev¨® diarios personales con el principal prop¨®sito de "soltar" la mano. Y esos diarios son m¨¢s de 100 cuadernos grandes, manuscritos.

"?se no es el material que se ha perdido en Madrid", explica Bioy Casares. "Eran simplemente unos originales del Diario de la guerra del cerdo que Daniel Martino llev¨® consigo porque estaba estudiando c¨®mo correg¨ªa yo las cosas. Eran dos cuadernos con primeras versiones que para m¨ª no tienen ning¨²n valor".

El recuerdo o la cita de Jorge Luis Borges, su amigo, es inevitable en una conversaci¨®n con Bioy Casares. "Es probable que hubiera hecho alguna broma, estar¨ªa feliz. Cuando ¨¦l gan¨® el Cervantes tambi¨¦n fue una gran felicidad para todos. Yo hubiera deseado compartir este momento con ¨¦l y cualquier otra cosa de la vida, como contarle el cuento que se me ha ocurrido hace unos d¨ªas".

Para la ceremonia en la Universidad de Alcal¨¢ de Henares Adolfo Bioy Casares se ha hecho con un chaqu¨¦ prestado que tiene su historia: "Era de un t¨ªo de Marcos Roca, el padre de Mar¨ªano y de Santiago, los de la editorial Tusquets; le tuve que alargar un poco las mangas, pero me qued¨® muy bien, est¨¢ espl¨¦ndido".

El Premio Cervantes que recibir¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 23 coincide adem¨¢s con el cincuentenario de la publicaci¨®n de su novela La invenci¨®n de Morel, y Bioy Casares recuerda que "son tambi¨¦n los 50 a?os de un libro m¨¢s importante, que es la Antolog¨ªa de la literatura fant¨¢stica que hicimos con Borges, del que me atrevo a pensar que tuvo una buena influencia en la literatura argentina".