Visita a los hijos

He le¨ªdo en EL PA?S de fechas 1 y 2 de abril pasado un reportaje y una columna de opini¨®n de Joaqu¨ªn Vidal, respectivamente, sobre el tema de los hijos de padres separados / divorciados, bajo el punto de vista, hasta ahora in¨¦dito, de la convivencia, mejor dicho, visita, a la que ¨²nicamente tiene derecho legal el padre del hijo en cuesti¨®n si, como es habitual, no tiene reconocida la custodia del mismo.Llevo, en mi caso concreto, tres a?os separado; tengo una hija, a la que adoro, que ahora va a cumplir cuatro a?os -por lo que dej¨¦ de convivir con ella antes de que cumpliera un a?o de edad-, abono religiosamente a mi ex mujer el 24% de mi sueldo cada mes, siendo t¨¦cnico superior y gerente de una oficina p¨²blica -por lo que mi hija est¨¢ m¨¢s que suficientemente protegida a nivel econ¨®mico- y, por ¨²ltimo, mantengo con mi ex mujer unas relaciones civilizadas y cordiales que, entre otros aspectos, han impedido pleitos judiciales al respecto.

Y despu¨¦s de todo lo anterior, resulta que mi hija me visitar¨¢ cada fin de semana alterno hasta que ella cumpla 18 a?os de edad y pueda decidir por s¨ª misma el tipo de vida que desea llevar. No quiero hablar sobre si esta situaci¨®n me parece justa o no, que creo que no lo es, porque cumplo escrupulosamente con mis obligaciones y derechos de visita prefijados. Quisiera simplemente manifestar aqu¨ª mi absoluta identificaci¨®n con el contenido de la columna de J. Vidal ya referida. Quisiera expresar tambi¨¦n mi desamparo, mi desaz¨®n y mi angustia por mi relaci¨®n con una hija a la que veo menos que a mis amigos o a mis propios vecinos. Es imposible reflejar adecuadamente el dolor ¨ªntimo y resignado que siento por no tener con mi hija una relaci¨®n m¨¢s aut¨¦ntica y plena, con la que seguramente disfrutar¨ªamos m¨¢s y mejor los dos.

Solamente, por tanto, deseo propugnar nuevas alternativas, m¨¢s justas y humanas para los padres, sin menoscabo alguno para las madres, que contribuyan a lograr una vida m¨¢s feliz para todas las partes. No s¨¦ ahora cu¨¢les podr¨ªan ser estas nuevas alternativas y c¨®mo se articular¨ªan legalmente. Pero lo que s¨ª s¨¦ es que este sistema de visitas es radicalmente injusto y doloroso para un padre que ama a su hija de verdad.-