El desgaste de la oposici¨®n sandinista
El Frente mantiene su capacidad de presi¨®n pero no se ha recuperado de la derrota electoral
ENVIADO ESPECIAL, La afirmaci¨®n de que el poder desgasta, pero mucho m¨¢s al queno lo tiene, vuelve a ser ¨²til en el caso del Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional (FSLN), que despu¨¦s de un a?o en la oposici¨®n vive horas amargas en busca de su propia definici¨®n y de mantener una unidad cada d¨ªa m¨¢s precaria. El FSLN tratar¨¢ de resucitar como alternativa de Gobierno en el congreso del partido, previsto para Julio pr¨®ximo, el primero de su historia, pero antes y despu¨¦s de esa fecha tendr¨¢ que buscar un liderazgo interno y recuperar su difuminada vinculaci¨®n con los electores.
El partido no se ha recuperado todav¨ªa del impacto de la derrota electoral de febrero de 1990, y, aunque algunos sectores vinculados al sandinismo -principalmente los sindicatos y el Ej¨¦rcito- mantienen a¨²n una considerable capacidad de presi¨®n, el FSLN como bloque est¨¢ debilitado y sometido a una fuerte pol¨¦mica interna."Hay un sentimiento, de cr¨ªtica a todas las instituciones del partido", afirma Carlos Fernando Chamorro, hijo de la presidenta y director del diario Barricada, que ha dejado formalmente de ser el ¨®rgano del partido y ha retirado de su cabecera los emblemas tradicionales del FSLN.
Las posiciones oscilari desde el radicalismo de la esposa del ex presidente Daniel Ortega, Rosario Murillo, que quiere volver a los or¨ªgenes y lleg¨® a preguntarse desde las p¨¢ginas del diario Barricada: "?Qu¨¦ m¨ªerda es el sandinismo?", hasta la m¨¢s conservadora del general Humberto Ortega, que, desde su cargo de Jefe del Ej¨¦rcito Popular Sandinista, respalda abiertamente la pol¨ªtica del Gobierno de Violeta Chamorro.
La crisis no est¨¢ provocada ¨²nicamente por el desgaste de Daniel Ortega o las cr¨ªticas formuladas contra ¨¦l desde sectores ortodoxos por la forma en que condujo su campana electoral. Es m¨¢s grave que eso. Pr¨¢cticamente todos los comandantes, los anta?o intocables nueve -ocho desde que Carlos N¨²?ez muri¨®, el a?o pasado-, est¨¢n afectados en mayor o menor medida por el descr¨¦dito acumulado durante los ¨²ltimos a?os del Gobierno y por la poco honrosa retirada del poder, vaciando no s¨®lo las arcas del Estado, sino los despachos oficiales.
Perfil bajo
Casi todos los comandantes tienen hoy un perfil pol¨ªtico bajo, y algunos de ellos parecen m¨¢s concentrados en la actividad personal que en su labor como dirigentes partidistas. Daniel Ortega es el m¨¢s dedicado al partido, aunque se preocupa al mismo tiempo de construir una nueva casa ante la amenaza de desahucio de la que ocupaba desde que era presidente, y que le hab¨ªa sido confiscada a un ex dirigente de la Contra. Jaime Morales. Ortega es el l¨ªder oficial del FSLN, pero soporta una fuerte lucha por parte de los ortodoxos, que le acusan de haber desnaturalizado el partido.
Su hermano Humberto Ortega le ha ganado liderazgo interno, aunque s¨®lo sea por el hecho de que todav¨ªa tiene poder real en el pa¨ªs. Poder que, por cierto, le corresponde a ¨¦l personalmerrite y no al partido en su conjunto. Poder, adem¨¢s, que est¨¢ acompa?ado de una confortable situaci¨®n econ¨®mica. Un pol¨ªtico del Gobierno actual coment¨® hace algunas semanas en una recepcion publica que la fortuna del general Ortega "no sobrepasa los 30 millones de d¨®lares".
Otro de los comandantes, Tom¨¢s Borge, acaba de ser padre feliz de un hijo, fruto de su uni¨®n con su nueva compa?era peruana. El legendario ministro del Interior del sandinismo, tambi¨¦n autor de varios libros, se ha ofrecido como colaborador de las principales cabeceras de la Prensa norteamericana con el prop¨®sito de conseguir ayuda para pagar sus casas en Cuernavaca (M¨¦xico) y en e barrio de Bello Horizonte d Managua.
Jaime Weelock, todav¨ªa menguado en su credibilidad como dirigente por el fracaso de su pol¨ªtica de reforma agraria, busca ahora ¨¦xito persona en el mismo campo como pro pletarlo de una finca de varios miles de hect¨¢reas conocida como Hacienda San Mart¨ªn que pertenec¨ªa a un antiguo dirigente somocista.
Tendencias en pugna
Bayardo Arce ha vuelto a su labor period¨ªstica en el cargo de presidente del Consejo de Redacci¨®n de Barricada. Lo mismo ha hecho Sergio Ram¨ªrez como director de la revista El Semanario. Heriry Ruiz y Luis Carri¨®n son -tal vez por menos conocidos- los que m¨¢s se dejan hoy ver en p¨²blico, y -quiz¨¢ por la misma raz¨®n-los que m¨¢s proyecci¨®n tienen para el futuro.
Ninguno de estos dirigentes representa claramente las diversas tendencias que actualmente surgen en el partido: las bases sacudidas por la crisis econ¨®mica se enfrentan a los ex funcionarios que sacaron tajada econ¨®mica de su gesti¨®n, los ortodoxos contra los heterodoxos, los marxistas-leninistas contra los socialdem¨®cratas y los hist¨®ricos contra los modernos.
En medio de todas esas pugnas, lo que s¨ª est¨¢ claro es que en la actualidad conocidos sandinista s, como Edmundo Jarquin, ex embajador en Espa?a y secretario del Grupo Parlamentario de su partido, o el propio Sergio Ram¨ªrez, est¨¢n m¨¢s cerca en sus posiciones de Antonio Lacayo, el ministro de la Presidencia, que de su compa?ero de partido Borge.
Moderados y radicales discuten actualmente sobre el tipo de oposici¨®n que hay que hacer al Gobierno de Violeta Chamorro, pero tambi¨¦n sobre la definici¨®n del FSLN como partido obrero o multielasista. Tratando de cortar salom¨®nicamente la pol¨¦mica ideol¨®gica, el proyecto de estatutos del partido para el congreso de julio ha evitado toda definici¨®n ideol¨®gica del partido y se ha contentado con afirmar que "el FSLN es un partido revolucionario y antlimperialista que defiende los intereses populares y recoge las tradiciones de lucha del pueblo nicarag¨¹ense por la soberan¨ªa y la independencia patria' , .
Barricada recoge desde hace meses las opiniones de portavoces del partido ofreciendo salidas distintas a la crisis interna. Su director cree haber observado en todas estas versiones que -labase social sandinista est¨¢ muy maltratada por la situaci¨®n econ¨®mica, pero el Frente no apuesta por una situaci¨®n de crisis nacional para ampliar su base sociaV.
Los dirigentes sandinistas han optado por una cierta colaboraci¨®n con el Gabinete de Violeta Chamorro, pero esa pol¨ªtica cada d¨ªa se contradice m¨¢s con el descontento que hacen p¨²blico los sindicatos ligados al propio FSLN. ?ste ha perdido unidad y una clara orientaci¨®n pol¨ªtica, pero tal vez ha perdido tambi¨¦n algo menos recuperable: su m¨ªstica.
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