Dos grandes de Rumania
Radu Lupu, pianistaObras de Brahms, Mozart y Schumann.
Michael Radulescu, organista
Obras de Bach, Radulescu, Correa, Cabanilles, Kerell y Franck. Auditorio Nacional. d¨ªas 16 y 17 de abril.
ENRIQUE FRANCO
Dos grandes int¨¦rpretes rumanos de la generaci¨®n de 1946 han actuado en el Auditorio Nacional el martes y el mi¨¦rcoles: el pianista Radu Lupu (Galati, 1945) y el organista Michael Radulescu (Bucarest, 1943). Ambos contaron con un p¨²blico numeroso e interesado.
Lupu posee una t¨¦cnica preciosa y grande; cuanto hace obedece a un pensamiento y una sensibilidad propios, lo que quiere decir que es, inevitablemente, un artista pol¨¦mico. Su Fantas¨ªa y su Sonata en do menor descubrieron claramente c¨®mo se anticip¨® Mozart a cuanto la historia traer¨ªa despu¨¦s. Y Radu Lupu mostr¨® ese valor desde lo m¨¢s radical e importante: la sustancia, la ideolog¨ªa, lo que suele denominarse el sentimiento.Las p¨¢ginas de Mozart estaban encuadradas en otras de Brahms v Schumann. Radu Lupu hizo esta m¨²sica poem¨¢tica y abstracta de manera excepcional, y la expres¨® desde una po¨¦tica admirable e intensa que conmovi¨® a todos. El ¨¦xito fue muy grande.
No lo obtuvo menor Michael Radulescu, un maestro contempor¨¢neo del ¨®rgano como se advirti¨® claramente en el Passacaglia, de Bach, expuesto casi en una sola densidad y en un ¨²nico color. Tuvo matices necesariamente diferentes para Arauxo y Cabanilles, en dos Tientos que anticipan las formas imitativas cuyo apogeo llegar¨¢ con Bach. La gran pieza sinf¨®nica de C¨¦sar Franck fue quiz¨¢ el momento culminante de la tarde, pues Radulescu hace de ella una verdadera recreaci¨®n.
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