T¨®picos sobre el ej¨¦rcito
Parecer¨ªa imposible reunir en un solo art¨ªculo tantos t¨®picos infundados y tantos errores de apreciaci¨®n sobre la cuesti¨®n del servicio militar como los que se acumulan en el art¨ªculo ?Qu¨¦ ej¨¦rcito?, publicado en EL PA?S el pasado 8 de abril. Si la condici¨®n del autor es adem¨¢s la de "portavoz socialista de la Comisi¨®n de Defensa del Senado", es para sentirse muy preocupado.Dice el autor que "un ej¨¦rcito solamente profesional est¨¢ en contra de nuestra tradici¨®n militar [?es que la tradici¨®n militar empieza el siglo XXI?], es caro [?no es mucho m¨¢s caro lo in¨²til?, ?no podr¨ªa resultar mucho m¨¢s barato al ser menos numeroso?] y tiene los inconvenientes de las guardias pretorianas [?sin comentarios!]". La simplificaci¨®n de los t¨®picos es evidente.
?Qui¨¦n le ha dicho al se?or Borderas que es tan dif¨ªcil instruir un ej¨¦rcito voluntario de baja extracci¨®n social? La dedicaci¨®n, el tiempo prolongado, la falta de rechazo y la profesionalidad facilitan mucho la instrucci¨®n de quienes no necesitan poseer un t¨ªtulo superior, y s¨ª experiencia y entusiasmo, para manejar las m¨¢s complejas armas.
El art¨ªculo incluye un resonante error, al basarse en el c¨¢lculo demogr¨¢fico equivalente. Un ej¨¦rcito profesional de pongamos 100.000 hombres, no necesita renovarse anualmente, sino que puede hacerlo a un ritmo no muy distinto del decenal, e incluso mayor. As¨ª que de ning¨²n modo requerir¨ªa atraer a sus filas a un soldado de cada tres j¨®venes. ?Seamos serios al manejar los datos!-
General de Artiller¨ªa, diplomado de Estado Mayor.
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