Alexsandr Balamndine

Permaneci¨®, junto a su compa?ero de viaje Anatoli Soloviov, en la estaci¨®n orbital MIR m¨¢s de siete horas y 15 minutos en el espacio cuando las escafandras de protecci¨®n s¨®lo ten¨ªan garant¨ªa para seis horas y media. Un problema en las compuertas de la nave sovi¨¦tica Soyuz les empuj¨® el 17 de Julio de 1990 a salir al exterior para intentar re parar tres paredes termoaislantes que pod¨ªan influir en su regreso. "El que va una vez tiene que volver necesariamente de nuevo", comenta euf¨®rico este ingeniero aeron¨¢utico de 38 a?os de edad, casado y con dos hijos, que vive en una urbanizaci¨®n para astronautas en las afueras de Mosc¨² y que ayer intervino en el programa Les mil i una, de Canal 9-Televisi¨® Valenciana.Alexsandr Balamndine, que lleva una peque?a insignia de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas (ONU) en la solapa de un traje azul oscuro, se considera un sovi¨¦tico especial, dispone de coche propio, tiene un buen sueldo, conoce Estados Unidos y el Reino Unido, habla alem¨¢n y quiere aprender ingl¨¦s, un idioma que de momento s¨®lo chapurrea. Adem¨¢s, el pasado a?o le concedieron la medalla de h¨¦roe de la URSS, galard¨®n que le permite viajar a un lugar elegido en su pa¨ªs una vez al a?o durante toda la vida.

Este especialista en direcci¨®n de naves espaciales, rubio y de ojos claros, que se pas¨® 10 a?os estudiando para poder ir por primera vez en una nave y otros dos prepar¨¢ndose para su estancia de seis meses en la estaci¨®n orbital, asegura que se afili¨® al partido comunista en 1981 porque hab¨ªa m¨¢s posibilidades de realizar el viaje con el carn¨¦, ya que ¨¦l no pertenece al Ej¨¦rcito. Balamindine no se considera un aventurero, pero le apasionan los destinos desconocidos que imaginaba desde peque?o a trav¨¦s de la lectura de relatos fant¨¢sticos. "La primera semana fue maravilloso observar el volumen de la Tierra y la fina capa de la atm¨®sfera, pero luego te das cuenta de la suciedad que existe en ella", se?ala Balamndine.

Los dos astronautas fueron protagonistas de una situaci¨®n que mantuvo alerta a todo el mundo por el peligro que representaba su presencia durante tantas horas en el exterior de la nave y la posibilidad de no poder retornar a casa. Todo lo ocurrido, desde la salida del veh¨ªculo espacial hasta las sensaciones que les produjo su permanencia en el espacio, se recoge en un documental de la ONU titulado Estrella Roja. Balamndine pudo observar impresionado c¨®mo en el mes de junio ard¨ªa una gran extensi¨®n de selva en ?frica; c¨®mo el oc¨¦ano se ve¨ªa azul mientras las desembocaduras de los r¨ªos ofrec¨ªan manchas en un radio de 70 kil¨®metros; c¨®mo los grandes petroleros limpian sus cisternas en el mar formando unas grandes manchas. Todas estas experiencias, seg¨²n dice, han modificado su relaci¨®n con la naturaleza. "Me siento m¨¢s solidario con ella y con su defensa", dice Alexsandr Balamndine.

Este aficionado a la carpinter¨ªa, que practica el f¨²tbol y el esqu¨ª, que apuesta por la libertad del libre comercio y desea que su pa¨ªs adquiera un poder adquisitivo como el europeo, se?ala que los dirigentes nacionalistas no est¨¢n preparados para afrontar el reto que supone la perestroika propugnada por Gorbachov.