Sigue la estafa
Rojas / Litri, Camino, Jesul¨ªn Toros de Gabriel Rojas, mal presentados, varios muy chicos, inv¨¢lidos todos, dos devueltos al corral. Sobreros de Bernardino P¨ªriz, 2? con trap¨ªo, flojo, encastado y noble; 6? chico e inv¨¢lido. Litri: estocada ca¨ªda y descabello (silencio), estocada traser¨ªsima atravesada ca¨ªda, rueda de peones y descabello (silencio). Rafi Camino: pinchazo hondo, rueda de peones, estocada corta, descabello aviso con retraso y tres descabellos (ovaci¨®n y salida al tercio); bajonazo (silencio). Jesul¨ªn de Ubrique: estocada ca¨ªda (silencio); bajonazo descarado (silencio). Plaza de la Maestranza, 20 de abril. 15? corrida de feria. Lleno.
La corrida del s¨¢bado fue como la del viernes: otra estafa. La corrida del s¨¢bado en la Maestranza, igual que la del viernes en el mismo coso o cada d¨ªa en cualquier plaza de por ah¨ª, consisti¨® en la estafa de los toros inv¨¢lidos y en las inhibiciones a¨²n m¨¢s grave de los presidentes que, a pesar de la evidencia de la invalidez y de la indignaci¨®n del p¨²blico, claramente manifestada con sus gritos de protesta y lanzamiento de almohadillas al ruedo, no devuelven esos toros inv¨¢lidos al corral.El presidente del s¨¢bado -decimoquinta corrida de la famosa feria de Sevilla- devolvi¨® dos que no fueron ni los m¨¢s protestados ni los m¨¢s inv¨¢lidos. Los devolvi¨® estrat¨¦gicamente, uno el que iba en segundo lugar, otro en el sexto, para capear el temporal y que la corrida llegara a su t¨¦rmino con s¨®lo esas dos sustituciones. Hab¨ªa precedentes.
El presidente del viernes manifest¨® que ese d¨ªa s¨®lo quiso devolver dos toros, pues la empresa carec¨ªa de m¨¢s sobreros. Muy bonito, hombre o sea que, merced a una habilidad de empresario -maestro en habilidades, dicho sea de paso- se puso el reglamento por montera y dej¨® burladas a miles de personas que hab¨ªan pagado sus localidades -?las m¨¢s caras de Espa?a!- para ver una corrida de toros entera y verdadera.
Ocurri¨® lo de siempre, claro: el p¨²blico se desga?it¨® protestando, sali¨® de la plaza con la sensaci¨®n de que hab¨ªa sido v¨ªctima de una estafa en toda regla, el presidente se lav¨® las manos y al empresario nadie le exigi¨® responsabilidades. Ma?ana ser¨¢ otro d¨ªa, se suele decir.
Y lleg¨® el d¨ªa de ma?ana -ayer, precisamente- y volvi¨® a repetirse exactamente lo mismo de la tarde anterior: los toros padec¨ªan invalidez absoluta, devolvieron dos, el p¨²blico chillo y arroj¨® almohadillas al redondel, el presidente se lav¨® las manos, el empresario se meti¨® en el bolsillo la millonada que hab¨ªa entrado por taquilla. Ma?ana ser¨¢ otro d¨ªa, s¨ª.
Y, a todo esto, el Ministerio del Interior, a cuya plantilla pertenece el presidente de la corrida, est¨¢ anunciando por ah¨ª que va a publicar un nuevo reglamento en breve plazo de tiempo. Pero un nuevo reglamento ?para qu¨¦? El propio ministro, Jos¨¦ Luis Corcuera, estaba en la plaza ayer y no necesita que le cuenten c¨®mo fue el atropello. En realidad, nada necesita que le cuenten sobre el esc¨¢ndalo de los toros inv¨¢lidos pues se le ha visto en muchas otras corridas, bien cerquita de los aconteceres del ruedo, generalmente cuando ciertas figuras de la modernidad hacen triunfales faenas con vacos impresentables, tullidos y mochos. Y no pasa nada.
El nuevo reglamento, si reproduce en sus elementos b¨¢sicos el actual -que es perfecto- se cumplir¨¢ tal cual se est¨¢ cumpliendo ahora; es decir, nunca. Claro que, a lo mejor, el nuevo reglamento sale astutamente modificado y entonces las actuales tropel¨ªas dejar¨¢n de ser tropel¨ªas para convertirse en aconteceres perfectamente reglamentarios. Por ejemplo, se va a que el matador dirija la lidia. Argumentan la innovaci¨®n en que el matador "sabe mejor que nadie" cu¨¢ntos puyazos debe recibir el toro, para su seguridad y lucimiento. Pero esto, traducido a rom¨¢n paladino, significa que tratan de convertir en reglamentario ese ¨²nico puyazo que soportan a duras penas los toros inv¨¢lidos.
Un s¨®lo toro hubo ayer encastado y enterizo -el primer sobrero- y Rafi Camino lo tore¨® con altibajos. Por redondos metiendo el pico y vaciando hacia afuera, por naturales sin temple, incluy¨® unos ayudados muy toreros, mat¨® fatal. El quinto no se ten¨ªa en pie y lo liquid¨® pronto. Litri trapace¨® y regate¨® seg¨²n acostumbra y sabe, y al cuarto inv¨¢lido pretend¨ªa pegarle pases a pesar de que el p¨²blico ped¨ªa a gritos que lo matara de una vez. Jesul¨ªn de Ubrique toreaba con la muleta retrasada, sin garra y adem¨¢s sin quietud. Es decir que, sobre la presentaci¨®n perruna y la invalidez perniciosa del ganado, toreo del malo, para que la estafa fuera redonda. No cabe duda de que el p¨²blico es santo.
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