La democracia dif¨ªcil
El cumplimiento de lo acordado entre el gobierno de Violeta Chamorro y la oposici¨®n sandinista, y el aislamiento de sectores revanchistas, son -seg¨²n los autores- la garant¨ªa de estabilidad para Nicaragua tras un a?o de transici¨®n.
Acaba de cumplirse un a?o de un acontecimiento pol¨ªtico que convert¨ªa a la convulsionada Nicaragua en foco de informaci¨®n a escala internacional: el desenlace de las segundas elecciones democr¨¢ticas desde el triunfo de la revoluci¨®n sandinista. En efecto, la victoria popular de 1979 abr¨ªa en Nicaragua el camino de las transformaciones sociales y de la democratizaci¨®n pol¨ªtica. A partir de una conjunci¨®n de factores m¨²ltiples, el proceso pol¨ªtico nicarag¨¹ense de la ¨²ltima d¨¦cada cobr¨® originalidad y suscit¨® con ello la atenci¨®n y el debate en torno a lo que all¨ª suced¨ªa.El proceso electoral de 1990 se convirti¨® quiz¨¢ en el punto ¨¢lgido de todo ese c¨²mulo de atracci¨®n ejercido por Nicaragua. Un a?o m¨¢s tarde, la perspectiva cobrada nos ofrece la posibilidad de lanzar algunas reflexiones sobre el impacto del triunfo electoral de la Uni¨®n Nacional Opositora (UNO) en el desarrollo pol¨ªtico y econ¨®mico de Nicaragua.
Ante todo, cabe partir de la doble consideraci¨®n del proceso electoral de 1990 como elemento central de consolidaci¨®n de la democracia pol¨ªtica en Nicaragua y como factor clave de paz y reconciliaci¨®n nacional, tras m¨¢s de ocho a?os de guerra de agresi¨®n y de profunda polarizaci¨®n interna. Sin embargo, el triunfo electoral de la coalici¨®n derechista abr¨ªa un buen n¨²mero de interrogantes sobre la continuidad de ciertos aspectos fundamentales del modelo global de democratizaci¨®n iniciado en 1979.
El alcance de tales interrogantes habr¨ªa de venir determinado por tres factores, entre los cuales se establece una tensa relaci¨®n dial¨¦ctica: primero, las fuerzas burguesas recuperan el poder pol¨ªtico en Nicaragua en y a partir del marco constitucional producto de la revoluci¨®n, y no como consecuencia de la previa destrucci¨®n de ¨¦ste por la v¨ªa (derrotada) de la agresi¨®n armada.
La UNO no dispone de mayor¨ªa parlamentaria suficiente para reformar la Constituci¨®n, y amplios espacios pol¨ªtico -Institucionales se mantienen abiertos para el conjunto de fuerzas que integran el campo revolucionario. Segundo, un sector importante de la UNO cuestiona de ra¨ªz la legitimidad misma del marco jur¨ªdico-pol¨ªtico que encauza su propia victoria en las urnas. Es decir, el n¨²cleo radical de la coalici¨®n percibe la nueva situaci¨®n como el punto de partida hacia la liquidaci¨®n de -todo cuanto sea producto del modelo pol¨ªtico anterior. Por ¨²ltimo, el triunfo electoral posibilita a la UNO el acceso leg¨ªtimo a los m¨¢s importantes resortes del poder estatal. En consonancia con sus posiciones ideol¨®gicas y sus apoyos externos, tal circunstancia abre la puerta a la formulaci¨®n de pol¨ªticas p¨²blicas que pudieran revertir, o entrar en contradicci¨®n total o parcial, con las conquistas sociales de la revoluci¨®n.
Primera transici¨®n
Entre el 25 de febrero (elecciones) y el 25 de abril (fecha del traspaso oficial de poderes al Gobierno de Violeta Chamorro), los principales actores pol¨ªticos se suman al objetivo de culminar la primera transici¨®n a la vez pac¨ªfica y democr¨¢tica entre dos Gobiernos de signo diferente en la historia de Nicaragua. Dichoproceso se articula en torno a dos arenas fundamentales de toma de decisiones. Por una parte, la mesa negociadora entre la direcci¨®n sandinista y el n¨²cleo de asesores de la presidenta electa. En ella se gesta el Acuerdo de Transferencia del Poder Ejecutivo, el cual constituye el elemento central de apoyo del proceso de consolidaci¨®n democr¨¢tica.
Ambos actores consiguen plasmar importantes objetivos pol¨ªticos: el Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional (FSLN) consigue ubicar el acuerdo en torno al "pleno respeto al derecho, a la Constituci¨®n de Nicaragua y a las leyes de la Rep¨²blica". La UNO, por su parte, hace valer su posici¨®n de fuerza electoral mayoritaria para reafirmar la supremac¨ªa del poder civil del presidente y de las instituciones de la Rep¨²blica, y por tanto el car¨¢cter subordinado de las fuerzas de defensa y de seguridad.
Sobre estas bases, los Acuerdos de Transici¨®n recogen y destacan los cuatro par¨¢metros pol¨ªtico-culturales sobre los que se articula el proceso de cambio: el fortalecimiento democr¨¢tico, la paz definitiva, la reconciliaci¨®n y la seguridad para todos los nicarag¨¹enses; todo ello, "tomando en cuenta los logros y transformaciones beneficiosas al pueblo hasta el momento alcanzadas". Este ¨²ltimo elemento pone de relieve la especificidad del modelo nicarag¨¹ense de construcci¨®n democr¨¢tica y el inter¨¦s del FSLN en garantizar su viabilidad.
El segundo escenario fundamental de esta etapa lo constituye el proceso negociador que deb¨ªa conducir a la desmovilizaci¨®n efectiva de la Contra. Ya la primera asamblea de cuadros del FSLN, el 27 de febrero, pon¨ªa por delante "la exigencia del in-. mediato desmantelamiento de la Contra" como garant¨ªa para unatransici¨®n pac¨ªfica y ordenada de Gobierno. El sector moderado de la UNO -con inminentes responsabilidades ejecutivas- apoya el desarme por cuanto considera que la presencia de una fuerza irregular con 10.000 hombres en el interior del pa¨ªs estaba llamada a convertirse en el principal elemento desestabilizador. En cambio, el ala radical de la coalici¨®n derechista se muestra reticente a aceptar el desarme contra sin la previa obtenci¨®n de sustanciosas contrapartidas pol¨ªticas: de forma fundamental, el desmantelamiento del - Ej¨¦rcito Popular Sandinista (EPS).
Contradicci¨®n
'En esta l¨ªnea, el directorio de la Resistencia, al asumir la llegada al poder de la UNO como un subproducto de su actividad armada, se sit¨²a en posici¨®n de mantener demandas sobre el nuevo Gobierno, cuyo contenido contradice los acuerdos de transici¨®n y el marco jur¨ªdico en el que se da el relevo del Ejecutivo. La salida pol¨ªtica a tal contradicci¨®n se forja en sendos acuerdos bilaterales. Por una parte, la Contra culmina el desarme de sus efectivos a finales de junio, queda excluida org¨¢nicamente de todas las estructuras del poder estatal y se garantiza el respeto a la integridad de las Fuerzas Armadas, con la confinnaci¨®n de Humberto Ortega al frente de ¨¦stas. A cambio, el Ejecutivo se compromete a una reducci¨®n dr¨¢stica del EPS, a la creaci¨®n de 11 polos de desarrollo" con entrega de tierras para los ex contras, y a la creaci¨®n de una polic¨ªa rural, en esos territorios, integrada por sus propios efectivos.
Junto a la transferencia pac¨ªfica del Ejecutivo y al proceso de paz, en el periodo poselectoral-y como reverso de la moneda- germinan algunas circunstancias susceptibles de transformarse en factores potenciales de quiebra del proceso de consolidaci¨®n democr¨¢tica: la evoluci¨®n negativa de las principales variables econ¨®micas junto a las pol¨ªt¨ªcas antipopulares y fondomonetaristas del nuevo Gobierno, las extremas dificultades que enfrenta el proceso de reinserci¨®n sociolaboral de los desalzados y la conformaci¨®n de un n¨²cleo re vanchista con mayor¨ªa en el Consejo Pol¨ªtico de la UNO.
En materia de pol¨ªtica econ¨® mica, las primeras decisiones to madas por el Gobierno de Viole ta Chamorro provocaron una fuerte escalada de la conflictivi
dad social: la puesta en marcha de un plan de estabilizaci¨®n que ignoraba la realidad de un pa¨ªs que sal¨ªa de una guerra con alt¨ªsimos costes econ¨®micos; la reducci¨®n dr¨¢stica de los presu
puestos de educaci¨®n, salud y bienestar social; la aprobaci¨®n de los decretos 10-90 u 11-90, que atentaban contra las bases de la reforma agraria, y la sus pensi¨®n de la Ley del Servicio Cl vil, con el consiguiente despido masivo de trabajadores del sector p¨²blico, fueron elementos determinantes de las huelgas de mayo y julio, que paralizaron el pa¨ªs. La poblaci¨®n mostr¨® un re chazo frontal al contenido mate rial de ciertas pol¨ªticas que pro piciaban el desman tel am lento de logros populares.
En ese contexto de conflictividad se impuso la necesidad de avanzar hacia una salida negociada, y tras varios meses de enfrentamientos el Gobierno y el Frente Nacional de Trabajadores (de orientaci¨®n sandinista) llegaron a la firma de los acuerdos de concertaci¨®n. S¨®lo el COSEP -la gran patronal nicarag¨¹ense- y los sectores radicalesde la UNO quedaron al margen de tales acuerdos, por considerar que el Gobierno hab¨ªa realizado excesivas concesiones al movimiento sindical.
Cabe, pues, definir en la Nicaragua postsandinista un eje de confrontaci¨®n entre un Gobierno que persigue la progresiva reconfiguraci¨®n de las relaciones sociales hacia el modelo mayoritario imperante en Centroam¨¦rica, y una izquierda sindical y pol¨ªtica comprometida en la defensa de los espacios de democracia socioecon¨®mica y cultura] definidores del proyecto revolucionario. Ahora bien, tal conflicto se desarrolla b¨¢sicamente en el marco constitucional.
Sin embargo, a ello se ha superpuesto una segunda din¨¢mica de confrontaci¨®n mucho m¨¢s compleja y convertida en factor de desestabilizaci¨®n permanente. El n¨²cleo radical de la UNO, aislado del Poder Ejecutivo y aglutinado en torno al vicepresidente de la Rep¨²blica, Virgillo Godoy, sectores de ex contras y algunos dirigentes del COSEP han configurado una alianza de intereses alrededor de una posici¨®n de frustraci¨®n ante el Gobierno -el cual no habr¨ªa sido el instrumento pol¨ªtico deseado- y de la convicci¨®n de que la nueva situaci¨®n en Nicaragua creaba las condiciones para la destrucci¨®n de la opci¨®n pol¨ªtica sandinista.
Durante la huelga de julio, los sectores godoyistas impulsaron las brigadas de salvaci¨®n nacional, con el objetivo de arrancar cuotas de Poder Ejecutivo y golpear al FSLN. En diciembre, pol¨ªticos locales de la UNO, ex contras y grandes propietarios agr¨ªcolas coincidieron en el apoyo a la asonada pol¨ªtica de la Regi¨®n V, capitalizada a escala nacional por Godoy, y donde se replante¨® la demanda de poder pol¨ªtico para el vicepresidente y la desarticulaci¨®n del EPS.
Debate en el FSLN
Ante todo ello, el FSLN se encuentra en una posici¨®n compleja y delicada. Por un lado, y tras su derrota electoral, afrontaba un doble proceso de democratizaci¨®n de sus estructuras internas y de debate renovador sobre estrategias y contenido program¨¢ticos. Pero las urnas lo configuraban tambi¨¦n como primer partido del pa¨ªs y el ¨²nico con fuerte implantaci¨®n a escala nacional, lo cual consolidaba su rol de actor fundamenial en la escena pol¨ªtica nicarag¨¹ense.
En esta l¨ªnea, la din¨¢mica del conflicto pol¨ªtico en Nicaragua ha colocado al FSLN en la compleja situaci¨®n de configurarse como oposici¨®n firme a un Gobierno que responde a una l¨®gica de clase burguesa tendente a desmantelar los logros sociales de la revoluci¨®n, pero tambi¨¦n -y a menudo de forma simult¨¢neacomo apoyo al Ejecutivo de Violeta Chamorro ante los intentos desestabilizadores de la derecha radical, en consonancia con la determinaci¨®n sandinista de defender la Constituci¨®n.
En el futuro inmediato, la estabilidad de Nicaragua quedar¨¢ estrechamente vinculada al cumplimiento de lo acordado en la concertaci¨®n y al aislamiento de los sectores empe?ados en quebrar la voluntad de paz y los consensos pol¨ªticos b¨¢sicos.
son profesores de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.