Arrese descubri¨® la debilidad del "nuevo" Borg
ENVIADO ESPECIAL Bjorn Borg ech¨® un pulso al tiempo y perdi¨®. El gesto, precedido de nueve meses de dur¨ªsimo entrenamiento y una expectaci¨®n sin l¨ªmites, se vio resumido en una hora y 17 minutos de aburrido partido en el Montecarlo Country Club. Siete mil ansiosos espectadores saludaron con fervor la salida deL mito e intentaron dotarlo, en un desesperado boca a boca de gritos de ¨¢nimo, de una fuerza que ya no posee. Fue in¨²til. Jordi Arrese, un catal¨¢n con el que la gloria ha sido esquiva, cerr¨® el partido m¨¢s famoso de su carrera con un inclemente 6-2 y 6-3.
Borg pretendi¨® un enga?o. Durante nueve meses dej¨® crecer su pelo y molde¨® su cuerpo para borrar las arrugas de ocho a?os de inactividad; desempolv¨® sus viejas raquetas de madera, peque?as y pesadas, y se refugi¨® en el manto protector del mismo gur¨² ingl¨¦s, Tia Honsai (el Doctor Muerte), que prepar¨® su mente en los cinco t¨ªtulo de Wimbledon que gan¨® Como fetichista broche escogi¨® para su resurrecci¨®n el mismo torneo y la misma pista que decor¨® su retirada en 1983. El efecto fue sin duda m¨¢gico y, por unos momentos, 7.000 privilegiados volvieron al pasado so?aron con ¨¦l, cuando vieron el envejecido ¨ªdolo salir a la pista, con la misma cinta en el pelo y sus Viejas raquetas de madera, esta vez sin publicidad. Sin embargo, Arrese desvel¨® el truco y torn¨® el sue?o realidad.Horas antes, la expectaci¨®n era inmensa. Cientos de veh¨ªculos colapsaron la tortuosa carretera que asciende hasta el Country Club. All¨ª, grupos de personas se encaramaron a las vallas que a¨ªslan el recinto para poder ser testigos del hist¨®rico momento sin pagar lo que ya nadie pod¨ªa pagar, pues todas las entradas para la pista central estaban, agotadas. Tampoco nadie prest¨® atenci¨®n a Alberto Grimaldi, heredero de la corona monesgasca, que decidi¨® regalarse con una buena corrida antes de presenciar el encuentro. Ni siquiera mereci¨® un segundo vistazo de admiraci¨®n Richard Clayderman, el sosegado pianista de grandes ¨¦xitos, ni James Coburn, veterano actor. Borg, s¨®lo Borg, y nadie m¨¢s que Borg.
El partido
Los aplausos tronaron en se?al de bienvenida cuando Borg entr¨® en la pista. Arrese, detr¨¢s de ¨¦l pero ajeno al festejo, opt¨® por la lanzar un gesto de broma hacia el sector de la tribuna donde se situaron los periodistas espa?oles. Una bandera catalana, humilde y discreta entre tanto fervor hacia el sueco, fue movida con energ¨ªa en lo m¨¢s alto de la grada.
Menos la hinchada, todo estaba en contra de Borg: la l¨®gica, la edad, las opiniones de los expertos e incluso su raqueta. Borg juega con una tensi¨®n de 40 kilos en su cordaje, algo inusual, y su herramiento pesa 420 gramos. Sin embargo, los nuevos materiales, como el grafito, permiten disponer de aparatos m¨¢s ligeros, con mayor absorci¨®n de vibraciones, muy estables y de aerodin¨¢mico dise?o, lo que aligera el esfuerzo del tenista.
La ecuaci¨®n -?aguantar¨ªan las piernas de Borg?, ?soportar¨ªa Arrese la tensi¨®n de jugar ante 7.000 personas, 300 fot¨®grafos y varios millones de personas a trav¨¦s de 24 cadenas de televisi¨®n?- no tard¨® en ver despejadas sus inc¨®gnitas, justo el tiempo que tard¨® el catal¨¢n en lograr su primer break en el cuarto juego del primer set y sentenciar la manga por 6-2 en 38 minutos. La segunda, algo m¨¢s incierta por los errores cometidos por Arrese (cuatro dobles faltas), consumi¨® 39 minutos (6-3). "Es el peor partido que he visto jugar a Arrese", coment¨® Ion Tiriac, el manager ex tenista de Boris Becker, para quien Borg no tiene futuro: "Entrenando como un perro conseguir¨¢, con mucha suerte, estar entre los 100 primeros".
El juego de Arrese no favoreci¨® al sueco, que pretendi¨® una t¨¢ctiva defensiva basada en continuas devoluciones y un m¨ªnimo desgaste fisico. Sin embargo, al catal¨¢n es preciso ganarle los puntos, ya que rara vez arriesga. "He ganado a varios de los 10 mejres del mundo y puedo asegurar que no jugu¨¦ entonces mejor que hoy", coment¨® Arrese en un arranque de piedad. Borg es, ocho a?os despu¨¦s, un tenista mediocre. Tristemente, el fen¨®meno de la reaparici¨®n del sueco concluy¨® en el momento en el que salt¨® a la pista junto a su rival.
El sueco, dispuesto a continuar
"Estoy preparado para seguir adelante. Lo que ha sucedido no me ha sorprendido. De hecho, esperaba algo as¨ª. Es imposible jugar a un buen nivel cuando se ha estado tanto tiempo lejos de las pistas". Las palabras de Borg despejaron una de las dudas que. motiv¨® su triste actuaci¨®n ante Arrese: el sueco seguir¨¢. "He trabajado muy duro durante nueve meses y he comprobado que el tenis me divierte todav¨ªa. Simplemente, necesito m¨¢s partidos, para llegar hasta donde yo s¨¦ que puedo", a?adi¨®."He recibido muchas y buenas ofertas de patrocinadores que quer¨ªan colocar su nombre en mi camiseta. Tambi¨¦n me han ofrecido participar en exhibiciones. He rechazado todas las propuestas. S¨®lo quer¨ªa dedicarme al tenis", explic¨® ante unos 200 informadores y unos 50 fot¨®grafos. "Me ha emocionado tener el calor del p¨²blico, pero ha sido una pena que el partido no haya durado m¨¢s para que la gente disfrutara. No he podido hacerlo mejor. En la pista me he sentido extra?o y he tenido muchos problemas para saber d¨®nde colocar la pelota. Me falta el ritmo de la competici¨®n".
Borg contempla el futuro con tranquilidad, seguro de su decisi¨®n: "No me arrepiento de volver. Tampoco estoy decepcionado por haber perdido hoy. Con m¨¢s partidos mejorar¨¦, porque no tengo prisa ni necesidad de colocarme entre los primeros. No me he marcado ning¨²n l¨ªmite. S¨®lo pretendo mejorar. Si he vuelto, ha sido para jugar, para volver a disfrutar. No hay otro motivo".
Jordi Arrese, por su parte, confes¨® haber vivido una experiencia ¨²nica: "Este d¨ªa quedar¨¢ en mi coraz¨®n para siempre. El momento de entrar en la pista ha sido incre¨ªble. Uno no sabe c¨®mo enfrentarse a una leyenda. Sin embargo, luego pens¨¦ que era un honor lo que me hab¨ªa correspondido y tambi¨¦n una gran oportunidad para ser famoso".
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