El presunto asesino de Ana Mar¨ªa Jerez, trasladado de la c¨¢rcel de Huelva para garantizar su seguridad

LUIS EDUARDO SILES Ni la c¨¢rcel de Huelva era segura para el hombre acusado de asesinar a la ni?a Ana Mar¨ªa Jerez. Tras una noche de tensi¨®n en la que 2.000 personas hab¨ªan coreado ante el Palacio de Justicia de Huelva "?Muerte al asesino!", Jos¨¦ Franco de la Cruz, de 27 a?os, el presunto homicida de Ana Mar¨ªa, fue trasladado ayer a la prisi¨®n Sevilla 2 "porque en la c¨¢rcel onubense no se le pod¨ªa garantizar su seguridad f¨ªsica", seg¨²n la gobernadora civil, Violeta Alejandre. Durante las 10 horas de su declaraci¨®n ante el juez, unas 2.000 personas, en un clima de crispaci¨®n, pidieron su linchamiento.

Los concentrados intentaron derribar la puerta de acceso al edificio de los juzgados. La polic¨ªa antidisturbios carg¨® tres veces. El titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 6, Rafael S¨¢nchez, manifest¨® al cabo de diez tensas horas de toma de declaraci¨®n: "Este hombre va a la c¨¢rcel".Jos¨¦ Franco es el t¨ªo de Raquel, la ni?a. a cuya casa se dirig¨ªa Ana Mar¨ªa el 16 de febrero, cuando desapareci¨®. El c¨®digo de honor de los presos no perdona a quienes han hecho da?o a los ni?os. Por ello, y aunque esa autor¨ªa est¨¦ todav¨ªa por demostrar, los 300 reclusos de Huelva no tuvieron acceso a la dependencia donde estuvo el detenido durante las ocho horas que permaneci¨® en este recinto penitericiario.

Jos¨¦ Franco lleg¨® al Palacio de Justicia con un cigarro apagado entre los labios y un aire chulesco y descuidado. Ten¨ªa ese tono displicente y desafiante que heredan quienes fueron adolescentes, acostumbrados a imponer su ley a bofetadas en los billares. "Lo que menos me gusta de ese tipo es su man¨ªa de escupir de medio lado", coment¨® ayer el propietario de una taberna de la barriada onubense de Isla Chica, donde Franco sol¨ªa desayunarse dos vasos de aguardiente con el est¨®mago vac¨ªo. De ah¨ª su apodo de Pepe el, Bocas. Franco se escuda en que estaba bebido, para asegurar que no recuerda nada de lo que hizo el pasado 16 de febrero, el d¨ªa de la desaparici¨®n de Ana Mar¨ªa.

M¨¢s de 2.000 personas pidieron durante la madrugada de ayer a gritos el linchamiento p¨²blico de Franco, mientras las emisoras locales emit¨ªan mensajes de serenidad firmados por el Ayuntamiento y el Gobierno Civil. La multitud, en medio de una crispaci¨®n desbordada, grit¨®: "Muerte s¨ª, c¨¢rcel no"; "justicia, justicia", y "asesino maric¨®n", e intentaba derribar la puerta del Palacio de Justicia.

Larga madrugada

El momento de mayor tensi¨®n de la larga noche se produjo alrededor de las 23.15 del lunes, con un duro enfrentamiento entre polic¨ªas y manifestantes que dur¨® casi 10 minutos. Los agentes tuvieron que usar las porras en otros dos momentos de la madrugada para apartar a los manifestantes del Palacio de Justicia.

La declaraci¨®n de Jos¨¦ Franco dur¨® casi 10 horas, desde las 19.00 del lunes, y cuando sali¨® a las cinco de la madrugada de ayer por una puerta trasera y escondida, protegido por un fuerte dispositivo policial, bajo una tormenta de adoquines y de gritos de -canalla" y "muerte al asesino", era un joven atemorizado, que se cubr¨ªa afanosamente la cara con una cazadora. El juez Rafael S¨¢nchez se limit¨® a decir: "Va a la c¨¢rcel".

Franco qued¨® ingresado en una dependencia especial de la prisi¨®n provincia,' de Huelva, aunque, seg¨²n fuentes del Gobierno Civil, ayer se le traslad¨® a la c¨¢rcel de otra ciudad para evitar tensiones. De todos modos, puede vivir momentos dif¨ªciles durante su reclusi¨®n, seg¨²n Francisco Fern¨¢ndez, director de la prisi¨®n provincial de Huelva: "La poblaci¨®n reclusa siente un rechazo visceral hacia los acusados di, delitos con los ni?os, y Franco se halla entre ellos", manifest¨®.

La madrugada del pasado s¨¢bado fue detenido cuando sal¨ªa de un pub de Isla Ch¨ªca, un barrio en el que se encuentra el estadio Colombino de f¨²tbol y se rinde un culto resignado al Recreativo de Huelva. Esa madrugada, dos agentes de la brigada de la Polic¨ªa Judicial le ense?aron la placa y r¨¢pidamente lo introdujeron en un veh¨ªculo, seg¨²n fuentes pr¨®ximas a la investigaci¨®n.

La detenci¨®n se mantuvo en un riguroso secreto, y tanto el Gobierno Civil como la polic¨ªa la desmintieron, reiteradamente, hasta que toda Huelva lo supo y a las 19.00 del lunes los periodistas onubenses esperaban en la puerta del Palacio de Justicia la llegada de Franco, esposado.

La polic¨ªa sospech¨® desde el principio de Jos¨¦ Franco de la Cruz debido a sus antecedentes policiales por delitos deshonestos y a su facilidad para la violencia.

Durante los 69 d¨ªas que dur¨® la desaparici¨®n de Ana Mar¨ªa Jerez, la. polic¨ªa realiz¨® un estrecho seguimiento del sospechoso, seg¨²n fuentes pr¨®ximas a la investigaci¨®n. Incluso un agente se hizo pasar por un traficante de estupefacientes para ganar la confianza de Jos¨¦ Franco, y conseguir de ese modo alguna pista, manifestaron las mismas fuentes. Huelva recuper¨® ayer la tranquilidad, despu¨¦s de una madrugada de tensi¨®n y crispaci¨®n desconocida en esta ciudad, que durante 69 d¨ªas ha vivido la angustia de la familia Jerez Cano.