Los Andes: narcotr¨¢fico y desarrollo
La lucha contra el narcotr¨¢fico y la promoci¨®n del desarrollo en los pa¨ªses andinos deben basarse, seg¨²n el autor, en la trasformaci¨®n de una econom¨ªa drogodependiente en otra basada en la producci¨®n de otros insumos.
La cumbre de Dubl¨ªn, celebrada hace un a?o, design¨® a Espa?a como responsable de investigar y coordinar los trabajos que los pa¨ªses desarrollados deb¨ªan poner en marcha en el ¨¢rea andina para afrontar la problem¨¢tica de la droga y su econom¨ªa.Un reciente viaje a Per¨² me ha permitido analizar las consecuencias e hipot¨¦ticas soluciones que expongo a continuaci¨®n que sirven de base de trabajo al grupo de la CE:
- Distorsiones del sistema econ¨®mico: aunque supone un alivio esencial para la dur¨ªsima situaci¨®n nacional -y el Estado no puede prescindir responsablemente de este ingreso ilegal- la inyecci¨®n de los recursos de la coca es una variable imprevisible que impide una planificaci¨®n ordenada de la econom¨ªa nacional.
- Alteraci¨®n de la productividad agraria. Las zonas m¨¢s aptas para cultivos productivos est¨¢n siendo dedicadas a los cocales, provocando la necesidad de importar cuantiosas cantidades adicionales de alimentos.
- Da?o ecol¨®gico. Tanto las caracter¨ªsticas bot¨¢nicas de la coca como el vertido de los productos qu¨ªmicos para su procesamiento, est¨¢n produciendo importantes da?os en el sistema ecol¨®gico de la Amazonia.
- Corrupci¨®n institucional, que afecta a todo el sistema pol¨ªtico y, muy particularmente, a la polic¨ªa y a la judicatura.
- En Per¨², adem¨¢s, la alianza terrorismo-narcotr¨¢fico, Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) han asumido la defensa de los campesinos cultivadores a cambio de una participaci¨®n en los beneficios. Esta circunstancia, y la corrupci¨®n que se se?ala m¨¢s arriba, ha supuesto la pr¨¢ctica desaparici¨®n del Estado de las zonas cocaleras
La coca¨ªna no es s¨®lo la causa de la degradaci¨®n y de la delincuencia de una parte de la poblaci¨®n joven del mundo desarrollado; es tambi¨¦n un recurso econ¨®mico -hoy por hoy imprescindible- para Per¨² y Bolivia. Es, adem¨¢s, un elemento fundamental para explicar la violencia y corrupci¨®n del mundo andino.
Por fortuna para todos, quedaron atr¨¢s las graves recriminaciones entre pa¨ªses pobres que producen o transforman las drogas, y pa¨ªses ricos que las consumen. En la actualidad todos, por un motivo u otro, estamos implicados en este problema, s¨®lo abordable a trav¨¦s de la corresponsabilidad.
Corresponsabilidad
Espa?a se incluye sin reservas en el grupo de pa¨ªses que propugna que una pol¨ªtica de cooperaci¨®n y desarrollo es la ¨²nica viable y sensible para encarar responsablemente y en su conjunto el problema del narcotr¨¢fico. Se tratar¨ªa, en principio, de ofrecer a los campesinos cocaleros alternativas de cultivo rentables y seguras.
Esta postura determina nuestras iniciativas de cooperaci¨®n -tanto bilateral como en el marco multilateral de la Comunidad Europea o Naciones Unidas- asumiendo unas l¨ªneas de apoyo a proyectos que hace referencia a cinco grandes ¨¢reas de cooperaci¨®n: la tecnificaci¨®n, el desarrollo econ¨®mico, la salud, la educaci¨®n y la comercializaci¨®n de los productos alternativos.
Creemos, en suma, que debe reemplazarse la compleja econom¨ªa de la coca y sus derivados por un programa de desarrollo alternativo que genere empleo, ingresos, divisas y favorezca el cambio estructural que permita superar las dificultades que acarrear¨ªa la erradicaci¨®n, pura y simple de los cocales. En esta direcci¨®n han ido tambi¨¦n las ¨²ltimas iniciativas de la Comunidad Europea, favoreciendo importantes medios econ¨®micos a los programas de cooperaci¨®n con los pa¨ªses andinos. En este marco, debe considerarse la necesidad de una financiaci¨®n extraordinaria que permita reducir al m¨ªnimo los costes de la sustituci¨®n de la producci¨®n de coca en los siguientes aspectos:
- Buscar alternativas que compensen la reducci¨®n del flujo de divisas que se incorporan al circuito formal de le econom¨ªa, evitando un deterioro de la balanza de pagos.
- Compensar la p¨¦rdida de ingresos que a corto plazo sufrir¨ªa la econom¨ªa y, en particular, los productores directos de la hoja de coca.
- Sustituir a medio y largo plazo el empleo general por las actividades de la coca y derivados por ocupaciones permanentes y con posibilidades de ingresos crecientes.
- Resarcir el da?o ecol¨®gico ocasionado por estas actividades, as¨ª como evitar que nuevas ¨¢reas del territorio sufran una degradaci¨®n que atente contra el equilibrio del medio ambiente.
De este planteamiento se deduce que siendo la problem¨¢tica de la producci¨®n de coca y sus derivados un fen¨®meno con amplias implicaciones econ¨®micas, su soluci¨®n debe basarse, fundamentalmente, en criterios tambi¨¦n econ¨®micos.
Al tratarse de un problema estructural, la estrategia de desarrollos alternativos debe ser considerada a largo plazo y debe tener en cuenta criterios de rentabilidad para orientar la asignaci¨®n de recursos hacia actividades alternativas.
La producci¨®n de la coca es una fuente importante de ingresos y empleo para amplios segmentos de la poblaci¨®n, por lo que la estrategia debe considerar un plan social de transici¨®n que mitigue los costes sociales de la transformaci¨®n de la econom¨ªa.
No se trata de sustituir un cultivo por otro, sino de sustituir una econom¨ªa dependiente de la producci¨®n de droga por otra econom¨ªa dependiente de otros productos.
En consecuencia, dif¨ªcilmente podemos referirnos ¨²nicamente a la cooperaci¨®n Norte-Sur en materia de drogas; debemos referirnos a la cooperaci¨®n al desarrollo de determinados pa¨ªses, entendiendo que la pol¨ªtica de reconversi¨®n de un sector de la econom¨ªa, que siendo productivo, es en su finalidad perjudicial para la humanidad.
Como toda reconversi¨®n de un sector de la econom¨ªa de un pa¨ªs, tiene unos costes que deben asumirse, fundamentalmente por aquellos pa¨ªses que sufren las consecuencias del uso de drogas. Evaluar el coste, definir las estrategias m¨¢s adecuadas y distribuir la financiaci¨®n de la reconversi¨®n son las medidas m¨¢s urgentes a adoptar.
es delegado del Gobierno para el Plan Nacional de la Droga.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Coca¨ªna
- Impacto ambiental
- Opini¨®n
- Delincuencia juvenil
- Tupac Amaru
- Sendero Luminoso
- Sustancias peligrosas
- Ayuda econ¨®mica
- Amazonas
- Bolivia
- Per¨²
- Pol¨ªtica ambiental
- Cooperaci¨®n y desarrollo
- Drogas
- Violaciones
- Reservas naturales
- Lucha antidroga
- Sector qu¨ªmico
- Intoxicaci¨®n alimentaria
- Agresiones sexuales
- Tabaquismo
- Violencia sexual
- Tabaco
- Adicciones
- Intoxicaci¨®n