La nataci¨®n, con Spitz, un espect¨¢culo comercial
El norteamericano nada hoy en Tenerife
El norteamericano Mark Spitz nada hoy, en Tenerife y por primera vez tras su retiro de 17 a?os, los 100 metros mariposa, en los que obtuvo una de sus siete medallas de oro en los Juegos Ol¨ªmpicos de M¨²nich 72 y en los que se propone participar en los de Barcelona 92. "S¨¦ que va a ser muy dif¨ªcil clasificarme para ellos, pero me estoy preparando a conciencia", dijo ayer en la piscina municipal de Santa Cruz, escenario hoy y el s¨¢bado del Gran Premio Mundial Isla de Tenerife. Ni siquiera las personas m¨¢s pr¨®ximas a ¨¦l conocen la verdadera raz¨®n de su retorno a sus 41 a?os.
Spitz hizo leyenda en M¨²nich con siete medallas de oro en los 100 y los 200 metros libres, los 100 y los 200 mariposa y los relevos 4 x 100 y 4 x 200 libres y 4 x 100 estilos. Est¨¢ casado con una mujer multimillonaria y tiene un hijo de nueve a?os y otro en camino. Tras su fracaso en el cine y su intento frustrado de titularse en Odontolog¨ªa, mont¨® una empresa de construcci¨®n con la que ha amasado su propia fortuna. Todav¨ªa hoy contin¨²a recogiendo, a trav¨¦s de la publicidad, los frutos de su espectacular carrera deportiva.En 1974 anunci¨® su retirada y se fue a vivir a una lujosa mansi¨®n en Beverly Hills. Un d¨ªa, hace dos a?os, cuenta, llev¨® a su hijo a un partido de baloncesto y, de pronto, al pasar junto a una piscina, sinti¨® el mono de la nataci¨®n. Fue as¨ª, afirma, como decidi¨® regresar al deporte activo con la pretensi¨®n de disputarles una plaza en el equipo norteamericano para Barcelona 92 a veintea?eros como Matt Biondi. Hay quien dice, sin embargo, que Spitz ha buscado un pretexto para desintoxicarse paseando su figura donjuanesca. Si en Tenerife se ha comprobado que se toma en serio su preparaci¨®n -no fuma, no bebe y nada diariamente unos 17.000 metros-, no es menos cierto que se le van los ojos detr¨¢s de las mujeres y que tiene marcha. En un festival de salsa incluso bail¨® en el escenario al son de las maracas.
Spitz, que ya no lleva bigote porque dice que le hace m¨¢s viejo, viaj¨® a Canarias con su entrenador, Ron Ballatore, responsable del equipo de la universidad de California en Los ?ngeles, f¨¢brica de plusmarquistas. Ballatore manifest¨® ayer que ten¨ªa mucho inter¨¦s en conocer la marca de hoy de Spitz: "Ha progresado mucho en el a?o y medio que lleva prepar¨¢ndose y no descarto que est¨¦ en Barcelona 92. Todo es posible con un monstruo".
"Espero alcanzar mi meta, aunque s¨¦ que ser¨¢ muy duro", expuso Spitz. En marzo de 1992 se celebrar¨¢n en su pa¨ªs las pruebas clasificatorias y tendr¨¢ que conseguir un tiempo de 55,59 segundos -1,32 segundos por encima de la marca que le vali¨® el oro en M¨²nich- y, despu¨¦s, ser de los dos primeros.
Rafael Escalas, afincado en Estados Unidos y uno de los principales art¨ªfices del encuentro de Tenerife, considera que la presencia de Spitz en Barcelona "es casi un sue?o imposible": "Tendr¨ªa que nadar algo m¨¢s de un segundo m¨¢s r¨¢pido que en M¨²nich, pero con el inconveniente de que ahora tiene 41 a?os y entonces ten¨ªa 22. Si quedara entre los 16 norteamericanos mejores, ser¨ªa todo un ¨¦xito". Seg¨²n ¨¦l mismo, el pasaporte est¨¢ tan caro que hasta el actual plusmarquista mundial de los 100 libres, Biondi, "lo tiene peliagudo porque hay mucha gente joven apretando fuerte". Hasta Tom Jager, recordman mundial en los 50 libres y con la mejor marca del a?o en los 50 mariposa, se?al¨®: "No tengo seguro mi billete".
Gancho comercial
Est¨¦ o no est¨¦ Spitz en la cita ol¨ªmpica espa?ola, lo que tienen claro Jager y Escalas es que su vuelta ha sido un reactivo para la nataci¨®n. La industria de la mercadotecnia ha visto en Spitz la ocasi¨®n de oro para convertir este deporte minoritario en un espect¨¢culo con gancho comercial. Hasta hace pocos meses, Biondi o Jager no se hubieran imaginado que podr¨ªan embolsarse 3,5 y dos millones de pesetas en premios, respectivamente, como ocurri¨® hace pocos d¨ªas en su desaf¨ªo con el h¨¦roe de M¨²nich en los 50 mariposa de Misi¨®n Viejo (California).
Ahora, en Tenerif¨¦, la organizaci¨®n repartir¨¢ alrededor de 1,6 millones en tres premios (8.000, 5.000 y 3.000 d¨®lares) en cada una de las cinco pruebas programadas. Spitz ha cobrado por estar 750.000 pesetas. Pero no quiere venderse como un negocio: "He vuelto para convencer a todos de que un nadador puede seguir m¨¢s all¨¢ de los 30 a?os".
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