Novedades en el IVA

LA ARMONIZACI?N fiscal constituye una condici¨®n necesaria en la convergencia de las econom¨ªas europeas, destinada a garantizar la existencia de un mercado ¨²nico de bienes, servicios y capitales. La reuni¨®n informal del ECOFIN (ministros de Econom¨ªa de la Comunidad Europea) celebrada el pasado Fin de semana en Luxemburgo ha renovado sus intenciones de avanzar hacia la completa uni¨®n econ¨®mica y monetaria de Europa, pero tambi¨¦n ha puesto de manifiesto las importantes dificultades existentes para conseguir esa convergencia en una de las dimensiones de esa armonizaci¨®n fiscal: la de los impuestos indirectos y, m¨¢s espec¨ªficamente, el impuesto sobre el valor a?adido (IVA), cuya consecuci¨®n se pretende para el 1 de enero de 1993.La necesaria reducci¨®n de la dispersi¨®n de tipos impositivos no estar¨¢ exenta de efectos adversos para aquellos pa¨ªses m¨¢s alejados del promedio. La consecuci¨®n de un tipo igualitario del 14%, como el propuesto por la presidencia luxemburguesa y aceptado por el ministro de Econom¨ªa y Hacienda espa?ol, supondr¨ªa para aquellos pa¨ªses en los que el actual es superior sacrificar recaudaci¨®n, y para aquellos en que es inferior -caso de Espa?a, cuyo tipo medio est¨¢ situado en el 12%- afrontar, probablemente, fuertes tensiones inflacionistas adicionales. En el caso de algunos productos como los autom¨®viles y otros art¨ªculos considerados de lujo, esa tasa impositiva es hoy en nuestro pa¨ªs del 33%. Solchaga anunci¨®, adelant¨¢ndose a la previsible disminuci¨®n recaudatoria, la compensaci¨®n parcial de ingresos por este concepto con la aplicaci¨®n de una nueva tasa de matriculaci¨®n o circulaci¨®n comprendida entre el 8% y el 10%, con lo que tratar¨ªa de reparar esa p¨¦rdida de ingresos, justificada inicialmente por la exigencia de inversi¨®n en infraestructuras viales y neutralizaci¨®n de otros costes, por ejemplo, medioambientales, asociados a la circulaci¨®n de los autom¨®viles.

Independientemente del impacto que puedan ocasionar sobre la demanda las variaciones impositivas en determinados sectores como el ya citado del autom¨®vil, la tendencia hacia su homogeneizaci¨®n ser¨¢ tanto m¨¢s significativa cuanto m¨¢s desiguales son hoy d¨ªa las exigencias presupuestarias de cada uno de los pa¨ªses; en Espa?a, cada punto de reducci¨®n en el IVA equivale a dejar de ingresar, aproximadamente, 100.000 millones de pesetas. Las finanzas p¨²blicas de los pa¨ªses europeos est¨¢n lejos de ser similares en la atenci¨®n a las necesidades de equipamiento p¨²blico, y ello se constata cuanto m¨¢s visible es la tendencia en todos los pa¨ªses industrializados, incluidos los de la CE, a reducir la importancia de la imposici¨®n directa como generadora de ingresos p¨²blicos. De ah¨ª que cualquier modificaci¨®n en los grav¨¢menes o, en definitiva, en la estructura y cuant¨ªa de los ingresos p¨²blicos, lejos de garantizar la convergencia de las distintas econom¨ªas europeas, puede contribuir a ensanchar sus distancias.

Una vez m¨¢s, la irreversibilidad de la uni¨®n econ¨®mica europea pone de manifiesto la necesidad de arbitrar mecanismos de apoyo a aquellos pa¨ªses que han de soportar mayores esfuerzos con el fin de mantener un calendario de integraci¨®n. En todo caso, no ha de ser ¨®bice para que la Administraci¨®n tributaria espa?ola trate de alcanzar niveles de eficacia similares a los de sus hom¨®logas europeas, reduciendo ante todo esa importante bolsa de fraude fiscal de la que la correspondiente al IVA es suficientemente representativa.