La secci¨®n oficial ofrece por primera vez en muchos a?os pel¨ªculas de gran variedad y riqueza
Notable selecci¨®n de pel¨ªculas en concurso la que ofrece Cannes 91. Hac¨ªa muchos a?os que no se ve¨ªa tanta variedad y riqueza en la secci¨®n oficial a concurso. El estadounidense Spike Lee, el polaco Krysztof Kieslowski y el chino Chen Kaige est¨¢n a la altura de su fama con Jungle fever, La doble vida de Ver¨®nica y La vida en una cuerda, respectivamente. Bix, del italiano Pupi Avati, y Malina, del alem¨¢n Werner Schroeter, est¨¢n por debajo de las anteriores, pero aportan una buena dosis de riesgos y buscan caminos no sabidos. El franc¨¦s Patrick Bouchitey, con Luna fr¨ªa, hace el papel de oveja negra con un filme rutinario. Es la excepci¨®n. Por suerte, la norma son pel¨ªculas con ambici¨®n e identidad indiscutibles.
Se esperaba con ganas Jungle fever, escrita, producida, dirigida e interpretada por el cineasta norteamericano Spike Lee, que en tres a?os y con dos pel¨ªculas se ha ganado celebridad en todo el mundo. No la va a perder con su nueva obra, aunque probablemente tampoco logre aumentarla. Es una buena pel¨ªcula de dos horas de duraci¨®n que en la hora final se le va a Lee de las manos y no resuelve convincentemente las intrincadas relaciones interpersonales e interraciales que con tanta precisi¨®n y facilidad plantea en la primera hora.La banda sonora es del m¨²sico Stevie Wonder, que est¨¢ aqu¨ª, en Cannes, y por desgracia, aunque suena bien por s¨ª sola, en la pel¨ªcula disuena. En cambio, las interpretaciones de John Turturro, Anthony Quinn, Annabella Sciorra, Wesley Snipes y el propio Lee son precisas y est¨¢n admirablemente acopladas entre s¨ª. El cineasta sigue adentr¨¢ndonos con dureza y radicalidad en la situaci¨®n de los negros en la sociedad estadounidense.
No da Spike Lee, en este sentido, tregua a nadie, ya sean los racistas blancos, los racistas negros, o los racistas blanquinegros. Le preguntaron ayer qu¨¦ es para ¨¦l un negro. Lee respondi¨® con este elocuente laconismo: "Un color". Casi todo est¨¢ dicho ah¨ª: un simple color es fuente de una enorme tragedia colectiva.
Id¨¦ntico camino
Hab¨ªa tambi¨¦n mucha curiosidad sobre por d¨®nde pod¨ªa ir el cine de Krizstof Kieslowski despu¨¦s de sus largos a?os dedicados al famoso Dec¨¢logo. Pues bien, va por id¨¦ntico camino Hasta el punto de que vista La doble vida de Ver¨®nica se habla ya aqu¨ª de Once¨¢logo.La pel¨ªcula se divide en dos partes complementarias, ambas protagonizadas por la actriz francesa Ir¨¨ne Jacob. La primera transcurre en Polonia y la segunda en Francia y existe una superioridad abrumadora de la primera sobre la segunda, y no porque ¨¦sta sea mala, sino porque la primera es excepcional. Es, por tanto, una buena pel¨ªcula desequilibrada, que se ver¨¢ en todo el mundo pese a su car¨¢cter extra?o y misterioso, sin que llegue a ser herm¨¦tico.
Herm¨¦tica y mucho es, por el contrario, Malina, del alem¨¢n Werner Schroeter, donde la francesa Isabelle Huppert lleva a cabo un esfuerzo interpretativo abnegado y extenuante. Pero el resultado, pese a la ¨²ltima y brillant¨ªsima secuencia final, no est¨¢ a la altura de las pretensiones del director, que adolecen de sobrecarga literaria e intelectual. Lo cierto es que el filme desalienta al espectador y queda en la memoria como una especie de galimat¨ªas indescifrable, m¨¢s aparatoso que profundo. Herm¨¦tica es tambi¨¦n La vida en una cuerda, del chino Chen Kaige, creador de las maravillas po¨¦ticas de Tierra amarilla y El rey de los ni?os. Pero tras su hermetismo, resulta fascinante. Hay en la pel¨ªcula im¨¢genes inolvidables, cadencia y estilo inimitables, magnetismo, poes¨ªa visual pura y a veces exquisita.
Dif¨ªcil para un occidental
Kaige nos sit¨²a dentro de una f¨¢bula, de una par¨¢bola, dif¨ªcil de entender para un occidental. El cineasta chino, despu¨¦s de tres a?os de vagabundeo por Europa y Am¨¦rica, volvi¨® a China y se sumergi¨® y ahora nos sumerge en ella. Sus pasos son firmes y camina como por su casa dentro del laberinto de las tradiciones, la cultura ancestral y el folclor de su pa¨ªs. Pero nosotros necesitar¨ªamos, adem¨¢s de un traductor de sus palabras, otro que traduzca sus s¨ªmbolos para poder orientarnos.Todo esto tiene aqu¨ª mucho sentido y es impagable en un festival de cine que, como el de este a?o en Cannes, busca y encuentra innovaciones, aventuras incluso, dentro de la evoluci¨®n del lenguaje cinematogr¨¢fico actual. Cada d¨ªa, en las pantallas del palacio de La Croisette, nos adentramos en alg¨²n territorio no explorado del drama, de la narrativa, de la luz y de la imagen de nuestro tiempo. Y as¨ª, despu¨¦s de docenas de pel¨ªculas en las retinas, el cansancio de los ojos se convierte en descanso.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.