Gracia y desgracia

Ya son a?os de Ronaldos, aunque no lo parezca. En su primera ¨¦poca, el grupo encandil¨® a muchos con aquella especie de rock juguet¨®n, ni siquiera adolescente. Los Ronaldos parec¨ªan sacar la lengua a sus oyentes con esa sorna tan caracter¨ªstica en determinados infantes. Hoy han descubierto la salsa y el rhythm and blues, g¨¦neros nobles sobre los que contin¨²a posando la mano que infantiliza, y en la que reside su gracia y su desgracia.El largamente ansiado concierto del d¨ªa de san Isidro tuvo de lo uno y de lo otro. Coque Malla aparenta ciertamente ser capaz de "decirle al padre de ella lo que pretenden hacer", tal es su imagen de ni?o deslenguado que divierte a los mayores con sus ocurrencias. Y cada una de ellas supone un hallazgo materializado en canciones frescas, tanto antes como ahora (Sentir y amar).

?ltimamente, sin embargo, Los Ronaldos tienden a desvirtuar su voz propia en favor de un uso abusivo de los arquetipos del rock and roll. Su directo ha perdido continuidad, y los temas se alargan sobre la repetici¨®n de secuencias de un par de acordes, magnificados por una secci¨®n de viento m¨¢s espectacular que imaginativa. As¨ª, el concierto result¨® escueto; no en duraci¨®n, pero s¨ª en enjundia. Coque anunciaba una y otra vez su intenci¨®n de seguir, y seguir tocando, bailando, saltando. Pero todo quedaba en la reiteraci¨®n exasperante de fragmentos instrumentales breves que ni dicen ni aportan nada a la personalidad del grupo.

Baladas

Previamente hab¨ªa actuado La Trampa, un d¨²o tambi¨¦n de Madrid que cultiva la melod¨ªa sobre desarrollos tonales de corte latino, muy susceptibles de orquestaci¨®n. Las baladas componen el grueso de su repertorio (Quiero volver a casa es la m¨¢s conocida), y la instrumentaci¨®n es fuerte, con guitarras y teclados deudores del AOR norteamericano (m¨²sica dirigida a un p¨²blico adulto), que La Trampa orienta hacia un tipo de sensibilidad coincidente con la del rock que se produce, por ejemplo, en Centroam¨¦rica (v¨¦ase Galavisi¨®n).