Armas espantosas
LA RECIENTE iniciativa de Bush a favor de la eliminaci¨®n total de las armas qu¨ªmicas significa un impulso muy serio para la conferencia que sobre este tema se viene desarrollando en Ginebra. Se produce en un momento oportuno, despu¨¦s (le la guerra del Golfo, pero responde a la vez a una preocupaci¨®n muy antigua. El empleo de gases asfixiantes en la Primera Guerra Mundial, que caus¨® sufrimientos a cientos de miles de personas, provoc¨® el l¨®gico repudio hacia ese tipo de armas. En 1925 se firm¨® un tratado prohibiendo su empleo, pero no impidi¨® que muchos pa¨ªses, empezando por las grandes potencias, hayan continuado produci¨¦ndolas y perfeccion¨¢ndolas.En los a?os ochenta, despu¨¦s de que Sadam Husein utilizase armas qu¨ªmicas en la guerra contra Ir¨¢n, y poco despu¨¦s para exterminar varias aldeas kurdas, rebrot¨® en la escena mundial el debate sobre la necesidad de su prohibici¨®n. La conferencia mundial que se reuni¨® en Par¨ªs en enero de 1989 aprob¨® por unanimidad una declaraci¨®n recomendando la eliminaci¨®n total de dichas armas. Sin embargo -y en ello reside la novedad de la reciente decisi¨®n de Bush-, EE UU siempre ha defendido que necesitaba conservar un 2% de su arsenal qu¨ªmico con fines disuasorios o para emplearlo, en ¨²ltimo extremo, si era atacado con armas de ese g¨¦nero. Esa reserva justificaba otras reticencias e imped¨ªa la adopci¨®n de una medida radical, que probablemente es la ¨²nica que podr¨¢ estar sometida a un control seguro y efectivo. El control ser¨¢ poco eficaz mientras sea legal producir armas qu¨ªmicas, aunque sea en peque?as cantidades.
Ahora, la conferencia de Ginebra sobre el desarme qu¨ªmico entra en una fase nueva: cabe esperar que la mayor parte de los pa¨ªses acepte una prohibici¨®n total, lo cual facilitar¨¢ que se elabore un sistema de control con garant¨ªas para todos. Ello exigir¨¢ l¨®gicamente inspecciones rec¨ªprocas en las industrias qu¨ªmicas de los diversos Estados.
El cambio de la actitud de EE UU sobre las armas qu¨ªmicas no se debe a un gesto de bondad surgido espont¨¢neamente. Es una decisi¨®n fr¨ªa de estrategia y pol¨ªtica exterior. La direcci¨®n pol¨ªtica y militar de EE UU ha sacado la conclusi¨®n, a la luz de la guerra del Golfo, de que las armas qu¨ªmicas no son ni disuasorias ni operativas en la fase actual, por un conjunto de razones militares y pol¨ªticas. Irak no las ha empleado, contrariamente a lo que hab¨ªa previsto el mando aliado. Es probable que esta experiencia impulse tambi¨¦n a otros pa¨ªses a adoptar una actitud semejante a la definida por Bush, lo que ayudar¨ªa a un amplio consenso a favor de- la eliminaci¨®n total.
Sin embargo, y a pesar de que EE UU insiste en un ritmo lo m¨¢s r¨¢pido posible en la elaboraci¨®n de la convenci¨®n aboliendo las armas qu¨ªmicas, van a surgir numerosos obst¨¢culos, en particular por parte de pa¨ªses relativamente d¨¦biles, que ven en esas armas, por su baratura y relativa facilidad de fabricaci¨®n, el arma at¨®mica de los pobres. La destrucci¨®n de las armas qu¨ªmicas est¨¢ m¨¢s cerca despu¨¦s de la iniciativa de Bush. Pero depende a¨²n de condicionamientos complejos sobre los cuales no se puede cerrar los ojos.
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