Joselito salv¨® la tarde
La tarde discurr¨ªa por la pendiente de la desesperaci¨®n de los toreros y del aburrimiento del p¨²blico. Uno tras otro, fueron saliendo cinco toros que ni siquiera serv¨ªan para uncirlos al yugo de las carretas, pues carec¨ªan de fuerzas. Eran toros que parec¨ªan aburridos de la vida, y si no se la quitaron antes de salir al ruedo, debi¨® de ser por pereza. Se pasaron la tarde huyendo, mirando al tendido, rompiendo las tablas, eso cuando se mov¨ªan, porque su natural era estarse quietos y que los dejaran en paz.Es verdad que Joselito, a su primero consigui¨® cortarle una oreja, pero fue en premio a la decisi¨®n, a la porf¨ªa y al estoconazo con que acab¨® con el manso. Fue en el sexto, que tambi¨¦n hab¨ªa dado pruebas de su mansedumbre en los dos primeros tercios, cuando el madrile?o lo sac¨® al centro del ruedo, y, empez¨® a torearlo sobre la mano derecha muy relajado. El toro se iba tragando los muletazos como si se tragara un purgante. Joselito, a base de exponer, le construy¨® una armoniosa faena, en la que hubo temple, a veces toreo desmayado y casi siempre mucha torer¨ªa. Los pases fundamentales, con importante ligaz¨®n, y para terminar un molinete, giraldillas y abaniqueo por la cara. La estocada defectuosa inclin¨® al presidente a no conceder la segunda oreja que el p¨²blico pidi¨® insistentemente.
Ramos / Ortega, Ojeda, Joselito
Cinco toros de Andr¨¦s Ramos, de desigual presentaci¨®n, blandos y mansos y 2? de S¨¢ncho D¨¢vila, de aceptable presentaci¨®n y manso.Ortega Cano: pinchazo, estocada y descabello (ovaci¨®n); estocada atravesada que asoma -aviso-, media en los bajos y dos descabellos (ovaci¨®n). Paco Ojeda: dos pinchazos y descabello (ovaci¨®n); cinco pinchazos y estocada corta ca¨ªda (palmas). Joselito: estoconazo (oreja): estocada ca¨ªda y delantera (oreja y fuerte petici¨®n de la segunda). Salio a hombros. Plaza de C¨®rdoba, 26 de mayo. D¨¦cima corrida de feria. Dos tercios de entrada.
Ortega Cano, que sustitu¨ªa a Ni?o de la Capea, recibi¨® su primero con ver¨®nicas muy lentas y muy templadas, antes de que se le acabaran al toro las pocas ganas de embestir que ten¨ªa. Estuvo Ortela por encima de su enemigo. Este se paraba en el viaje y el diestro lo tore¨® en redondo con el pico de la muleta y con m¨¢s compromiso al natural. Por la mansedumbre del toro la faena careci¨® de hilv¨¢n. El cuarto, en los breves momentos en que estuvo frente a la muleta gazape¨® y prob¨®, lo que no fue obst¨¢culo para que un Ortega muy decidido, le sacara con f¨®rceps una tanda de naturales y algunos redondos sueltos. Enseguida huy¨® a las tablas, y all¨ª pas¨® Ortega un calvario para matarlo.
Paco Ojeda salud¨® a su primero a la ver¨®nica con ajuste. Lo tore¨® con la muleta, fundamentalmente con la mano derecha, con temple y buen remate. Pero como el toro, adem¨¢s de manso, era muy tardo, la faena careci¨® de unidad. En el quinto estuvo Ojeda porfi¨®n y decidido, pero los muletazos que le dio carecieron de emoci¨®n, pues el toro embest¨ªa cansina y distra¨ªdamente.
Una corrida para los carniceros, pues por lo menos dos pasaron de los 600 kilos.
Oreja a Chiquil¨ªn en Sevilla
Chiquil¨ªn cort¨® una oreja en la novillada celebrada ayer en Sevilla, informa Efe. Con algo m¨¢s de media entrada, se lidiaron novillos de Carlos N¨²?ez (el sexto, sobrero, en sustituci¨®n de un inv¨¢lido devuelto al corral), desiguales de presentaci¨®n y juego. Manuel Caballero, silencio en su lote. Chiquil¨ªn, ovaci¨®n y oreja. Miguel Carrasco, petici¨®n y vuelta; silencio.Barcelona. Algo m¨¢s de un cuarto de entrada. Novillos portugueses de Antonio Cabral, muy bien presentados, que cumplieron en el ¨²ltimo tercio. El Tato, ovaci¨®n y silencio. Paquiro, silencio y divisi¨®n de opiniones. Paco Aguilera, palmas; aviso y ovaci¨®n.
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