Michael J. Fox

Cumplir¨¢ dentro de unos d¨ªas 30 a?os, pero su verdadera edad es indeterminada, quiz¨¢ entre 15 y 25. Casi imberbe, en el l¨ªmite del metro sesenta de estatura, reservado pero sonriente, Michael J. Fox se define como "un canadiense liberal", aunque muchos hayan pensado en ¨¦l como en un joven comediante de la era de Reagan. Su cach¨¦ est¨¢ por encima de los 300 millones de pesetas.Protagonista de la serie de tres pel¨ªculas Regreso al futuro, fue una telecomedia la que lo lanz¨® en los a?os ochenta, Enredos de familia. En ella, una pareja de radicales ex hippies se encuentra con que el ni?o sale ultraconservador y materialista. "Los dem¨®cratas interpretaron mi personaje como una s¨¢tira de los republicanos", dice "y los republicanos, como un modelo. Yo prefer¨ª quedarme al margen porque me siento m¨¢s artista que activista; pero, entre los dos, desde luego que me siento m¨¢s identificado con los dem¨®cratas, aunque la pol¨ªtica se la dejo para Jane Fonda".

La baja estatura humaniza a Fox, a lo que se une una timidez que le hace mirar mucho al suelo, como maravillado por sus botAs horteras de piel de serpiente. Ironiza sobre s¨ª mismo para responder a la comparaci¨®n entre ¨¦l y Mickey Rooney. "Yo con quien me identifico es con James Stewart. Soy como James Stewart con la ropa de Mickey Rooney". El actor no se muestra preocupado porque su tama?o, a medida que envejezca, pueda limitar su carrera: "Mi ¨²nica limitaci¨®n es encontrar papeles que me gusten". Y a?ade una frase, medio en broma medio en serio, que podr¨ªa pertenecer al personaje c¨®mico de Enredos de familia: "Cuanto m¨¢s dinero haga tu pel¨ªcula, m¨¢s creces".

Fox ha venido a Madrid a promover su ¨²ltimo trabajo, de pr¨®ximo estreno, titulado Colegas a la fuerza y dirigido por John Badham. Interpreta a un actor de pel¨ªculas menores, pero taquilleras, que quiere conseguir el papel principal de una pel¨ªcula policiaca seria. Para meterse en el personaje, va a Nueva York a seguirle los pasos a un agente duro. ?ste, interpretado por James Woods, es el prototipo antidemocr¨¢tico de polic¨ªa que entra en las casas no s¨®lo sin mandamiento judicial, sino con un bate de b¨¦isbol como credencial.

Fox no le da importancia a que un personaje as¨ª sea "casi un fascista", seg¨²n su propia expresi¨®n, y prefiere destacar el car¨¢cter par¨®dico del filme por encima de la posible interpretaci¨®n ideol¨®gica: "Son licencias art¨ªsticas. Se trata de una comedia de percepciones; mi personaje es una exageraci¨®n de las que tiene la gente de Hollywood del mundo exterior, y Woods es una exageraci¨®n del t¨®pico prototipo de polic¨ªa de Nueva York".

Tan cerca de los treinta, el chico formal Michael J. Fox, ya casado y con un hijo de dos a?os, celebrar¨¢ su cumplea?os coincidiendo con el final de sus contratos, tanto el de los anuncios de Pepsi como el de la serie Regreso al futuro. "Me siento liberado, como para volver a ¨¦mpezar y hacer lo que me d¨¦ la gana", dice. Y a?ade: "A estas alturas siento como si hubiera vendido mi d¨¦cada de los veinte por el trabajo para poder relajarme a partir de ahora".

El concepto de la interpretaci¨®n se conecta con la ni?ez en el caso de Michael J. Fox. Dice que lo suyo es trabajar duro sin preocuparse en exceso del sentido de la importancia de lo que hace: "Al fin y al cabo, ser actor es divertirse, jugar; como cuando, de peque?os, uno hac¨ªa de vaquero y otro de indio".