Dos grandes melodramas
A las 22.00 de esta noche se emite en el Canal Plus un fuerte y m¨¢s que notable melodrama: El color p¨²rpura, una obra de refinado sentimentalismo, que Steven Spielberg, casi siempre inclinado hacia las aventuras ex¨®ticas, cuid¨® hasta el menor detalle, en una producci¨®n, realizaci¨®n e interpretaci¨®n realmente primorosas.Acostumbrado como est¨¢ a romper todas las cifras de los taquillajes de Estados, Unidos, esta pel¨ªcula fue para Spielberg un relativo tropiezo comercial. A veces, la calidad se paga de mala manera y ¨¦sta es una de ellas. Los bordados del cineasta, que esta vez se esmer¨® hasta la miniatura. fueron insuperables y el hecho de salirse sin avisar del encasillamiento que parte del p¨²blico tiene de su obra precedente, jug¨® a Steven Spielberg una peque?a mala pasada: fue un filme de grandes minor¨ªas. No importa. Hay pel¨ªculas que producen dinero r¨¢pido y f¨¢cil y otras que lo gotean lenta, pausadamente y con dificultad, pero que duran siempre, que perduran. El color p¨²rpura es una de ellas. Se vio y se volver¨¢ a ver una y otra vez: seguir¨¢ siempre haciendo saltar l¨¢grimas del buen llorar.
A la misma hora, hay otro gran melodrama, un cl¨¢sico de Vincente Minnelli, tal vez el m¨¢s intrincado junto con Cautivos del mal. Se titula Como un torrente y tiene un reparto de oro: Frank Sinatra -en un papel de escritor que no le va, pero que defiende como un gato panza arriba-, Dean Martin -que hace una creaci¨®n antol¨®gica, quiz¨¢ su mejor trabajo, en el personaje de un jugador profesional- , Arthur Kennedy -que todo lo hizo bien-, Martha Hyer -que de un personaje t¨®pico y de contrapunto extrae buenas escenas- Y, sobre todo, ese otro lado del contrapunto de Martha Hyer encarnado por una jovenc¨ªsima (la pel¨ªcula fue realizada en 1958) y genial Shirley Maclaine, que compone el personaje de una prostituta de acera, boba y sentimental, que todav¨ªa hoy sigue siendo una de las cumbres de su carrera.
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