El h¨¦roe de la retirada
Su¨¢rez: "No quiero ser un retrato colgado en la pared"
El d¨ªa 24 de abril Adolfo Su¨¢rez concedi¨® una entrevista a El Pa¨ªs Semanal que se publicar¨¢ en el n¨²mero del pr¨®ximo domingo. Faltaban 15 d¨ªas para el comienzo de la campa?a electoral, pero aquella conversaci¨®n ya fue una despedida. "Yo nunca he hecho mal a nadie conscientemente, pondr¨ªa en juego mi vida por defender la libertad de expresi¨®n; de alguna forma lo he hecho. Pero reconozco que me resulta muy duro resistir el acoso diario, los golpes bajos, recibiendo escasas palabras de aliento o comprensi¨®n. A veces me pregunto cu¨¢l es el fundamento del trato tan despiadado que recibo".En su despacho largo y estrecho, el hombre de la transici¨®n mostr¨® abiertamente su estado de ¨¢nimo. Entre sonrisas, eso s¨ª, porque Su¨¢rez es ahora un hombre inseguro, y, por tanto, desea ser comprendido, querido. A la pregunta de si piensa que ha equivocado su biograf¨ªa, hasta un rnomento tan brillante, Su¨¢rez responde: "S¨ª, una biograf¨ªa que luego ha ido tan mal, dilo sinceramente. Pero es que nunca he tenido la tentaci¨®n de quedarme instalado confortablemente en la sociedad, con el recuerdo de lo que hice. No me gustar¨ªa ser un retrato colgado en la pared. Creo en la necesidad de que siga existiendo una pol¨ªtica de centro, y sigo en esto, aunque signifique un deterioro personal-.
El ya sab¨ªa que- el deterioro iba a crecer el d¨ªa de las elecciones. Y como si respondiera al fracaso electoral del d¨ªa 26, dec¨ªa:
"El CDS ha hecho lo que ha podido para responder a los ataques que ha recibido. Yo asumir¨¦ los resultados y, obrar¨¦ en consecuencia". Y, en efecto, admiti¨® la derrota en cuanto ¨¦sta se produjo, como si no quisiera darse tiempo para caer en alguna tentaci¨®n; con la misma nobleza y elegancia que tuvo ocasi¨®n de mostrar en otros momentos.
Pero aquella ma?ana todav¨ªa ten¨ªa la obligaci¨®n de defender su opci¨®n pol¨ªtica de centro, y se quejaba de que las aportaciones del CDS no fueran reconocidas porque " de com¨²n acuerdo o por casualidad, el objetivo de la derecha y de la izquierda es hacer bipartidismo, borrar esa opci¨®n de centro". Su¨¢rez es un pol¨ªtico
que rniente mal, porque se le nota mucho cuando lo que dice no es m¨¢s que lo que se debe decir. En cambio parec¨ªa m¨¢s sincero al decir: "La lucha con la gente del CDS, la necesidad de mantener su rnoral alta. es un trabajo que ofrece muchas dificultades. No se puede ser h¨¦roe todos los d¨ªas, y las personas desean llevar un ritmo m¨¢s r¨¢pido para la consecuci¨®n de parcelas de poder de las que puede ofrecer este partido". Son palabras en las que se puede adivinar el peso moral que ha soportado este hombre, que desde 1982- no ha podido ofrecer responsabilidades pol¨ªticas importantes a los que fielmente han seguido su camino hacia el abismo. A estas alturas es posible imaginar que el que fuera presidente del Gobierno en los momentos m¨¢s cruciales de los ¨²ltimos 50 a?os de este pa¨ªs ha sentido como un fardo esa fidelidad, que hac¨ªa tiempo deseaba desprenderse de ella y vivir tranquilo. Despu¨¦s de todo, en el despacho largo y estrecho ya hay, varias fotograf¨ªas de sus nietos.
En la entrevista que se publicar¨¢ el domingo, Adolfo Su¨¢rez dice tambi¨¦n que le gusta la vida que ha llevado: "Una vida interesante, que rne ha apetecido vivirla. Una vida sin red". Termina comparando su experiencia pol¨ªtica con una relaci¨®n
amorosa:"Hay muchas clases de relaciones amorosas. Mi experiencia pol¨ªtica se parece a una relaci¨®n siempre nueva, interesante, desprovista de h¨¢bitos, una relaci¨®n que se renueva cada d¨ªa y soprende en cada momento. Para mi la pol¨ªtica ha
sido, es, una pasi¨®n". Ahora. acabada la pasion unilateralmente a Su¨¢rez ya no le queda m¨¢s que un mal de arnores.
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