Auxiliar a los vecinos

La solidaridad con las v¨ªctimas del atentado contra la casa cuartel de Vic ha funcionado a m¨²ltiples escalas: desde la m¨¢s instintiva, como ir a ofrecer sangre en los centros hospitalarios o alojar a familias afectadas por el atentado, hasta la m¨¢s operativa -la colaboraci¨®n entre ciudadanos y fuerzas de seguridad para desarticular el comando de ETA-, pasando por la m¨¢s simb¨®lica: colgar en los balcones banderas catalanas con crespones negros.Todo ello es la s¨ªntesis de un, sentir colectivo que admite a los guardias civiles y a sus familiares como vecinos perfectamente integrados en la vida catalana y que aisla con dureza cualquier intento de quebrar esta convivencia. "Las v¨ªctimas son vicenses", dijo el viernes el alcalde nacionalista de Vic, Pere Girbau, de ClU, en la breve alocuci¨®n que dirigi¨® a los ciudadanos tras. los cinco minutos desilencio, convocados a mediod¨ªa en se?al de duelo. Desde las 19,05 del fat¨ªdico mi¨¦rcoles los mecanismos de la solidaridad han funcionado initerrumpid.amente, en la convicci¨®n de que hac¨ªa falta prestar ayuda a unos vecinos en dificultades.

Las formas que ha asumido este sentimiento colectivo han sido variadas y numerosos actos han sido suspendidos en la comarca en se?al de duelo. Las ayudas materiales no han sido menores. Treinta f¨¢nfilias que viv¨ªan en un edificio pr¨®ximo a la casa-cuartel y que han tenido que ser desalojadas han podido beneficiarse de una oficina de atenci¨®n a los damnificados, montada por el Ayuntamiento, que les ha proporcionado ropa. El municipio estudia la posibilidad de hacerse cargo de los gastos de aquellos afectados que no tuvieran suscrito ning¨²n seguro.

Pero ha habido otras formas de colaboraci¨®n con los afectados. La polic¨ªa recibi¨® cerca de una docena de declaraciones de personas que hab¨ªan detectado alg¨²n movimiento sospechoso y pretend¨ªan ayudar a la detenci¨®n de los terroristas.