Una soflama

Es a ustedes a quienes me dirijo, a ustedes todos: presidente del Senado, senadores, restantes parlamentarios y cargos p¨²blicos en general. No es solidaridad mal entendida. No intenci¨®n de librar a un compa?ero de esta u otra sanci¨®n econ¨®mica. No despiste generalizado. No. No basta ahora repetir la votaci¨®n como si nada. No bastan medidas vacuas ni disculpas vagas. Es clara y sencillamente incapacidad manifiesta de desempe?ar la funci¨®n p¨²blica. Es vulnerar lo preceptuado en la Constituci¨®n. Es ignorar el Estado de derecho. Es, acaso, conducta a investigar por jueces y fiscales. Es la consabida doble vara de medir para ustedes y para nosotros. Es un fraude amplificado. Un desorden alarmante. Dimitan ustedes, ustedes los responsables. Dimitan todos, que claramente son incapaces de respetar las reglas m¨ªnimas. Desde ahora, ya, en este instante, a riesgo de escribir una soflama o un panfleto, a riesgo de alinearme con plum¨ªferos y virtuosos de orquestas y huracanes antid¨¦mocr¨¢ticos, les declaro a ustedes, a ustedes todos, desacreditados como hacedores de la res publica. Por tanto, dimitan. En grupos, al un¨ªsono, individualmente o por parejas. Dimitan. Carecen, se?ores desacreditados, de toda fuerza moral como para continuar sentados donde no saben sentarse.y dos firmas m¨¢s.