M¨¢s vale prevenir que curar
En la pol¨ªtica ambiental, como en la pol¨ªtica sanitaria, se ha llegado al acuerdo un¨¢nime de que "m¨¢s vale prevenir que curar". Lo que ocurre es que las pol¨ªticas preventivas, en muchos cabos, no pueden sustituir a las pol¨ªticas correctoras. Los estragos ecol¨®gicos producidos por los periodos m¨¢s desarrollistas de crecimiento econ¨®mico obligan a emplear diversos mecanismos de restauraci¨®n paisaj¨ªstica y de recuperaci¨®n y rehabilitaci¨®n de ecosistemas muy maltratados.En cualquier caso, el reto ecol¨®gico, que es un reto de presente y de futuro, exige una respuesta basada en estrategias preventivas capaces de evitar la repetici¨®n de los deterioros ambientales que han venido sucedi¨¦ndose en el inmediato pasado.
Los documentos te¨®ricos de medio ambiente, as¨ª como las legislaciones de los pa¨ªses del mundo m¨¢s, desarrollados, reconocen la oportunidad y la conveniencia de las pol¨ªticas preventivas.
Desde hace algunos a?os, las metodolog¨ªas de prevenci¨®n ecol¨®gica han cristalizado y se han concretado en el procedimiento normalizado de evaluaci¨®n de impacto ambiental como un sistema de an¨¢lisis para la estimaci¨®n del efecto de una determinada actividad sobre el medio ambiente.
La evaluaci¨®n de impacto ambiental intenta predecir las posibles consecuencias de cualquier intervenci¨®n territorial para poner remedio previo a sus posibles efectos negativos sobre los ecosistemas. El an¨¢lisis de los efectos de un proyecto sobre el medio se realiza por medio de un estudio de impacto ambiental, que debe ser redactado por el propio redactor del proyecto sustantivo, asesorado, naturalmente, por t¨¦cnicos y especialistas en la materia.
Dicho estudio est¨¢ sometido a un procedimiento administrativo cuya tramitaci¨®n corre a cargo de la Administraci¨®n ambiental competente en cada caso, y en la que est¨¢n previstos determinados cauces de participaci¨®n p¨²blica. Para que el proyecto en cuesti¨®n pueda ser aprobado y realizado es indispensable la autorizaci¨®n de la Administrac¨®n a trav¨¦s de una declaraci¨®n positiva de impacto ambiental, que es el documento p¨²blico que, en todo caso, fija las condiciones de protecci¨®ri ecol¨®gic¨¢ que debe cumplir el proyecto.
En realidad, la evaluaci¨®n de impacto ambiental se basa en cuatro caracter¨ªsticas esenciales que la definen y cuya permanente revisi¨®n est¨¢ permitiendo la evoluci¨®n metodol¨®gica y el progreso cient¨ªfico y t¨¦cnico del procedimiento. Estas cuatro caracter¨ªsticas son: su propio car¨¢cter preventivo, la garant¨ªa de la participaci¨®n p¨²blica, el uso de metodolog¨ªas abiertas y flexibles y la existencia de un plan .de vigilancia que controle el cumplimiento de las exigencias, ambientales determinadas por el texto de la declaraci¨®n de impacto-
Para. potenciar el car¨¢cter esencialmente preventivo de las -evaluaciones es siempre deseable que el procedimiento se inicie cuanto antes-para que puedan incorporarse sus criterios de protecci¨®n ambiental en la fase m¨¢s inicial de la toma de decisiones.
Por este motivo, la Comisi¨®n de las Comunidades Europeas, en marzo de 1990, present¨® una primera propuesta de directiva sobre la necesidad de someter a evaluaci¨®n de impacto ambiental no s¨®lo los proyectos concretos de transformaci¨®n territorial, sino las pol¨ªticas, planes y programas que los amparan, tratando de inaugurar una nueva metodolog¨ªa de m¨¢s capacidad previsora, que se denomina evaluaci¨®n estrat¨¦gica ambiental.
Esta estrategia debe contribuir a alcanzar el objetivo de que los problemas ambientales sean tenidos en cuenta en el propio proceso de elaboraci¨®n de planes, de pol¨ªticas y de programas. En muchos casos, la evaluaci¨®n de los proyectos llega demasiado tarde, cuando las principales alternativas de mayor inter¨¦s ambiental han sido ya tomadas y no pueden rectificarse. Con esta revisi¨®n del procedimiento, y con el adelanto de su inicio, se trata de evitar cualquier restricci¨®n al fundamental significado preventivo de la evaluaci¨®n ambiental.
La segunda caracter¨ªstica esencial del piocedirri¨ªento, es la participaci¨®n p¨²blica. En este sentido, la reglamentaci¨®n. espa?ola ampl¨ªa las posibilidades de ejercerla con eficacia, ya que no se limita a establecer simplemente un periodo preceptivo de informaci¨®n p¨²blica, sino que previamente, y con el fin de promover la colaboraci¨®n ciudadana en el establecimiento de las garant¨ªas ambientales del proyecto, y tambi¨¦n para orientar a los t¨¦cnicos y expertos que van a redactar el estudio de impacto ambiental sobre los temas m¨¢s sensibles y conflictivos que deben analizar con m¨¢s cuidado y detalle, se establece un plazo voluntario de consultas en el que se recaba la opini¨®n de las personas, colectivos e instituciones m¨¢s interesadas y afectadas.
Una tercera caracter¨ªstica de la evaluaci¨®n de impacto ambiental se refiere a su propia metodolog¨ªa cient¨ªfica de an¨¢lisis. Si dicha evaluaci¨®n hay que entenderla como un sistema preventivo de ordenaci¨®n territorial que tiene que garantizar una explotaci¨®n econ¨®mica racional de los espacios y una articulaci¨®n funcional de los territorios y de las regiones, respetando al mismo tiempo la din¨¢mica y la estructura de los ecosistemas naturales y promocionando la calidad ambiental, el sistema predictivo debe basarse en metodolog¨ªas de an¨¢lisis, abiertas y flexibles que sean, por tanto, capaces de valorar las peculiaridades y las particularidades ecol¨®gicas -siempre diversas- de cada territorio concreto. Las metodolog¨ªas que no sirven son aquellas que son fijas y cerradas, o que se fundamentan exclusivamente en formulismos matem¨¢ticos o en meros c¨¢lculos cuantitativos, que pueden ser muy precisos y hasta muy c¨®modos de aplicar, pero que imponen sus criterios r¨ªgidos a la realidad diversa del territorio en vez de dejase influir por el car¨¢cter distinto y cambiante de cada espacio.
Por fin, la cuarta caracter¨ªstica sobresaliente de la evaluaci¨®n de impacto ambiental es la existencia de un plan de vigilancia y control que garantice el cumplimiento exacto de las determinaciones ecol¨®gicas que se han incorporado al proyecto.
Si en el inicio del procedimiento hay que garantizar la evaluaci¨®n de alternativas posibles en las fases previas a la elaboraci¨®n de los proyectos -en las fases de planificaci¨®n- para poder introducir eficazmente las garant¨ªas preventivas de protecci¨®n ambiental, de la misma forma, para que el con.trol sea preciso, absoluto y completo a lo largo de todas las fases del procedimiento, una vez publicada la declaraci¨®n de impacto ambiental hay que arbitrar funcionalmente los mecanismos previstos en la normativa para vigilar la calidad ecol¨®gica, de la ejecuci¨®n del proyecto y su resultado final, y hasta su primera explotaci¨®n, con el fin de que se asegure efic¨ªazmente el cumplimiento real de las prescripciones contenidas en dicha declaraci¨®n.
Con este control, con su aplicaci¨®n rigurosa y eficiente, se pueden evita¨ª muchas de las cr¨ªticas que acusan a la evaluaci¨®n de impacto ambiental de ser un mero formulismo burocr¨¢tico que s¨®lo pretende mejorar p¨²blicamente la imagen de determinados proyectos de obra p¨²blica especialmente agresivos y particu.larmente depredadores de los ecosistemas natur¨¢les.
Realmente, si somos capaces de garantizar una evaluaci¨®n ecol¨®gica de alternativas en las fases iniciales del dise?o y de la planificaci¨®n, si somos capaces de respetar las opiniones de los ciudadanos y de sus representantes en las consultas previas y en la informaci¨®n p¨²blica, si les comprometemos en el proyecto y en su ejecuci¨®n para defender las garant¨ªas ambientales, si utilizamos una metodolog¨ªa cient¨ªfica y t¨¦cnica interdisciplinar y respetuosa con la complejidad real de cada proyecto, si no bajamos la guardia cuando la obra se est¨¢ ejecutando o en explotaci¨®n, cumpliendo un plan de vigilancia y control realista y eficiente... Si cumplimos todas estas condiciones, estaremos en disposici¨®n de aplicar el procedimiento de evaluaci¨®n de impacto ambiental correctamente, como garant¨ªa de que la modernizaci¨®n de Espa?a y su progreso econ¨®mico se est¨¢n realizando de f¨®rma respetuosa con el medio ambiente.
De esta forma, entre, todos, estaremos siendo capaces tambi¨¦n de ensayar, de inaugurar la puesta en marcha de un modelo de desarrollo econ¨®mico integrado y sostenible ecol¨®gicamente, que respete las virtualidades ambientales del espacio, que lo ordene racionalmente para convertirlo en territorio humano, sin necesidad de recurrir a agresiones gratuitas que s¨®lo producen aparentes beneficios en el corto plazo e hipotecan de forma irreversible el medio y el largo plazo. Estaremos recurriendo a visiones realistas de futuro que act¨²an sobre el espacio con criterios de solidaridad social y de solidaridad interterritorial para haceicoincidir en el nuevo modelo la rentabilidad econ¨®mica con la rentabilidad ecol¨®gica.
Al mismo tiempo, como resultado autom¨¢tico de esta coincidencia, se ir¨ªa resolviendo la actual conflictividad social que enfrenta pol¨ªticamente las infraestructuras con la defensa del medio ambiente. Una aplicaci¨®n pr¨¢ctica, metodol¨®gicamente correcta, del procedimiento de evaluaci¨®n de impacto ambiental puede lograr estos objetivos, que hoy parecen dif¨ªciles y lejanos.
Domingo Ferreiro Picado es secretario general de Medio Ambiente.
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