M¨²sica en la Maestranza

Conseguir entradas para el reci¨¦n inaugurado teatro de la Maestranza de Sevilla es tarea casi imposible.Parece como si el P¨²blico sevillano, que nunca ha- demostrado inter¨¦s por la m¨²sica culta y. a¨²n menos por la ¨®pera, hubiese descubierto de la noche a la ma?ana los placeres que produce la audici¨®n de obras cumbres de la mal llamada m¨²sica cl¨¢sica.

Pero no caigamos en la tentaci¨®n de creer en este espejismo. Los sevillanos, en su mayor¨ªa, acuden en masa a los actos programados en la Maestranza con el ¨²nico inter¨¦s de ver y de ser vistos. Los verbos o¨ªr o escuchar no forman parte de los sentidos de estos mel¨®manos reci¨¦n llegados.

Como prueba de lo que digo (que nadie podr¨¢ negar) sirva como muestra lo siguiente:

-Un elevado n¨²mero del p¨²blico femenino que acudi¨® a un concierto de la nueva Orquesta Sinf¨®nica de Sevilla que tuvo lugar en el teatro Apolo lo hizo vestido de gitana, confundiendo dicho concierto con una caseta de feria.

- Son habituales los aplausos por buler¨ªas que equiparan los recitales de sopranos o tenores con charangas bullangueras.

- Una gran parte del auditorio aplaude fuera de tiempo, interrumpiendo intempestivamente la ejecuci¨®n de obras de perfecta unidad cerrada.

Con todo ello han conseguido que quienes de verdad nos acercamos a la m¨²sica culta con el ¨²nico deseo de sumergimos en ella hayamos optado por no acudir al teatro de la Maestranza (al menos mientras siga estando de moda).- Ismael D¨ªaz. .