El comandante de la nave 'Columbia' pone en duda la seguridad del regreso
El comandante del transbordador estadounidense Columbia ha puesto en duda la decisi¨®n del control de la misi¨®n espacial de intentar la vuelta a la Tierra sin ajustar antes una junta de goma de la puerta de la bodega que se solt¨® durante el despegue. Mientras tanto, ¨¦l y sus seis compa?eros, convertidos en conejillos de indias y acompa?ados de 29 ratas y 2.400 medusas, prosiguen sus ex¨¢menes m¨¦dicos.
Bryan O'Connor, comandante del Columbia, se permiti¨® discrepar de sus superiores el s¨¢bado cuando le dijeron que hab¨ªan decidido que la junta suelta de la puerta de la bodega no supon¨ªa un problema importante y no merec¨ªa realizar un paseo espacial para intentar arreglarla. "Tal como lo vemos aqu¨ª mirando por la ventanilla de atr¨¢s y por la c¨¢mara de televisi¨®n, la junta puede impedir que se cierre la puerta", se?al¨®. A pesar de ello, la NASA ha decidido no programar por ahora el paseo espacial.Las puertas permanecen abiertas durante la estancia en ¨®rbita, para que se pueda trabajar en el laboratorio Spacelab, que va situado en la bodega. "Si la puerta no cierra bien cuando se inicien las maniobras de regreso, se retrasar¨¢ ¨¦ste y se har¨¢ entonces el paseo", se?al¨® el s¨¢bado en el Johnson Space Centre, en Texas, el director de la misi¨®n, Randy Stone. El retorno del transbordador Columbia est¨¢ previsto para el pr¨®ximo viernes, despu¨¦s de haber dado 146 vueltas a la Tierra.
En cuanto a los trabajos en ¨®rbita, los resultados preliminares de las primeras pruebas sobre el funcionamiento del pulm¨®n que se hacen en el espacio han mostrado, sorprendentemente, pocas diferencias respecto a la Tierra. Al respirar conectados a m¨¢quinas, en la mitad de los casos el reparto de la sangre en los pulmones de los astronautas ha sido igual que en la Tierra.
Estos experimentos pretenden obtener datos para mejorar el tratamiento de la tuberculosis y el enfisema pulmonar. Otros, de los muchos que est¨¢n realizando los astronautas durante su misi¨®n de nueve d¨ªas, intentan precisamente saber las causas del mareo espacial, que en forma de n¨¢useas y v¨®mitos suele afectar a la mitad de los tripulantes de cualquier misi¨®n espacial.
Pesarse sin gravedad
El pasado s¨¢bado, los astronautas -cuatro hombres y tres mujeres- se pesaron en su entorno de ausencia de gravedad, algo muy dif¨ªcil de hacer y que fue transmitido por televisi¨®n. Tuvieron que atarse a una silla especial oscilante que mide la masa del cuerpo. Con los datos obtenidos, se calcul¨® en tierra el peso de cada uno de ellos.Como suele ocurrir en cada misi¨®n del transbordador, alg¨²n peque?o contratiempo se presenta. En este caso se ha estropeado una de las neveras del Columbia, por lo que los astronautas han tenido que trasladar a otra los centenares de tubitos con muestras de sangre, saliva y orina que conten¨ªa y soportar olores desagradables. "No huele tanto a orina como a formol y goma", coment¨® la doctora Rhea Sheddon al ser preguntada desde tierra.
Los responsables de la misi¨®n han decidido respetar el ritmo de sue?o y vigilia de los astronautas para no perturbar los resultados de los ex¨¢menes m¨¦dicos a que se someten.
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