Los soldados sovi¨¦ticos, a punto de culminar su retirada de Hungr¨ªa
ENVIADO ESPECIALEl ¨²ltimo soldado sovi¨¦tico abandonar¨¢ Hungr¨ªa en los pr¨®ximos d¨ªas. Poco antes, el jueves, Hungr¨ªa vivir¨¢ su primera huelga general en democracia aunque s¨®lo de dos horas. Los sindicatos quieren presionar al gobierno sin apretar muy fuerte el cuello de una econom¨ªa en muy mal estado, con la deuda exterior per c¨¢pita m¨¢s alta del este de Europa y centenares de miles de personas en la pobreza oficial.
Los sindicatos no est¨¢n seguros ni de su fuerza de convocatoria ni de que exista alternativa a la pol¨ªtica econ¨®mica del gobierno contra la que protestan. Nadie quiere ahora en Budapest una crisis de gobierno que s¨®lo retrasar¨ªa los acuerdos internacionales que Hungr¨ªa necesita para reflotar su econom¨ªa, ante todo el desmantelamiento de las restricciones occidentales a su comercio.El Gobierno de Joszef Antall comete muchos errores, fruto de la inexperiencia, la arrogancia de alguno de sus miembros y el nacionalismo, seg¨²n coinciden muchos partidarios de la coalici¨®n con sus adversarios. Pero la estrategia pol¨ªtica global no parece tener alternativa y los primeros resultados favorables parecen ir llegando.
Los oscuros pron¨®sticos sobre la inflaci¨®n no se han confirmado y el ministro de Finanzas, Mihaly Kupa, prev¨¦ el fin de su incremento ya para este verano. Antall espera lograr un acuerdo de asociaci¨®n a la Comunidad Europea (CE) para el a?o pr¨®ximo. El forinto ser¨¢ convertible un a?o despu¨¦s.
Antes de la fecha prevista del 30 de junio en los acuerdos bilaterales h¨²ngaro-sovi¨¦ticos, se habr¨¢ hecho realidad el grito popular de los tr¨¢gicos d¨ªas de noviembre de 1956 de "rusos a casa". Durante casi siete lustros las tropas sovi¨¦ticas han sido el principal garante de la "fidelidad h¨²ngara" a la comunidad socialista.
Ahora, como miembro del Consejo de Europa, asociado a la OCDE y firme aspirante al ingreso en la CE, Hungr¨ªa es el primer ex aliado de la URSS en cuyo territorio se completa la retirada sovi¨¦tica. Hungr¨ªa cosecha as¨ª una gratificaci¨®n m¨¢s de las muchas de que se hizo acreedor este estado como l¨ªder de la democratizaci¨®n en el Este durante la pasada d¨¦cada, y como art¨ªfice de la demolici¨®n del muro de Berl¨ªn.
Los libros de historia tendr¨¢n que explicar muy pronto que fue la decisi¨®n de Budapest, no exenta de peligro de abrir sus fronteras a occidente a decenas de miles de alemanes orientales, la que precipit¨® el final de la divisi¨®n europea y alemana.
Hungr¨ªa ya no est¨¢ tan presente en las primeras p¨¢ginas de la prensa internacional como cuando este peque?o pa¨ªs de diez millones de habitantes era el rompehielos que lenta y discretamente iba quebrando los dogmas del socialismo real y el bloque militar comunista.
Se da ya en Hungr¨ªa una consistente normalidad democr¨¢tica, que parece m¨¢s turbada que amenazada por los lastres econ¨®micos del pasado, empobrecimiento de amplias capas sociales, hast¨ªo pol¨ªtico, demagogia nacionalista y clerical, criminalidad y fobia anticomunista.
Gobierno de coalici¨®n
Vive Hungr¨ªa ya m¨¢s de un a?o con un gobierno democr¨¢tico de coalici¨®n entre los dos partidos conservadores del Foro Democr¨¢tico y Peque?os Propietarios, sin los comunistas que fueron borrados del mapa pol¨ªtico, y una oposici¨®n leal democr¨¢tica e inteligente, formada por la Alianza de Democratas Libres (SzDSz), los J¨®venes Dem¨®cratas Libres (Fidesz) y el Partido Socialista, heredero del ¨²nico partido comunista que se autoinmol¨® por el bien de su patria.
Ivan Szabo, el presidente de la comisi¨®n parlamentaria de econom¨ªa, subraya as¨ª la gran ventaja que tiene Hungr¨ªa gracias a que la direcci¨®n comunista en la ¨²ltima d¨¦cada, a¨²n bajo Janos Kadar, supo aceptar realidades y desprenderse de muchos dogmas en los que fueron educados. "La gran suerte de Hungr¨ªa es que mentalmente el pa¨ªs estaba preparado para los cambios. No quiero alabar los a?os del r¨¦gimen de Kadar, pero en otros pa¨ªses se hubiera disparado, mientras aqu¨ª se comenzaba a hacer algo en el terreno econ¨®mico". Aquellos a?os de lentas transformaciones, siempre con la mirada atenta a cualquier gesto de Mosc¨² que pudiera poner en peligro la "v¨ªa h¨²ngara" o la "t¨¢ctica del salami" -poco a poco, como se cortan las rodajas del salchich¨®n h¨²ngaro- permiti¨® a la sociedad ir captando los principios de la econom¨ªa de mercado. La pol¨ªtica de reformistas como linre Pozsgay, Miklos Nemeth y Gyula Horn, permiti¨® comenzar una transici¨®n cuando en otras capitales del Este sonaban las letan¨ªas del dogma inquebrantable del marxismo-leninismo.
El peso del anterior regimen
El pasado comunista pesa tambi¨¦n en Hungr¨ªa aunque los grandes abusos y violaciones de los derechos humanos cesaron en este pa¨ªs mucho antes que en los pa¨ªses vecinos. Hasta tal punto que, posiblemente, el ¨²nico riesgo a la estabilidad del Gobierno de Jozsef Antall proviene de los informes sobre la conducta bajo el r¨¦gimen comunista de algunos de los miembros de la coalici¨®n.El abogado Jozsef Torgyan es un gran orador, poco modesto y muy populista. Habla de s¨ª mismo como de "una v¨ªctima de la represi¨®n a la que se infligieron todas las injusticias imaginables durante la dictadura comunista". Hay quien dice en Budapest con sorna que a Torgyan no le ha perseguido nunca ni un perro por la calle.
Tras la ca¨ªda de un r¨¦gimen represivo la condici¨®n de v¨ªctima suele ser una buena carta de presentaci¨®n, y Torgyan hace uso de ella de una forma que parece abusiva. Aquellos que como el actual alcalde de Budapest, Gabor Demszky, fueron realmente perseguidos y encarcelados -Demszky recibi¨® la ¨²ltima gran paliza que di¨® la polic¨ªa pol¨ªtica h¨²ngara-, nunca hablan de ello.
Recientemente, Torgyan fue relevado del cargo de portavoz del grupo parlamentario de los Peque?os Propietarios, el partido minoritario en la coalici¨®n gubernamental. La direcci¨®n de su partido pidi¨® al jefe del Gobierno, que tiene acceso a los archivos, una investigaci¨®n del pasado de todos sus miembros. Seg¨²n las conclusiones, uno de los miembros de la c¨²pula del partido de Torgyan era confidente. Y s¨®lo uno de los m¨¢ximos dirigentes se opuso a la publicaci¨®n de los resultados.
Hace unos d¨ªas, Torgyan manifest¨® en televisi¨®n que en lo que se refiere a su persona la investigaci¨®n llega a unos resultados que son totalmente inexactos. Poco despu¨¦s, el secretario general del partido anunci¨® su dimisi¨®n por ser incapaz de trabajar con "gentes que no tengan un pasado sin tacha". La divisi¨®n en el Partido de los Peque?os Propietarios puede ser pronto un problema de estabilidad para el gobierno Antall.
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