El unico psiqui¨¢trico de Le¨®n mantiene a enfermos atados con correas a radiadores y camas
Numerosos enfermos del hospital psiqui¨¢trico Santa Isabel de Le¨®n, propiedad de Cajaespa?a y ¨²nico existente en la provincia, permanecen atados a los radiadores por las mu?ecas y los tobillos durante el d¨ªa con anchas correas de cuero fijadas con candados con llave, ya sea de pie o en una silla, para evitar que causen molestias. Por la noche el suplicio contin¨²a en la cama, donde desnudos son fijados al somier boca arriba por las cuatro extremidades con correas similares. El enfermo Fernando Montenegro permanece postrado en la cama en esta situaci¨®n desde hace m¨¢s de un mes, seg¨²n fuentes del personal.
El psiquiatra Juan Cl¨¦rigo Delgado, director del hospital, reconoci¨® ayer a EL PA?S que hay enfermos que "necesitan un control, una sujeci¨®n mec¨¢nica hasta que la medicaci¨®n hace efecto", aunque rechaz¨® el t¨¦rmino 11 atar" y puntualiz¨® que "la sujeci¨®n dura tan s¨®lo unos minutos y trata de evitar que se destrocen las sillas...".Este peri¨®dico pudo comprobar que algunos enfermos permanecen atados de d¨ªa a los radiadores y toda la noche a sus camas. Las habitaciones est¨¢n compuestas por un m¨ªnimo de seis camas y un m¨¢ximo de 12. Algunos enfermos pasean por las estancias con camisas de fuerza grises plastificadas, que tan s¨®lo abandonan para irse a la cama extremo que ha sido negado por Cl¨¦rigo. En zonas del hospital se pueden ver argollas en el suelo.
Los electrochoques, a pelo, sin anestesia, son frecuentes, seg¨²n fuentes del personal. El anuncio de un cuidador (auxiliar psiqui¨¢trico) de dejar en ayuna a un enfermo es un claro preludio de este tratamiento. "Los relaja, los deja como nuevos", dice uno de los empleados. Para Cl¨¦rigo, que no precis¨® el n¨²mero de electrochoques que se realizan al d¨ªa, ¨¦ste es un "buen sistema para las depresiones que no responden a otros tratamientos qu¨ªmicos".
Suicidios
El hospital cuenta en estos momentos con cerca de 450 enfermos ps¨ªquicos, entre un 70% y un 90% son cr¨®nicos, y el resto agudos. Media docena de internos est¨¢n afectados por el s¨ªndrome de Down (mongolismo). M¨¢s de 200 de ellos, trasladados desde el centro psiqui¨¢trico de Conxo (Galicia), llevan en el hospital leon¨¦s 26 a?os. La plantilla del centro m¨¦dico la componen seis psiquiatras, un especialista de medicina general, alrededor de 70 cuidadores y 10 ATS. El resto, hasta un total de 140 personas, lo conforma personal de cocina, lavander¨ªa y administraci¨®n.
El ba?o es obligatorio una vez a la semana. Es frecuente que los enfermos orinen y hagan deposiciones fuera de los servicios (¨¦l equipo de limpieza s¨®lo trabaja por las ma?anas). Seg¨²n ha podido observar este peri¨®dico, gran parte de los alimentos que consumen los enfermos (galletas, aceite, leche, carne y queso fundido, entre otros productos) proviene de los fondos dados por la Comunidad Europea a la Cruz Roja espa?ola.
Estos alimentos se encuentran acumulados en el almac¨¦n del hospital, situado en los bajos del edificio de cuatro alturas, en donde hasta hace dos a?os se hallaban celdas de castigo, seg¨²n fuentes de los empleados. Tanto el doctor Cl¨¦rigo como el presidente de la Cruz Roja de Le¨®n, Mariano D¨ªaz Pedrosa, han negado la existencia de estas provisiones, que deben destinarse, bajo un estricto control, a familias necesitadas.
Seg¨²n fuentes del personal asistencial, el ¨ªndice de suicidios es "relativamente alto". El ¨²ltimo caso ocurri¨® hace pocos meses. Claudio Lozano, de unos 40 a?os, en una silla de ruedas y con una pierna amputada se arroj¨® por una de las ventanas. El director del hospital desconoce aun hoy c¨®mo ocurri¨® "el accidente", y puntualiza que "Lozano hab¨ªa intentado en otras ocasiones quitarse la vida". "El nivel de suicidios es similar en otros centros de salud mental", dice.
Cl¨¦rigo no dud¨® en 1989 en dar el alta a Amador Armando ?lvarez, de 30 a?os, a pesar de que el padre del enfermo insist¨ªa en que su hijo no estaba curado. D¨ªas m¨¢s tarde Amador asesinaba a pu?aladas a tres personas en Bembibre (Le¨®n).
El 24 de marzo de 1989 Juan Jos¨¦ Fern¨¢ndez Santos, de 19 a?os, oligofr¨¦nico, muri¨® abrasado en su cama. En la habitaci¨®n se encontraban otros ocho enfermos. En su d¨ªa las informaciones de prensa, basadas en fuentes de la direcci¨®n del hospital, dec¨ªan que la muerte del joven se produjo por asfixia. Un cigarrillo hab¨ªa prendido fuego a la cama de Juan Jos¨¦. Todos pudieron salir de la estancia, salvo el joven. Dos a?os m¨¢s tarde el personal asistencial reconoce que Juan Jos¨¦, que no fumaba, se hallaba atado de pies y manos a la cama y que su cuerpo qued¨® retorcido por los esfuerzos en soltarse, pr¨¢cticamente calcinado. Una hermana de ¨¦l contin¨²a en el ala de mujeres del hospital. Los padres de Juan Jos¨¦ iban a visitarle con mucha frecuencia.
Casos de sida
La detecci¨®n de varios casos de sida provoc¨® hace meses el inicio de an¨¢lisis cl¨ªnicos a los internos. Los an¨¢lisis se paralizaron a los pocos d¨ªas, "no se sabe si por no sembrar la alarma", se?alan fuentes del personal. Cl¨¦rigo asegura que no se llevan a cabo chequeos peri¨®dicos para conocer el estado de salud general de los enfermos, "s¨®lo en caso de que se observe alguna enfermedad".
Cl¨¦rigo no pudo contestar ayer a algunas preguntas realizadas por este peri¨®dico sobre el n¨²mero de pacientes muertos en el ¨²ltimo a?o, suicidios y casos puntuales sobre tratamientos, presupuestos, etc¨¦tera, argumentando que "las respuestas llevar¨ªan d¨ªas al no estar el centro informatizado".
La Federaci¨®n de Servicios P¨²blicos de la UGT ha denunciado en numerosas ocasiones la precaria situaci¨®n asistencial y laboral de este hospital psiqui¨¢trico. Entre otras reivindicaciones laborales, UGT pone de relieve el escaso horario que dedica el equipo m¨¦dico, -la mayor parte del d¨ªa el hospital permanece con un m¨¦dico de guardia-, "m¨¢s del 60% de la plantilla es del colectivo de enfermer¨ªa y carece de un director de ¨¢rea que les organice, coordine y eval¨²e". "No existen cursos de reciclaje ni se recibe ni una sola publicaci¨®n", denuncian los representantes de UGT.
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