Falta de sinton¨ªa entre Mitterrand y H¨¢vel en el congreso de Praga

Vaclav H¨¢vel y Fran?ois Mitterrand, los dos tenores del congreso sobre la confederaci¨®n europea que se celebra en Praga, interpretan dos piezas diferentes. El presidente checo expresa su entusiasmo por Estados Unidos y sue?a con la inmediata incorporaci¨®n de su pa¨ªs a la Comunidad Europea (CE). El franc¨¦s, obligado a desempe?ar el papel de abogado del diablo, atempera los ardores de H¨¢vel.En una entrevista concedida a una emisora francesa, Mitterrand respondi¨® ayer al discurso pronunciado por H¨¢vel en la inauguraci¨®n del encuentro de 150 personalidades europeas en la capital checa. H¨¢vel hab¨ªa calificado a la OTAN de "principal pilar de la seguridad europea" y tambi¨¦n hab¨ªa afirmado que la relaci¨®n en materia de seguridad entre Europa y Estados Unidos, es y ser¨¢ inevitable, l¨®gica y leg¨ªtima".

El entusiasmo por Estados Unidos de Checoslovaquia y los otros pa¨ªses de Europa central y oriental fue explicado ayer por Mitterrand a partir del hecho de que, tras el hundimiento del bloque sovi¨¦tico, esos pa¨ªses se sienten "aislados, inseguros, poco protegidos".

El presidente franc¨¦s reconoci¨® que la presencia en el encuentro paneuropeo de Praga de algunos norteamericanos obedece al empe?o de H¨¢vel.

A riesgo de decepcionar a su amigo checo, Mitterrand quiso cantar ayer las verdades del barquero sobre las aspiraciones de checos, polacos y h¨²ngaros a una r¨¢pida adhesi¨®n a la CE. Los pa¨ªses de Europa central y oriental, dijo, deber¨¢n atravesar "un periodo de transici¨®n de varias d¨¦cadas de duraci¨®n".

Mitterrand justific¨® la imposibilidad de una r¨¢pida integraci¨®n a la CE de Checoslovaquia, Polonia y Hungr¨ªa con tres razones.

En primer lugar, la falta de preparaci¨®n actual de esos pa¨ªses para "el rigor, las restricciones, la disciplina" exigidos por los Doce.

En segundo lugar, el hecho de que Austria, Turqu¨ªa y pronto Suecia est¨¢n ya en la lista de espera. Por ¨²ltimo, el presidente franc¨¦s confes¨® que los miembros actuales de la CE "a duras penas llegan a solucionar sus problemas internos".

Una ampliaci¨®n salvaje de la CE la convertir¨ªa, seg¨²n Mitterrand, en "una mera zona de libre intercambio, cosa que, por lo dem¨¢s, es lo que desean los anglosajones [Estados Unidos y Reino Unido en el lenguaje pol¨ªtico franc¨¦s]". Ello, dijo Mitterrand, supondr¨ªa la deformaci¨®n completa del Tratado de Roma y de su esp¨ªritu.