Tabernas y librer¨ªas

Le escribo por primera vez una carta para poner en conocimiento p¨²blico a trav¨¦s de su diario un hecho realmente triste y lamentable desde el punto de vista intelectual.Mi mujer y yo llevamos viviendo en el paseo de la Castellana 16 a?os, y con frecuencia hemos visitado una librer¨ªa sita en la calle del Doctor Fleming, 23 o 25 -no recuerdo bien-, muy cerca de la esquina de la calle Hurtado de Mendoza. Se llamaba la misma Lecturas. Ah¨ª se pod¨ªan encontrar libros de distintos escritores espa?oles y todos los extranjeros sobre blografias, sociolog¨ªa, religi¨®n, pol¨ªtica y las m¨¢s diversas materias. Estaba regentada por un extranjero, buen profesional y un hombre perfectamente educado. Hace muy pocos d¨ªas nos llevamos la sorpresa de que hab¨ªan desaparecido todos los libros del citado establecimiento. Visit¨¦ a su propletario, que casualmente lo encontr¨¦ en la puerta del mismo, y al preguntarle la raz¨®n de lo que ve¨ªa me dijo: "Se?or Peralta, desgraciadamente en Madrid, y creo que en Espa?a, se leen bastantes peri¨®dicos y revistas, sobre todo las del coraz¨®n, pero no se leen libros. Me he encontrado totalmente agobiado econ¨®micamente, y antes de llegar a la quiebra he tenido que vender toda la mercanc¨ªa y no s¨¦ lo que har¨¦ con el local".

Cada d¨ªa se inauguran en Madrid bares, pubs y discotecas, y ni remotamente siguen este ritmo creciente las librer¨ªas. Con cierta exageraci¨®n andaluza -soy malague?o- recuerdo aquella frase que se ha aplicado a alguna que otra ciudad: "La de 100 tabernas y una sola librer¨ªa". ?Qu¨¦ pena!, con lo agradable y hermoso que es el tener alg¨²n tiempo disponible para leer un libro.-