Ecuanimidad ante Marruecos
La verdad siempre molesta a los Estados, especialmente si son dictaduras. El embajador del Reino de Marruecos, Azzedine Guessous, ha manifestado (EL PA?S, 2 de junio) su disconformidad con la l¨ªnea editorial del peri¨®dico, acusado al coronel Jos¨¦ Ram¨®n Diego Aguirre de responsabilidad "sangrienta" en la sublevaci¨®n de Zemla y confundido la realidad hist¨®rica del S¨¢hara occidental. Sobre ello conviene puntualizar:
1. No es en 1935, sino en febrero de 1934, cuando Francia, buscando la consolidaci¨®n de su dominio en el sur marroqu¨ª, liquida la resistencia saharaui de rebeldes como Marabbi Rebbu, el denominado Sult¨¢n Azul, que combat¨ªa contra los franceses desde 1919, y que se acoge al asilo espa?ol en cabo Juby con 100 de sus hombres. Su hermano El Heiba se hab¨ªa proclamado sult¨¢n de Marruecos al ocupar Marraquech en 1912, en contra de la corrupta dinast¨ªa alau¨ª de Mulay Hafid. Espa?a se limita a ocupar el vac¨ªo sahariano que le proporciona Francia. Recordemos que el coronel Capaz ocupa lfni el 6 de abril de 1934 sin disparar un tiro.
2. Mohamed V y el entonces pr¨ªncipe Mulay Hassan, bajo el irredentismo istiqlal¨ª del Gran Marruecos, alientan la ofensiva del n¨²cleo del Ej¨¦rcito de liberaci¨®n (4.000 hombres) sobre lfni y el S¨¢hara para deshacerse de su republicanismo peligroso, pues intu¨ªan que Francia no consentir¨ªa la derrota de Espa?a, como as¨ª fue (operaci¨®n conjunta Ecouvillon). Su sacrificio no fue en vano, pues Marruecos recibi¨® Tarfaya en 1958 e lfni en 1969.
3. Los saharauis liberados se sublevaron en Tarfaya en diciembre de 1958, y Espa?a impidi¨® que las tribus del Sur auxiliaran a sus hermanos perseguidos en el Norte por unidades marroqu¨ªes. Se acogi¨® a los supervivientes.
4. La manifestaci¨®n del 17 de junio de 1970 en Zemla (El Aai¨²n) aturdi¨® al gobernador, el general P¨¦rez de Lema, que reaccion¨® torpemente dando la orden de intervenci¨®n a la Legi¨®n. El coronel Aguirre se encontraba de permiso en Espa?a. La compa?¨ªa del Tercio la mandaba el capit¨¢n Carlos D¨ªaz Arcocha, m¨¢s tarde jefe de la Ertzaintza y asesinado por ETA. Los legionarios, apedreados, respondieron como toda fuerza militar acosada, causando cuatro muertos y 21 heridos.
5. No comprendo las cr¨ªticas a la l¨ªnea editorial de EL PA?S, cuando desde sus p¨¢ginas se ha mantenido una ecuanimidad exquisita, cuando no de abierta benevolencia hacia los Gobiernos marroqu¨ªes, para proteger la indefensi¨®n de Espa?a ante el chantaje permanente de Rabat.
Por ¨²ltimo, a?adir que conozco personalmente al se?or Guessous, y siempre me ha parecido un excelente trabajador al servicio del sistema marroqu¨ª, pero su exceso de celo no debe hacerle olvidar la evidencia de que las relaciones entre Espa?a y Marruecos deben efectuarse en el marco de la verdad.-
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