GENTE

La infanta Elena, gran admiradora del cantante Sting, tuvo problemas para conocerle durante la gira que ha realizado por Espa?a. Al acabar el concierto que ¨¦ste ofreci¨® en la plaza de toros de Madrid, la infanta, acompa?ada por unos amigos, acudi¨® al hotel Eurobuilding, donde se hospedaba el cantante. Con el nombre de un miembro del equipo de Sting como ¨²nico contacto, y sin que nadie hiciera presentaciones previas, la infanta tuvo la mala suerte de tropezar con el due?o de la casa de discos de Sting, un norteamericano canoso, taxativo y multimillonario que no ten¨ªa ni idea de con qui¨¦n hablaba. Harto de aquella insistente se?orita en tejanos, el multimillonario a?adi¨® un contundente "walk away!" ("l¨¢rguese") tras insistir en que su contacto no estaba all¨ª. Cuando ya se marchaba cabizbaja, un miembro de su s¨¦quito pretendi¨® en vano que el multimillonario se disculpara ante la hija del rey de Espa?a. "?Quiere usted conocer a Sting, ?verdad?", pregunt¨® al fin el empresario. "S¨ª", balbuce¨® la infanta. Do?a Elena y sus amigos fueron conducidos al bar del hotel, donde se encontraba Sting y su banda. El cantante le dedic¨® unos minutos, record¨® a la infanta Cristina-"muy simp¨¢tica", dijo- y brome¨® con sus acompa?antes. Entre ellos estaba el jinete Alfredo Fern¨¢ndez-Dur¨¢n, con quien se ha relacionado a do?a Elena varias veces.