La caza del motorista
Hay una especie cuya caza est¨¢ permitida en cualquier ¨¦poca del a?o, pues no tienen cotos ni vedas que la protejan de sus depredadores: ¨¦stos son los motoristas. Estos seres campan por sus respetos en el caos circulatorio cotidiano, huyendo con agilidad felina de los atascos; contraviniendo todas las leyes circulator¨ªas, creando el m¨¢s violento rechazo de los automovilistas, que, atrapados en el atasco, miran con odio c¨®mo nos movemos y desaparecemos entre la mara?a de coches. Agarrados al volante, maquinan la venganza, que un buen d¨ªa, a buen seguro, se les presentar¨¢, cuando aparezca un confiado motorista por donde impone su ley el m¨¢s fuerte.?Qu¨¦ ocurre? Pues que el motorista queda aplastado como un insignificante mosquito en la delantera del coche si no ha sabido prever el momento cr¨ªtico de la situaci¨®n y ha puesto ruedas en polvorosa ante la actitud del asesino justificado de turno.-
Madrid.
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